lunes, 14 de marzo de 2011

DIEGO FERNÁNDEZ DE CEVALLOS: Liberación mediática

La liberación de Diego Fernández de Cevallos formó parte de una operación mediática, en la pantalla de Televisa y con el audio de su conductor estelar, Joaquín López Dóriga. No fue la PGR la que confirmó la liberación. Fue la pantalla de Televisa, transformada en ministerio de la información extraoficial, la que anunció la liberación, justo el día que todos los medios de comunicación e impresos se concentraban en las explosiones de los ductos de Pemex en San Martín Texmelucan, Puebla, que provocó, en su primer día, 28 muertos, 53 heridos y la destrucción de 32 casas. La liberación mediática y mediatizada de Diego también ha opacado el otro gran escándalo que reportan los medios: la fuga de 151 reos de Tamaulipas, la tercera de más alto impacto en esta entidad.

El anuncio “oficial” de la liberación de Fernández de Cevallos también fue conveniente para opacar la ola de indignación que se ha desatado tras el asesinato de la activista de Chihuahua, Marisela Escobedo, y el crimen contra su cuñado. Tratando de aminorar el impacto de estos homicidios, teñidos de la corrupción de los jueces de Chihuahua y de la incapacidad de las autoridades ministeriales, Felipe Calderón envió el domingo 19 de diciembre dos mensajes a través de Twitter: “Es lamentable que jueces de Chihuahua soltaran al asesino confeso de Rubí Freyre”.

Lo impresionante del caso de este secuestro de alto impacto político es que fue la propia Televisa la que sobredimensionó la desaparición y luego ejerció una férrea autocensura. Ahora, los “misteriosos liberadores” ganaron la nota, pero no quedan claros los detalles de esta historia que no termina de escribirse.

Enseguida, se transcriben extractos de los últimos dos comunicados de los presuntos integrantes de la llamada “Red Transformadora Global”. En ellos se exhibe a un Diego Fernández “operador de la oligarquía neoliberal y de la ultraderecha fundamentalista, traficante de influencias, mercenario de los juzgados, legislador a sueldo, rentista de la crisis y defensor de los grandes capos de la droga”, y su secuestro –al que denominan “aprehensión”– es considerado un “acto de desagravio”. Con este plagio, afirman, se quiso “dar un golpe político a la plutocracia y a sus instituciones”, en las que incluyen una larga lista de nombres de los empresarios y políticos más encumbrados del país, comenzando por el expresidente Carlos Salinas y el magnate Carlos Slim.

De este modo, se indica, “exhibirlo y obligarlo a devolver una milésima de lo robado” fue también una muestra “de la voluntad de lucha y de la capacidad operativa de los “descalzonados”, como él nos denomina, y de que nadie por poderoso que sea, es intocable.

Segundo comunicado: “Los poderosos llaman ley a su propia violencia y crimen a la de los oprimidos… por eso, los oprimidos debemos luchar por el establecimiento de una nueva ley frente a los crímenes de los poderosos, por todos los medios, incluida la violencia…

“En México coexisten dos países distintos. Uno es habitado por menos del 10% de la población; son Ellos quienes participan en la política y aplauden los discursos del gobierno de progreso y bienestar porque los viven; es la empresa dirigida y sostenida por quienes poseen y gozan de la mayor parte de la riqueza del país. En contraste el otro México es habitado por más del 90% de la población; y aunque somos la gran mayoría no tenemos ningún peso en las decisiones políticas y económicas.

“¿Es posible conocer a los individuos que decidieron el destino de un país entero? El proyecto neoliberal en México se concretó gracias a la actuación de diversos personajes en acuerdo y complicidad. En la figura de Carlos Salinas de Gortari se identifica más claramente el inicio de esta etapa destructiva, cruzando varios intereses y procesos; es un actor principal y es miembro de los círculos más restringidos del control de poder de ese entramado mafioso. Salinas impuso transformaciones (diseñadas desde la cúspide del poder capitalista) en sintonía con Estados Unidos, que no ha abandonado su histórica política intervencionista, apoyado por la elite empresarial y política mexicana de su partido (PRI) y algunos importantes aliados políticos; ha permanecido tras bambalinas desde que dejó la presidencia. De sus más preciados aliados podemos señalar como principal cómplice a un miembro destacado del partido de la oposición leal (PAN), Diego Fernández de Cevallos Ramos, un cacique panista inmensamente rico gracias a su triple carácter de funcionario del Estado, empresario y abogado de (empresas) en contra del erario.

“El Jefe Diego es otro nudo por donde atraviesan múltiples historias turbias. Ahora conocemos de cierto los modos de los trabajos y oficios con los que se maneja, las personas con las que trata y algunas de las que han sido sus más logradas empresas. (Esa) mafia ha sido enumerada en las cartas elaboradas y dirigidas por el propio Diego a sus “benefactores”, reclamándoles apoyo económico en correspondencia a su lealtad y a sus servicios: Carlos Salinas de Gortari, Carlos Slim, Roberto Hernández, Alfredo Harp, Alberto Bailleres, Claudio X González, Lorenzo Servitje, Lorenzo Zambrano, Emilio Azcárraga Jean, Ricardo Salinas Pliego, Bernardo Quintana, Ignacio Loyola, Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa Patrón, Juan Sandoval Íñiguez, Onésimo Cepeda, Norberto Rivera Carrera, Roberto Madrazo, Jorge Hank Ronh, Santiago Creel, Enrique Peña Nieto, Carlos Romero Dechamps, Elba Esther Gordillo, entre otros. Se establecen diversas relaciones entre empresarios, políticos, la Iglesia, el narcotráfico, las redes de crimen organizado, el ejército, los grupos paramilitares, las televisoras, etc. Estas relaciones están regidas por entendidos más allá de la legalidad, por dentro y fuera de toda apariencia de normatividad; son feudos de una maraña de poderes en pugna y con el control del país.

“Diego Fernández de Cevallos acumula una larga pero poco honrosa carrera de impunidad y enriquecimiento. Por ejemplo, como amigo y abogado del millonario Alberto Bailleres (Presidente de Grupo Bal y dueño de El Palacio de Hierro y Seguros GNP), defendió a la empresa MetMex Peñoles contra las madres de más de 11 mil niños envenenados por la contaminación ocasionada por la fundidora en Torreón, Coahuila. Ni las movilizaciones ni demandas penales de los afectados tuvieron éxito, pues la poderosa empresa estaba jurídicamente blindada contra las demandas populares gracias a las artes litigantes de su abogado, a quien la justicia es lo que menos importa.

“Ahora sabemos que la revelada relación entre los gobiernos mexicanos y el narcotráfico ha sido una constante. Lo que en un inicio fue un jugoso negocio controlado con acuerdos y cuotas pactadas se ha convertido en un mercado en disputa donde el gobierno no ha dejado de favorecer al ala que lo ha nutrido. Desde finales de los ochentas la diferencia entre el narco y el Estado comenzó a desdibujarse y no se sabía quién era quién.

“A través de esta compleja y poderosa mafia, Diego Fernández de Cevallos fue pieza central para concretar el cambio de México a un Estado mínimo (sin responsabilidades sociales y de economía abierta, privatización y apertura comercial a capitales trasnacionales), además de diversos cambios de legislación que implicaron quiebres históricos para México. Desde la legitimación del fraude realizado contra Cuauhtémoc Cárdenas, la venta de las empresas paraestatales, la privatización de la banca mexicana, la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte, hasta el reconocimiento jurídico de la Iglesia católica (dando vuelta atrás a más de 100 años de lucha por la separación de la Iglesia y el Estado) y la reforma al artículo 27 de la Constitución (considerado como el máximo triunfo de la Revolución de 1910), aniquilando no una forma de producción económica (los ejidos) sino la base de la identidad de muchas culturas; conocemos a los responsables directos de la actual realidad mexicana.

“Estas personas, fieles a una lógica que niega de facto el derecho a la vida digna de la mayor parte de la población mexicana, han prostituido los bienes y recursos de la nación, se han servido de ella, la han disfrazado, mutilado y traicionaron su historia… a cambio, se hincharon de poder político y económico. Es alta traición llevar adelante todas estas operaciones e igualmente grave legalizar su operación garantizando su impunidad al armarse una propia justicia; ni siquiera en su lógica son inocentes. Han tenido la osadía de abanderar y operar un proyecto antipatriótico que renuncia a honrar la memoria histórica y que confina a la gente a la miseria como forma general de la existencia.

“El país se desmorona ante sus ojos atónitos que no dan crédito a lo que ven; se deshace por causa suya sin que discursos y fanfarrias mediáticas puedan convencernos de que vamos con rumbo cierto a la solución de los múltiples problemas que históricamente persisten en el país; la nación se desangra a borbollones y no desean admitir que ellos y solamente Ellos, han saciado su hambre de riqueza desmedida y poder político inconmensurable a costa de una patria exangüe y anémica.

“Más de 30 mil muertos sin contar a aquellos que deambulan en el anonimato; más de 200 mil encarcelados por haber encontrado como opción de vida la delincuencia; casi 8 millones de jóvenes desocupados que bien podrían alimentar los grupos delincuenciales, de esquiroles o la drogodependencia. La pérdida progresiva de visión de futuro y de perspectiva para los jóvenes que miran como opción de vida el enriquecimiento rápido a través de su inserción dentro del mágico mundo de la “cultura de las televisoras” o dentro de las huestes del narcotráfico. La extinción de fuerzas de trabajo para defender los intereses de Ellos, a través de la privatización de empresas y recursos del país; la pauperización de condiciones de trabajo y de salarios para mantener fuentes de empleo. La militarización del país, la criminalización de la disidencia política, la paramilitarización de las policías, la extinción de los derechos humanos bajo argucias legales y extralegales, entre éstas la impunidad de los militares bajo el concepto de “fuero militar”, el incumplimiento de las garantías individuales “plasmadas en la Constitución” para dar paso a la inconstitucional figura del “arraigo”.

“Este es un fragmento del México que han dejado como saldo para nosotros una larga dictadura, la seudotransición y las complicidades partidistas. Si recortamos nuestra descripción a los últimos 25 años… ¡qué curioso! encontramos a los mismos delincuentes que habíamos denunciado antes y entre ellos a Diego Fernández de Cevallos.

“Estos delincuentes de cuello blanco han saqueado a la Patria, han organizado sus grupos y acciones para poder gozar del poder y enriquecerse de manera prepotente bajo el manto de su protección. Han aprovechado sus estancias en los órganos estatales y se han servido de ello para obtener ilegal e ilegítimamente beneficios económicos, políticos e ideológicos para ser Ellos y solamente Ellos los únicos y eternos beneficiarios.

“Ellos se manejan de acuerdo a principios y valores que en la práctica niegan la posibilidad de vida plena para Nosotros. Han gozado de la posibilidad de ejercer la violencia de manera legal e ilegal, visible e invisible no sólo contra las expresiones armadas organizadas sino en escarmientos contra cualquier demostración de hartazgo e insubordinación social. Estos principios y valores son reproducidos todos los días por individuos con poder local (en las colonias, en los municipios, en pueblos y ranchos) que de manera miserable maltratan y menosprecian a la gente aprovechando la constante de la pobreza. La transformación de todo esto pasa por erradicar estas conductas que encuentran en el provecho del ejercicio impune del poder económico, político, religioso, etc., su hábitat para garantizar sus privilegios a costa de los demás.

Tercera parte. “Diego Fernández de Cevallos parecía intocable hasta aquella noche en que su pasado oscuro lo alcanzó. Y, muy a su pesar, tuvo que responder de algunos de sus actos y verse en el espejo de nuestra mirada… espejo que al hacerlo prisionero reflejó su hechura de corrupto, prepotente y voraz expropiador, demostrando un hecho fundamental: siempre que como pueblo nos atrevamos a luchar contra la injusticia, no habrá felonía que quede impune.

“Diego Fernández de Cevallos Ramos (DFCR) es uno de los políticos que mayor responsabilidad tienen en el sostenido proceso de hecatombe económica, política y social que la elite dominante ha impuesto y desplegado en nuestro país de 1982 a la fecha, por medio de un entramado mafioso que opera dentro y fuera de las instituciones estatales; este proceso depredador vino a profundizar, bajo la criminal bandera neoliberal, las de por sí deterioradas condiciones de vida de los hombres y mujeres que viven en México, generando la mayor contrarreforma y el mayor retroceso histórico en nuestro país en lo que a bienestar social se refiere.

“DFCR es uno de los políticos que más se ha caracterizado por el abuso del poder, el tráfico de influencias y el enriquecimiento a costa del erario y de los bienes de la nación, legislando en pro de los grandes monopolios (financieros, de comunicaciones, alimentos, construcción, transportes, etc.) asesorando a las mafias del poder y litigando a favor de los grandes capos del narcotráfico. Es uno de los principales cómplices y operadores del fraudulento proceso electoral que se ha perpetrado sistemáticamente en nuestro país, desde el ocultamiento del fraude que impuso en 1988 a Carlos Salinas de Gortari en la presidencia mediante la quema de boletas electorales hasta la organización del fraude que en 2006 impuso a Felipe Calderón Hinojosa. Es uno de los principales encubridores de los responsables de la guerra sucia y contrainsurgente desplegada por el régimen priista y ahora por el PAN contra los movimientos sociales, armados o no, convirtiéndose en uno más de los cómplices de la existencia de incontables perseguidos, torturados, asesinados, presos y desaparecidos por motivos políticos. Es un responsable directo de la inserción subordinada de México al bloque de países capitaneados en nuestro continente por el imperialismo estadounidense y, en consecuencia, del desmantelamiento industrial, la ruina del campo, la masiva migración, de la pauperización de la vida en general y el saqueo de nuestros recursos.

“En breve, Diego Fernández de Cevallos Ramos es un operador de la oligarquía neoliberal y de la ultraderecha fundamentalista, un traficante de influencias, un mercenario de los juzgados, un legislador a sueldo, un rentista de la crisis y un defensor de los grandes capos de la droga. Por ello su aprehensión fue una actividad pensada y realizada como un acto de desagravio.

“Tomarlo prisionero, exhibirlo y obligarlo a devolver una milésima de lo robado constituyó además un golpe político a la plutocracia y a sus instituciones; una demostración de la voluntad de lucha y de la capacidad operativa de los “descalzonados”, como él nos denomina; una demostración de que nadie, por poderoso que sea, puede ser intocable; una demostración de que con unidad de acción se puede doblegar la voluntad del enemigo y combatir la impunidad.

“Pocas veces se había percibido el miedo, la confusión y el enojo que una imagen puede generar en la poderosa elite gobernante, como lo hizo la primera foto del jefe Diego cautivo que empezó a circular en internet, y que los medios de comunicación se vieron obligados a difundir. En ella se le pudo observar no con la prepotencia ni el cinismo de los que ha hecho gala el trasnochado encomendero a lo largo de su vida personal y política, sino en la total indefensión, casi parecida a la que vivimos y a la que hemos sido sometidos la mayoría de mexicanos, sólo que con una notable diferencia: a Diego le fue respetada su integridad física sin el desprecio que por la vida humana demuestra el poder con Nosotros.

“Esta tarea es parte de un proyecto más grande e importante: participar en la construcción del poder popular para transformar este país transnacionalizado en una verdadera patria digna, libre y nuestra. ¿O es mucho soñar con que las riquezas de México sean para la mayoría de los mexicanos? ¿Es ambicioso soñar con un país productivo que pueda dar trabajo y remuneración digna a sus hijos? ¿Es un sueño guajiro pensar que somos los 90 millones de pobres quienes debemos tener la posibilidad real de tomar las decisiones importantes en el modelo económico, político y cultural que deseamos? ¿Es mucho pedir un México para todos los mexicanos?

“Fraternalmente:

RED POR LA TRANSFORMACIÓN GLOBAL

¡CONTRA LA INJUSTICIA Y LA IMPUNIDAD, NI PERDÓN NI OLVIDO!

Invierno de 2010”.

(Tomado de Jenaro Villamil, proceso.com, 20/XII/10; Verónica Espinosa, proceso.com, 18/XII/10).

No hay comentarios:

Publicar un comentario