domingo, 16 de mayo de 2010

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EDITORIAL: Preguntas de un trovador que sueña

Si el flautista de Hamelín partiera con todos/ nuestros/ hijos ¿comprenderíamos que se nos va el/futuro?

Si ese futuro que se nos va supiera adónde lo/ lleva el/ flautista de Hamelín ¿partiría con él?

Si un huelguista de hambre exigiera que/ Obama levantara/ el bloqueo ¿lo apoyaría el Grupo Prisa?

Si los miles de cubanos que perdimos familia/ en atentados de la CIA hiciéramos una carta/ de denuncia/ ¿la firmaría Carlos Alberto Montaner?

Si algunas firmas meditaran antes de/ condenar las/ cárceles ajenas ¿resultarían incólumes las/ propias?

Si un líder del norte es un líder/ ¿por qué es caudillo el que nació en el sur?

Si la política imperial es responsable de/ algunas de/ nuestras desgracias ¿no deberíamos/ liberarnos también/ de esa parte de la política imperial?

Si condenamos la guerra fría ¿nos referimos a/ toda/ o sólo a la porción ajena?

Si este gobierno ha sido tan malo ¿de dónde/ ha salido este pueblo tan bueno?

Si el que hoy maldice ayer bendijo/ ¿con quién pasó la noche?

Patria, Universo, Vida, respeto al semejante/ y todos Venceremos un poquito

Texto de Silvio Rodríguez en respuesta al periodista anticastrista y escritor en el exilio en Madrid, Carlos Alberto Montaner.

EDITORIAL: Parir desde la pobreza

Desde que tenía apenas unos 6 años los niños del barrio lo empezaron a llamar “el Ratón”. Pasaron muchos años desde aquel bautismo. Ahora ya ronda los 18 y ya nadie se acuerda de que alguna vez, cuando todavía estaba en la panza de su mamá, lo soñaron con el nombre de Alejandro. Tiempos aquellos de ilusión ingenua. Le soñaban con un destino magno que nunca llegó. Él siempre fue y será “el Ratón” para todos. Cargando con un apodo que le asestaron por esa altura siempre escasa, la melena renegrida y salvaje y la histórica manía de andar corriendo, como queriendo escapar. Todo el tiempo. Fugando quién sabe de qué dolores de ese barrio, al que alguien, en el Ayuntamiento le propuso el nombre de “Santa María” o “Renovación” o “Purísima Concepción” (¿importa el nombre?) como una ácida ironía de un lugar anclado en la exclusión más honda. Su mamá, la Concha, tuvo desde siempre y sin saberlo, una pertenencia de fuego. Es parte de ese colectivo de madres que se ubican hoy en el 37% de mujeres en edad fértil hundidas en la pobreza o la indigencia. Una investigación del CEIDAS (http://www.ceidas.org/cs_map_guanajuato_esp.shtml) reveló que 254 mil 129 hogares (23% del total) en el estado de Guanajuato son jefaturados por mujeres. La Concha y “el Ratón” pertenecen a esta categoría: viven en casa de la abuela de “el Ratón”, una mujer divorciada y dejada en el desamparo. De los 4 millones 893 mil 812 habitantes en el estado, 924 mil 930 (18.9%) viven en condición de pobreza alimentaria –definida como la incapacidad para obtener una canasta básica alimentaria–; 1 millón 301 mil 753 mujeres (26.6% del total de habitantes) viven en condición de pobreza de capacidades –definida como la insuficiencia del ingreso disponible para adquirir el valor de la canasta alimentaria y efectuar los gastos necesarios en salud y educación–; 2 millones 525 mil 206 guanajuatenses (51.6%) viven en condición de pobreza de patrimonio –definida como la insuficiencia del ingreso disponible para adquirir el valor de la canasta alimentaria, así como realizar los gastos necesarios en salud, vestido, vivienda, transporte y educación–. Además, 1 millón 32 mil 292 mujeres mayores de 15 años (59% del total de mujeres) han sido víctimas de violencia intrafamiliar. Y de ellas el 28.6% es pobre y el 9.1% es indigente. El mismo informe resaltó que “la transmisión intergeneracional de la pobreza comienza en el hogar. Las y los hijos de madres y padres pobres tienen una alta probabilidad de ser pobres, y las y los niños que crecen en hogares pobres, incluyendo los hogares encabezados por mujeres, crecerán y replicarán estas condiciones”. Ni “el Ratón” ni la Concha saben que llegaron marcados por el estigma de pertenencia a esa estadística que no perdona. Que no deja margen alguno para volar hacia otras tierras menos crueles. Predestinados a la resignación o al odio por ese karma devenido sistémico. Nacidos y empujados a los abismos en geografías que repiten la historia una y otra vez en un círculo que se parece demasiado a un sino feroz. “Es como llevar una cruz encima, ¿no? La cargó mi mamá y la voy a cargar yo también. Tiene que ser así”, dice resignadamente Romina, con sus 15, mientras ve rondar los dolores de su madre sobre sí misma como un fantasma que la busca y la seduce. Como una araña que va tejiendo su tela en la que espera pacientemente que se pose su enemigo para atraparlo y luego devorarlo impiadosamente. El informe del CEIDAS desnuda que “las mujeres que son madres en México se encuentran en una condición social de mayor vulnerabilidad” con respecto a las que “están en situación de ser jefas de hogar o cónyuges pero que no tienen hijas o hijos”. Las inequidades de un país que empuja a los acantilados de la nada a millones que juntan desde los márgenes las migajas que deja la brecha del desamparo, generan que el grueso de las mujeres en edad fértil padezcan una anemia ya crónica que simboliza la crueldad de la desnutrición. Se trata de un círculo sanguinario, nacido en la más férrea determinación de un sistema dispuesto a sobrevivir a partir de la expulsión. De la estigmatización eterna de quienes van aportando más y más vidas a un ejército de vulnerados. Que responde a la lógica atroz de que pertenecer es un verbo destinado a unos pocos. Son los millones que miran y crecen sin la oportunidad de la vida justa.

(Texto basado en Claudia Rafael, argenpress, 28/I/10).

EDITORIAL: Qué es noticia y qué no lo es

Si Al Qaeda, por ejemplo, hiciera estallar hoy en el mundo cien camiones cargados de toneladas de explosivos matando a 17 mil personas ¿alguien duda de que esa fuera la noticia que recogieran mañana en sus titulares todos los periódicos? ¿Es posible concebir que un informativo por radio o por televisión no hiciera de semejante masacre la noticia del día?

No habría espacio en los medios para nada que no fuera la muerte de esas 17 mil personas. Entrevistas, reportajes, valoraciones, condenas, represalias… A través de los medios asistiríamos una y otra vez a las imágenes del horror, nos aprenderíamos de memoria los nombres de las víctimas, guardaríamos todos los minutos de silencio, mostraríamos toda nuestra enérgica repulsa clamando al cielo porque nunca volviera a repetirse tan terrible atentado. Seis torres gemelas destruidas.

Pues bien, cuando termine el día de hoy habrán muerto 17 mil personas en el mundo, sólo que no a manos de una perversa organización terrorista sino a causa del hambre que impone el bendito mercado, auxiliado de algunos Estados, fondos monetarios y bancos mundiales, como pretexto que garantice nuestro modo de vida.

Obviamente, esos miles de muertos no serán noticia, no tendrán cabida en ninguna primera página, no aparecerán en los informativos, no sabremos que han muerto.

Y el problema es que mañana también morirán otros 17 mil seres humanos por la misma causa, con la misma impunidad y en el mismo silencio. El capitalismo, la más repulsiva lacra humana que se haya podido crear, el más nauseabundo de todos los terrores, los mata todos los días.

Un medio de comunicación que por tal se tenga, que se diga apegado a la verdad e independiente, que asuma con rigor su responsabilidad de informarnos de lo que pasa en el mundo, ya debería tener preparados sus titulares de mañana denunciando la muerte de esas 17 mil personas por hambre, a las que habría que sumar el millón y medio de niños muertos al año, un niño cada 15 segundos, según reportaba en estos días Naciones Unidas, por carecer de agua o beber agua contaminada por los vertidos de un mercado que no parece dispuesto a reducir el frenesí del negocio ante semejantes menudencias. El supuesto progreso, en cuyo nombre se perpetra el crimen, no sólo nos mata sino que, además, nos niega.

Y la excusa, la más socorrida coartada para que los medios de comunicación nos escondan la diaria matanza es que, precisamente, por ocurrir todos los días, nunca son noticia esos 17 mil cadáveres.

Por la misma razón tampoco ha tenido mayor despliegue en los medios de comunicación el descubrimiento de una fosa común en la democrática Colombia, esa que dice Miguel Bosé tiene “dos cojones”, con dos mil cadáveres de campesinos asesinados por paramilitares y el Ejército de ese país. Cierto que era la mayor fosa descubierta pero son decenas las que ya se han hallado y las que aún faltan por descubrirse.

Por ello tampoco es noticia el asesinato de miles de sindicalistas en ese mismo país, o el diario asesinato de opositores en Honduras, o la guerra pública que el narcotráfico arraigado en estados que le sirven de amparo, han convertido a México en una maldición.

Como no es noticia que democracias europeas que se tienen por paradigma de todas las virtudes apelen a la tortura con generosa insistencia e impunidad; que se les pierdan los disidentes por las morgues o que pongan en la calle a los escasos criminales y delincuentes a los que se tuvo la desfachatez de someter a la justicia.

Tal vez por ello, porque nunca había ocurrido antes en Cuba, dado que los cinco presos que hasta la fecha se han suicidado en Guantánamo no parece puedan cargarse en la cuenta de La Habana, el que un preso haya llevado una huelga de hambre hasta sus últimas consecuencias, sí justifica el derroche de titulares, adjetivos y días que los medios de comunicación todavía le dedican.

Parafraseando a Santiago Alba, cuando al respecto de la mentada crisis escribía que “la crisis no consiste en que millones de personas mueran de hambre en el mundo, sino que un grupito de millonarios no alcancen a ganar lo suficiente”, la noticia tampoco es que mueran sólo de hambre 17 mil personas todos los días, sino que un preso cubano muera en huelga de hambre.

(Texto de Koldo Campos Sagaseta, rebelión, 24/III/10).

MUNICIPAL: Democracia inorgánica

La gente no tiene un pelo de tonta. Pero sabemos que el ser humano es, en conjunto y filosóficamente, un necio. Una de las cosas que se le ocurrió para organizarse como colectividad es, la democracia inorgánica: unos pocos se postulan para gobernar en cada estado y en cada pueblo, y decenas de miles eligen a unos cuantos aunque nada saben sobre ellos a priori; es decir, sobre su rectitud y su virtud; esto es, de su sentido y predisposición al llamado “bien común”, que es el bien de todos jurídica, moral y políticamente hablando. En tales condiciones todo se resuelve eligiendo a unos representantes. Al principio nadie sabe cómo va a resultar el experimento. Pero poco a poco la ciudadanía va descubriendo la ralea de aquellos que se ofrecieron para pastorearla. Y llega un momento en que la ciudadanía se da cuenta de que para que su sociedad funcione y se resuelvan los problemas que en buena medida ocasionan los propios políticos, las policías, la justicia y los medios que los divulgan y generan ellos mismos, ha de elegir entre poco sinvergüenzas, razonablemente sinvergüenzas y muy sinvergüenzas, pero todos sin remisión sinvergüenzas, mentirosos y trapaceros en uno u otro grado. Los que se dan cuenta de la trampa a medida que pasan las administraciones públicas, van abandonando el barco de la “cosa pública” y dejan de votar. Así, con la abstención o votando sin criterio, se van reduciendo cada vez más las posibilidades de que en la política se encuentre uno con gente honesta con sentido de servicio a la comunidad. El proceso se acelera hasta quedar toda ella en manos de bribones. Así es como la democracia inorgánica se va desvelando como lo que es: un mecanismo puesto al servicio de los poderosos entre los que figuran en mayoría los oligarcas. Así, el pueblo, la ciudadanía, el grueso de la colectividad quedan descolgados del reparto del bienestar material, del respeto de aquellos, del llamado bien común y del interés por la política. En la democracia inorgánica las insidias, la corrupción, la malversación, el cohecho y los abusos de poder sin límites irán a más; la fatiga y el desinterés por la política se irán apoderando de las grandes masas de población. Lo que a su vez facilitará la llegada de aquellos y aquellas que, haciéndose pasar por políticos o sin simularlo, se declaran como los mejores arribistas, ventajistas, ladrones y criminales a sueldo de caciques y oligarcas. Pero por otro lado, en el reverso de la medalla, hay vidas que transcurren limpiamente. Sin muchas pretensiones. Tan sólo, limpiamente. Se trata de gente honesta. Gente buena. Trabajadores. Decentes. Que quieren seguir con esperanzas. Pero sin olvidos. Normales. Y se sabe, lo normal, en estos lares, siempre es escaso. Pero los pueblos son honestos. Conocen sus necesidades y luchan. Conoce de traiciones y desespera. Conoce sus límites. Y se limita. Sin reprimirse. También sabe que se equivoca. Se informa. Se aclara. Empieza de nuevo. La lucha es de todos los días. Hay muchos, que por lo general, viven pidiendo disculpas. Y muchos otros, que por tanta decencia, los bribones, los toman por sonsos. Muchas veces creen que son sumisos. Intentan utilizarlos. Que son dóciles y pasivos. Intentan movilizarlos. Intentan masificarlos. Claro, los sinvergüenzas nunca son honestos, sus disculpas, cuando lo hacen, son falsas. Se creen, se sienten, se reconocen y actúan como insuperables. Y hay quienes les creen. Tales sinvergüenzas llegan a sentirse imprescindibles. La gente que es pueblo no deja de mirar. Mira sin entender. Simplemente, mira. ¿Podrán decir lo que entienden? ¿Podrán decir lo que piensan? ¿Tendrán libertad para decirlo? Miran en silencio. Pocas veces hacen sentir su peso. Siempre se han callado. Entonces, en tiempos de turbulencias, como los actuales, los sinvergüenzas, los vivillos, y otras yerbas, creen que más que prudente el pueblo es idiota. Y los toman por idiotas. Los atropellan. Y por supuesto, les ponen precio. Los cotiza. Hay para ellos una bolsa de valores. En la soberbia del necio, el ramplón se cree insuperable. Quizás allí nace el arrogante. El déspota. El insoportable. El implacable. El mandón de turno. El servil de su jefe. ¡Ah, los serviles que pululan sobre la cabellera y barba del príncipe! Jorobados de tanta genuflexión, agradecidos por sus salarios a base de zalamerías. El servil es el verdugo del pobre, del subalterno que sólo tiene su fuerza de trabajo. Y de esa calaña están llenas las oficinas de las distintas direcciones de la administración pública. Con vinculación y verborrea. Con cargo, en camiseta o corbata. Con influencia y cara dura, el servil pretende llegar lejos…hasta donde lo deje “su jefe”. El asunto es trepar…hasta donde lo deje… “el jefe”. Los vivillos, los bribones, cotizan hasta las disculpas. Son los deshonestos. Son los miserables. Esos no son ni tontos, ni sumisos. Son, los sinvergüenzas. Generalmente no tienen límites. Menos ideología. En la subasta entregan hasta a la madre. Tienen el precio de la precariedad. De la urgencia. De su necesidad. Es un precio vil. El que le pagan. En los barrios a eso le llaman “lamer suelas” y arrasan con todo. Con las conciencias. La propia, no la tuvieron nunca. La ajena, no les importa nada. De ellos, Carlos Marx y Víctor Hugo, desde diferentes disciplinas, se ocuparon bastante. Uno durante su vida entera. Digna vida. Su capacidad analítica. Su ciencia. Su extraordinaria y cada día más cruelmente demostrada teoría económica. Donde el capital le roba la sangre y la vida al hombre que vive de su trabajo y de su esfuerzo cotidiano. El otro con la literatura y el teatro. La historia de hombres y mujeres, en las luchas por la liberación, la igualdad. La dignidad humana. Contra la mezquindad y la explotación. El sometimiento de unos, contra los otros. De pobres y de ricos. De ilustrados y analfabetos. De iguales y menos iguales. Luchas conmovedoras de pueblos enteros explotados hasta el exterminio o la indignidad del hambre y de la muerte. Por la fuerza y el capital. Los que parecen no haber entendido a Carlos Marx, ni buscan hacerlo, ni les interesa, son los que corren las fronteras ideológicas. Los que acompañan especulativamente la miseria de la clase obrera. Sólo para la obtención especulativa de réditos políticos. De canonjías. De transas. Rufianes del futuro.

(Basado en Jaime Richart, argenpress, 23/XI/09; Elisa Rando, argenpress, 18/VII/08).

MUNICIPAL: Miseria que crece

La marginación como síndrome tiene múltiples causas, pero es una sintomatología común que se observa en personas marginadas de los centros urbanos. Estrés y neurosis traumática son dos conceptos clave que, desde la sicopatología, permiten explicar el comportamiento de marginados urbanos. Si bien estos individuos se circunscribían a los cinturones de miseria periféricos de las grandes ciudades, en los pasados 30 años el incremento de la pobreza ha crecido de forma alarmante y ahora se ven infiltrados en las manchas urbanas de pueblos y ciudades con cierto grado de industrialización. ¿Con qué palabras describir lo que ha sido la dramática involución de la economía en nuestro país, azotada por las garras del fantasma del neoliberalismo, la corrupción, la violencia sin límite, la descomposición social, la ingobernabilidad reinante en todos estos años y, para colmo de desgracias, la terrible crisis económica que aún no toca fondo? Herederos usufructuarios de desnutrición, depresión, carencias de toda índole y duelos no elaborados, los niños marginados vienen al mundo en condiciones precarias llevadas al extremo: servicios médicos inaccesibles, escasa o nula atención prenatal, alta incidencia de complicaciones peri y transnatales, inadecuado aporte nutricional y, para agravar aún más la situación, llegan a un hogar donde privan el ruido y el hacinamiento. La mayoría de ellos crecen entre una madre deprimida y un padre ausente, o bien alcohólico y violento, condenándolos al grito y al silencio, a la dolorosa experiencia de la marginalidad. El marginado es ese personaje que parece sumergirse cada vez más en las sombras en condiciones de extremo dolor y de un vivir infrahumano, donde desarraigo y falta de pertenencia son las coordenadas de su horizonte. El exilio del marginado es un doble exilio, el de la exclusión por parte de la sociedad a la que arriban, y el otro, que pesa y gravita sobre todos nosotros: el del teatro de la crueldad. Crueldad en la experiencia de la marginalidad, donde todo pareciera situarse en el margen, al margen, en las fronteras, en el exilio, en la exclusión, en la tierra de nadie, en el desarraigo, en la no pertenencia, en el no ha lugar de la ley, en la fragmentación. Inframundo donde los fantasmas danzan en incesante carrusel de escenas grotescas, donde la angustia es el afecto predominante, las pérdidas y los duelos no dan tregua. Gritos y lamentos que emergen desde la oquedad, el vacío y la disonancia. Duelos negros, muy negros. Y así, entre el dolor y el desencuentro el marginado sólo sabe de hambre y miseria. La geografía de la exclusión es contundente. Van algunos números. Los datos del CONEVAL de 2005 señalan que San Francisco es una ciudad con rezagos importantes: a) 6.1% de la población de 15 años o más, es analfabeta; b) 8.79% de la población cuyas edades oscilan de los 6 a 14 años, no va a la escuela; c) 60.16% de la población de 15 años o más no tiene completa su educación básica; d) 47.38% de la población no tiene acceso a los servicios de salud; e) 10.33% de las viviendas habitadas no tienen refrigerador. Es decir, prosperidad para una minoría y desempleo e inseguridad para inmensas mayorías, son dos caras de la llamada estabilidad social. Con un sistema educativo quebrado, es evidente que el peor error del liberalismo ha sido confiar la educación, especialmente en el grado superior, a la empresa privada, y soslayar la responsabilidad del Estado. Pero mientras para los excluidos la vida es un infierno, la cúpula de la burocracia local se deshace en devaneos legaloides y en discursos demagógicos que no hacen sino confirmar lo ya dicho en estas páginas: la ineptitud y la improvisación son el sello de la actual administración pública: a) el alcalde Jaime Verdín, convocó a inicios de marzo a todos los directores de área, para pedirles que por favor no sean gandallas y que si van a rasguñarse algo, lo hagan con total discreción, porque será implacable contra quienes cometan algún robo o fraude; les dijo a los ahí reunidos que, con mucha pena, pero tendrá que darles las gracias y boletinarlos a todas las instancias de gobierno de todos los niveles, para que jamás vuelvan a ser contratados como funcionarios públicos. Por supuesto que los asistentes a tan importante reunión salieron pálidos de terror ante las amenazas proferidas por el alcalde. A partir de ese día, se respira una tranquilizadora honestidad y pulcritud en cada ámbito de la administración; b) cinco días después de la balacera protagonizada por los tripulantes de una motocicleta la noche del 19 de marzo, en contra de jóvenes reunidos en la esquina de las calles Colombia y 5 de Febrero en la colonia Renovación, uno de los llamados “focos rojos” de la ciudad; y 16 días después del lamentable accidente en que perdiera la vida una joven que era transportada por su padre en una motocicleta, en la esquina de los bulevares Josefa O. de Domínguez y Juventino Rosas, miembros del Ejército tomaron por asalto las instalaciones de Seguridad Pública: los policías fueron vergonzosamente “revisados” por la soldadesca. El incapaz director de Seguridad Pública, Héctor Rosiles, responsable de la filtración del video que, circula en cientos y cientos de celulares, en el que se muestra la forma horrible en que la joven perdió la vida, mostró su beneplácito ante tal medida. Por su parte, Jaime Hitler Verdín y su patiño Rodolfo Pinochet Aguirre, expresaron que es “normal” que en “una sociedad democrática como en la que vivimos”, el Ejército se presente y someta a revisión a todo aquel ciudadano o funcionario público con la única y loable finalidad de “generar confianza en el resto de la población”, porque “en lo que se refiere a seguridad, siempre el Municipio (o sea, Hitler Verdín) estará a favor de la tranquilidad de sus habitantes”. ¿Quién habló de la inconstitucionalidad de tal medida? ¿Quién dijo algo sobre la violación a los derechos humanos de quienes fueron ultrajados por la soldaesca?; c) con dedicatoria a José Ángel, quien parece vivir sus últimos días tanto como director del Museo de la Ciudad y como presidente del patronato que rige al Museo, Hitler Verdín, en un ataque de verborrea, declaró que “es necesario modificar la figura jurídica de patronato a consejo”, porque “tanto la población como las autoridades desconocemos quiénes lo integran, cuánto tiempo llevan en sus cargos y cuál es su misión”. Emocionado y con muchas ganas de soltar labia, le dio la puntilla a la “abnegada labor que José Ángel hace por el bien de San Francisco” (Toño Salvador dixit): “San Fran­cis­co re­quie­re es­pa­cios cul­tu­ra­les dig­nos, que permitan dar­le un gi­ro a la his­to­ria y a de­ce­nas de per­so­nas que no quie­ren de­jar que mue­ra la his­to­ria que ha en­mar­ca­do a este munici­pio des­de ha­ce más de 400 años”; d) para que desde temprana edad los niños sepan que así como hay salarios de hambre, también hay becas de hambre, la autoridad responsable, con espíritu pedagógico reconoció que el 20% de los niños que estudian primaria ha desertado por causas que van desde lo económico hasta alimentaria, y para detener esa sangría, ha dispuesto que a los niños de mejor promedio se les asigne una súper beca de 221 pesotes cada bimestre, es decir, 110.50 pesos por mes. ¡Seguro que así se va a detener la deserción escolar!

(Basado en José Cueli, La Jornada, 5/III/10; a.m., marzo 8, 20, 24, 25 y 27 de 2010; El Heraldo de León, 17/III/10).

MUNICIPAL: Privatizar el servicio de limpia

Precisamente privatizar es expoliar no sólo la cosa pública, sino ir en contra de los intereses colectivos. Privatizar es empequeñecer y aun anular al individuo común. La privatización busca diluir la individualidad y la familia natural en un cuerpo o ente jurídico anónimo, en que los dueños del capital, después de haberse apropiado de un servicio que corresponde administrar a la autoridad municipal, desaparecen virtualmente del concierto social para abstenerse de la responsabilidad de dar cuentas a la población. Privatizar es traspasar a manos de pequeños grupos lo que le pertenece a la sociedad. La privatización busca que nuestros depredadores continúen beneficiándose de la cadena trófica del capitalismo, cuya naturaleza es una escalonada antropofagia social en la que unas veces somos los monos de laboratorio, y otras veces somos las ratas de cloaca que se alimentan de lo que tiran los grandes y medianos poseedores. ¿Por qué todo esto? Porque ciertos empresarios han impresionado al primer panista del municipio con la idea de otorgar en concesión el servicio de limpia. De concretarse, la empresa negociará contratos laborales que sustantivamente serán leoninos para el trabajador. Privatizar el servicio de limpia es lo que propone Jaime Verdín, pero todavía falta que los regidores se vayan con la finta y aprueben algo de lo que en el futuro se van a arrepentir. El mejor ejemplo para estar en contra de esa idea es León, ciudad que sufre con el servicio de limpia “concesionado”, por ser ineficiente, por que es caro y por que, a final de cuentas, en caso de un colapso financiero por parte de los concesionarios, será el municipio leonés el que tenga que “salvar” a tales empresas de la quiebra. En San Francisco no queremos que pase algo así. De aprobarse la concesión del servicio de limpia, Jaime Verdín pasará a la historia como el gran privatizador de un servicio que le corresponde brindar al municipio. En todo caso, si lo que se quiere es que las más de cien toneladas diarias de basura sean aprovechadas mediante la separación y procesamiento de la misma, pues que Servicios Públicos Municipales se allegue de la tecnología que ya se utiliza en otros municipios para tales efectos. Además, a) implementar un programa de educación ciudadana para que desde cada hogar se separe la basura, b) abocarse hacia una transformación profunda en el servicio de limpia, c) crear un cuerpo colegiado integrado por personas de probada solvencia moral que atienda las necesidades de mayor prioridad de Servicios Públicos Municipales. Nosotros, por supuesto que nos oponemos a la privatización del servicio de limpia. El alcalde dirá que la privatización del servicio es “conveniente, progresista y de vanguardia”; sin embargo, Verdín piensa como empresario, como un vulgar burgués, y no como un funcionario público comprometido con la sociedad. Es decir, él supone que con la privatización se van a erradicar problemas que tienen que ver con la pepena de basura, con el manejo de la misma y con problemas laborales de quienes trabajan para Servicios Públicos Municipales. Lo que se requiere es erradicar la corrupción y los vicios que por décadas han existido en Servicios Públicos Municipales, comenzando por la destitución de aquellos que se han enquistado en esa dependencia sin tener interés alguno por mejorar el servicio. Por ahí es por donde debe comenzar Jaime Verdín. Aquí cabe recordar lo que menciona Giovanni Sartori en Homo videns, ¿cuál será el destino de una ciudad dejada en manos de la inconsecuencialidad de individuos incapaces de construir un discurso coherente que vaya de las premisas a las consecuencias? Por ello, los que todavía son pensantes –dice Sartori– tienen que denunciar la irresponsabilidad e inconsciencia de las cada vez mayores legiones de vendedores de humo que olvidan que la ciudad en la que vivimos y viviremos no es “naturaleza”, sino que es de cabo a rabo un producto artificial construido por el homo sapiens. Y si hacemos caso a los falsos profetas que nos bombardean con sus mensajes “novedosos y vanguardistas”, llegaremos rápidamente al caos, al arrepentimiento y al repartidero de culpas. ¿Queremos llegar a ese punto?

(Basado en Jaime Richart, argenpress, 11/III/10; a.m., 10/III/10).

MUNICIPAL: Cuando las tensiones incendiaron “La Renova”

A las 6 de la mañana del domingo, la colonia Renovación, en el sureste de la mancha urbana francorrinconesa, se transformó en una sumatoria de absurdos previsibles. Una parejita de adolescentes, de 16 años, que viajaba en una Italika y sin casco, colisionó contra una camioneta Dodge Ram del cuerpo de policía. La chamaca, Yuliana N., murió en el acto. El muchacho, Juan S., falleció cuando llegaba al hospital. Las primeras versiones denunciaban que la moto era perseguida por los policías que intentaban sancionar a los muchachos porque no llevaban casco. Las versiones estuvieron cargadas de coraje y rabia, con motivaciones no muy difíciles de discernir, pero que terminó con el incendio casi total de la patrulla y el ataque con piedras y ladrillos a ambulancias y bomberos. Entre los absurdos a contabilizar figura la destrucción de la principal prueba para encontrar la demandada justicia: la patrulla fue completamente incendiada y los bomberos, impedidos de acceder al lugar, nada pudieron hacer. Fuentes judiciales confiaron a los reporteros de distintos medios que, absurdamente, hasta la tarde de ese fatídico día, los únicos testigos presenciales presentados a declarar desmentían la persecución. Los cargos imputables a los policías, fue el de doble homicidio culposo, que puede agravarse dependiendo de las pruebas que vayan surgiendo de la investigación por parte del agente en turno del Ministerio Público. Los policías fueron detenidos por casi ocho horas y luego liberados. Al medio día, los regidores “de la oposición” pedían la cabeza del director de Seguridad Pública e instaban al alcalde a que tomara medidas respecto de la corporación policiaca o que de plano renunciara. ¿Cómo fue posible semejante tragedia? ¿Cómo es que la mañana del día del accidente, alrededor de las 6, la esquina de las calles 5 de Febrero y Argentina fue escenario de una muchedumbre enardecida? Juan había pasado a buscar a La Yuli por su casa el sábado por la noche, en su motito Italika. Tenía pocos días de haberla comprado en abonos. De allí fueron al cumpleaños de una amiga, una fiesta tranquila, de donde luego, según el relato de sus compañeros, pasó a dejar la moto en la casa de un amigo, fueron a un antro y ya pasada la madrugada volvieron a la casa del amigo en busca de la Italika. Ya montados sobre ella, se dirigieron hacia la casa de Yuliana. En el camino, no está claro si por la calle Argentina o la 5 de Febrero, ocurrió la colisión, a las 6 de la mañana, que finalmente derivó en la muerte de ambos. La Italika embistió o fue embestida por la camioneta Dodge Ram de la Dirección de Seguridad Pública. Ninguno de los jóvenes llevaba casco. En la caída, La Yuli murió al golpear su cabeza contra el pavimento. Juan fue trasladado al hospital y falleció más tarde. A partir de allí se sucedió un cúmulo de versiones a cual más incierta, versiones que fueron inflamando ánimos hasta desatar una muchedumbre enardecida, corta pero violenta. Se juntó gente de San Miguel, de El Puño y El Llano, gente que conocía a La Yuli y a Juan. Se hablaba de una persecución de los policías que intentaban detener a la parejita para sancionarla y retirarle la moto por falta de casco. Incluso un pariente del joven muerto sostuvo públicamente, la tarde de ese día, que había trabajado en Seguridad Pública hacía tres años, y había renunciado por la violencia con la que los empujaban a perseguir a los jóvenes. Se hablaba de que los policías en la persecución habían tocado la rueda trasera de la moto, desestabilizándola. También se dijo que luego de la colisión dieron la vuelta a la manzana, “hicieron como si acabaran de llegar y descubrían a los muchachos ahí tirados, como animales”. Uno de los ministeriales confió a los medios: “el único dato concreto que pudo recoger el agente investigador es el de cuatro testigos que iban en un auto, atrás de la patrulla. Dos de esos testigos no vieron nada porque uno dijo que estaba dormido y el otro no prestó atención. Los otros dos fueron coincidentes en que ‘aparentemente’ la camioneta avanzaba por una calle y la moto por la otra. Lo que se está investigando es si alguno de los dos conductores había violado alguna norma, como la velocidad, por ejemplo. El agente del Ministerio Público ya pidió que se realizaran muestras para los peritajes toxicológicos y de alcohol en sangre. Para los dos conductores, y la jovencita fallecida”. Esto último es una prueba clave, pues determinaría la posible responsabilidad del conductor de la patrulla. La camioneta fue incendiada en reclamo de justicia. El reclamo se extendió lanzando piedras y ladrillos a los vehículos de bomberos, Protección Civil, Seguridad Pública y Cruz Roja. Un grupo de no menos de cuarenta personas se fueron a las instalaciones de Seguridad Pública a exigir la renuncia de su director, a esa altura ubicado en el ojo de la tormenta tanto como el alcalde Jaime Verdín. Mientras canales de televisión como Televisa y TV Azteca anunciaban un volcán en erupción, con alrededor de quinientas personas levantadas en un reclamo popular, una fuente judicial indicó que “no eran más de 80 personas”. Desde el gobierno estatal, se ordenó el envío de refuerzos policiacos después de que la policía local se viera “desbordada” y los bomberos, imposibilitados por grupos de manifestantes. Más tarde, cuando los ánimos se habían apagado. Verdín respondía en una suerte de conferencia de prensa a las afueras de su bien resguardada residencia, rodeado de guaruras, policías y agentes ministeriales: “Tiene que investigar la justicia”, mientras intentaba apuntalarse contra la acometida de los micrófonos de la TV, que avanzaban con preguntas sobre el estado procesal de los policías, con un insidioso hincapié en que habían sido liberados, mientras en “off” los locutores documentaban el incendio de la patrulla, cuestionaban moralmente el vandalismo del incendio, y lo transformaban en un curioso giro moral de vandalismo justiciero.

(Basado en Horacio Cecchi, página 12, 22/III/10).

ESTATAL: Represión en aumento

En los últimos tres años, 20 estudiantes fueron apresados en el estado de Guanajuato, por delitos contra la salud. Una cifra que se considera ridícula, dado el creciente nivel de consumo que existe entre los jóvenes. Siete de los detenidos cursaban estudios de secundaria, siete preparatoria, cuatro universidad y dos carreras técnicas, revela un informe de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado. Irapuato es la ciudad con más estudiantes presos por delitos vinculados con las drogas, con un total de cinco entre 2006 y 2009; le sigue León con cuatro casos y Apaseo el Grande con 2. Con un caso aparecen Silao, Acámbaro, Dolores Hidalgo, Salvatierra, San Miguel de Allende, Guanajuato, San José Iturbide, Celaya y Pénjamo. El pasado 25 de marzo, el secretario técnico del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Juan Miguel Alcántara, advirtió que las bandas del narcotráfico han empezado a reclutar a estudiantes en actividades de lavado de dinero y venta de drogas. Además, dijo que también recurren a las pandillas para reclutar gente. Con talante fascista, y a pesar de la negativa del gobierno federal de aportar recursos extra, el alcalde leonés Ricardo Sheffield mantiene firme su proyecto de comprar tanquetas para disolver riñas campales de pandillas, un fenómeno social que se ha recrudecido en varios municipios del estado.

“La tanqueta no es para combatir, es para que salgan de las campales, yo no puedo intervenir en las campales con una patrulla porque me la destruyen, entonces no es para atacar, es para defender a los elementos de la Policía, no es más que un carro blindado, no es un tanque de guerra”, aclaró Sheffield. Agregó que el Ayuntamiento leonés hizo ajustes al presupuesto para garantizar la compra de los tanques: “Yo se que no va a haber recursos federales pero también cobramos predial, tenemos otros ingresos de los que podemos disponer, ya el Cabildo tuvo a bien autorizarme seis millones de pesos para la adquisición de las tanquetas, van a costarme menos de eso”. Es decir, Sheffield pretende convertir a León en el laboratorio de la represión, situación que podría ser imitada por otros municipios. Se pretende que las tanquetas tengan cámaras de visión nocturna y monitores internos para que los policías puedan dar seguimiento a lo que ocurre en el exterior. El costo estimado de cada unidad blindada es de un millón y medio de pesos. “Lo que queremos es que sea una tanqueta que pueda entrar a una zona de conflicto y que aunque la apedreen y le den de golpes con fierros y palos, se pueda estar grabando y registrando a los agresores”, dijo el fascista Sheffield. Orgulloso, dijo: “Todas estas tanquetas que vemos en las escenas en Colombia y en Perú, la empresa que las exporta a Centro y Sudamérica es de Guanajuato, y tiene su base en Salamanca”. A esa empresa recurrirá el gobierno leonés para comprar el nuevo equipo antimotines.

(Fuente: a.m., 27/III/10).

NACIONAL: Acuerdos, traiciones y deterioro

En la ríspida polémica entre priístas y panistas que tuvo lugar los días 9 y 10 de marzo en el pleno de la Cámara de Diputados salió a relucir con claridad la descomposición política e institucional imperante en el país. Como botones de muestra de esas expresiones, cabe destacar la defensa formulada por la dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes, del acuerdo suscrito el 30 de octubre del año pasado entre ella y el líder nacional del PAN, César Nava. Contrariamente a lo expresado por el panista una semana antes, Paredes señaló que en dicho pacto “no hubo ninguna negociación que vinculara” la aprobación de la Ley de Ingresos 2010, ni que vetara las alianzas políticas entre el PAN y el PRD –si bien en el documento se lee que “las partes se abstendrán de formar coaliciones electorales con otros partidos políticos cuya ideología y principios sean contrarios a los establecidos en sus respectivas declaraciones de principios”–, e indicó que se trató solamente de un “acuerdo de civilidad política”.

Las declaraciones de Paredes, además de un intento por justificar un pacto impresentable y ominoso para la ciudadanía, constituyen una muestra más del deterioro institucional, la cultura del engaño y la descomposición moral que priva en los partidos en general, y en el PRI en particular. Porque, se haya hecho explícita o no en el referido documento, es innegable la connivencia mostrada por legisladores del tricolor y del blanquiazul durante las negociaciones del paquete económico para este año, que concluyó con un alza generalizada de gravámenes para los contribuyentes cautivos: con ello, el PRI falló a una de sus principales promesas de campaña e incurrió, por tanto, en un acto de traición hacia sus votantes.

Por su parte, César Augusto Santiago, también priísta, con el pretexto de pregonar la pertinencia de esa clase de “acuerdos políticos”, lanzó un ataque mayor al titular del Ejecutivo federal: “Gracias a uno de esos acuerdos –dijo– está sentado Felipe Calderón en una silla que yo personalmente no acepto”, en referencia a la convalidación, por parte del PRI, del impugnado y dudoso triunfo electoral del michoacano en los comicios de 2006. Pero, al sacar a relucir la falta de legitimidad del gobierno calderonista, implícitamente Santiago descalificó, en conjunto, el proceder de las instituciones –el Instituto Federal Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación– que dieron por buena una elección viciada y cuestionada por un amplio sector de la ciudadanía, así como el nulo compromiso de su propio partido y de Acción Nacional con el postulado fundamental de la democracia: se llega a los puestos de representación popular por medio de sufragios, no de acuerdos secretos.

Desde una perspectiva más general, los penosos desmanes observados en el recinto legislativo de San Lázaro exhiben una institucionalidad política socavada desde adentro y colocada en una nueva escala de descomposición y deterioro por quienes supuestamente debieran resguardarla. Tal descomposición, ciertamente, no se originó ayer, ni se circunscribe únicamente al ámbito del Legislativo; ese proceso se hizo particularmente visible a raíz de los comicios presidenciales de 2006, y al día de hoy afecta por igual al Poder Ejecutivo, a las autoridades electorales, a las instancias de procuración e impartición de justicia y a los órganos autónomos del Estado, por mencionar las instituciones más destacadas.

(Editorial de La Jornada, marzo 10 y 11, 2010).

NACIONAL: Iniciativa patronal

Diputados panistas, todos vinculados al sector privado, presentaron finalmente la propuesta de reforma a la Ley Federal del Trabajo elaborada por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, conocida como “iniciativa Lozano”. Se trata de una larga lista de cambios cuya exposición de motivos se centra en la necesidad de reducir derechos laborales para supuestamente lograr mayor inversión y empleo.

La actual iniciativa es producto de una negociación con el viejo y corrupto corporativismo sindical, que a cambio de no sufrir afectación a su privilegiada condición, admite esquemas de flexibilidad unilateral en la fijación de las condiciones de trabajo, aunque esto implique cancelar su reducido espacio de maniobra frente a la fuerza empresarial.

La llamada “iniciativa Lozano” facilita el despido libre de los trabajadores creando nuevas figuras de contratación temporal, aun tratándose de actividades de carácter permanente; da forma legal a mecanismos de subcontratación hasta ahora prohibidos por la ley; permite a los empresarios correr a los trabajadores incluso sin justificación cuando tengan una antigüedad menor de tres años y, en caso de juicio, pone un límite a los salarios caídos hasta un máximo de seis meses, no importando que el juicio dure cuatro o cinco años, como sucede en la práctica, facilitando la impunidad patronal. En términos reales, deja a los trabajadores en estado de indefensión.

Esta iniciativa cancela la libertad de asociación en nuestro país, ya que cierra las dos únicas rendijas que permitían subsistir a un reducido número de sindicatos independientes. Nuestro país es el único en el mundo donde los patrones escogen al sindicato para firmar el primer contrato colectivo de trabajo al que estarán obligados a afiliarse los futuros trabajadores. Las únicas opciones para superar esta imposición son intentar cambiar de sindicato o buscar la firma de un contrato colectivo mediante un emplazamiento de huelga; la iniciativa impone obstáculos imposibles de superar para lograr estos fines. Reclama como “requisito de procedibilidad” que los trabajadores antes del juicio desahoguen un procedimiento administrativo registral que los obliga a exhibir los nombres, las firmas y los documentos de los trabajadores inconformes y a obtener la autorización previa de la autoridad registradora, que en el caso de las juntas de Conciliación y Arbitraje están integradas, ni más ni menos, que por el patrón y el líder sindical a quien pretenden demandar. Estos absurdos requerimientos han sido descalificados en todos los foros académicos e internacionales; sin embargo, la fuerza de los abogados empresariales que quieren consolidar el negocio redondo de los contratos de protección patronal se lograron imponer.

Sin exagerar, se puede afirmar que de aprobarse la “iniciativa Lozano”, se obligará a la acción sindical clandestina, como ha operado en los gobiernos dictatoriales, condición que no sólo lesiona a los trabajadores, sino al propio empresariado, que se verá obligado a negociar con corrientes sindicales que no podrán dar la cara. En otras palabras, será imposible la concertación con transparencia, responsabilidad y buena fe, como es propio de una contratación colectiva moderna.

(Texto de Arturo Alcalde Justiniani, La Jornada, 19/III/10).

INTERNACIONAL: Ratzinger, el protector

Tras la polémica suscitada en las últimas semanas por las acusaciones de abusos sexuales y violencia contra niños en escuelas e internados religiosos en la década de los años ’70 y ’80, que puso en el centro de la disputa a la Iglesia Católica alemana, una nueva denuncia se suma al conflicto. Esta vez roza a la mayor autoridad de la Iglesia: según un influyente diario de Alemania, el papa Benedicto XVI protegió en la década de 1980, cuando era arzobispo de Munich y Freising, a un sacerdote con antecedentes de pederastia, que había sido expulsado por ese motivo de la ciudad de Essen, y lo autorizó a que hiciera labor pastoral en la capital bávara.

Hans Küng, uno de los teólogos más importantes de Europa, acusó al Papa de encubrir a los curas pederastas. Lo hizo mediante un polémico artículo publicado el 12 de marzo en el periódico Süddeutsche Zeitung, donde culpa a Benedicto XVI de tapar los abusos sexuales que se han cometido en las dos últimas décadas y que ahora están minando la autoridad de la Iglesia católica alemana, por los casos de pederastia.

Küng –quien ha escrito medio centenar de libros y recibido más de una docena de doctorados honoris causa– causa inquietud y recelo en el Vaticano a causa de un libro que publicó hace 40 años y donde puso en duda la infalibilidad del Papa. Su “blasfemia” y su posterior lucha a favor de una Iglesia más moderna y abierta a las mujeres despertaron las iras de la Santa Sede, que en 1979 le prohibió que siguiera impartiendo clases de Teología. Como era de esperar, el teólogo de origen suizo de 81 años, se declaró en rebeldía. Siguió de profesor emérito de Teología Ecuménica de la Universidad de Tubinga y nunca dejó de enviar dardos cargados de veneno al entonces cardenal Joseph Ratzinger, cuando ejercía como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, hasta el punto de hacerle responsable de la política conservadora que impuso Juan Pablo II.

Küng volvió a las andadas. “La veracidad exige que el hombre que es responsable del encubrimiento a nivel mundial (de los casos de pederastia), concretamente Joseph Ratzinger, admita su propia mea culpa”, dice el teólogo en su artículo titulado “La responsabilidad de Ratzinger”. “Ninguna otra persona en la Iglesia ha tenido sobre su escritorio tantos casos de abusos como él”, añade.

Hans Küng, que no hace mucho se atrevió a pedir la renuncia del Papa por su decisión de levantar la excomunión al obispo Richard Williamson, un famoso negacionista del Holocausto, basa ahora su ataque en la función que desempeñó Benedicto XVI durante 24 años al frente de la Congregación de la Fe. En concreto, se refiere al documento que firmó el 18 de mayo de 2001, donde recuerda a todos los obispos que los casos de abusos sexuales entran dentro de los graves delitos que deben ser sometidos a secreto pontificio y cuya violación se encuentra “bajo castigo eclesiástico”.

Por ello, el teólogo reprocha a Benedicto XVI que, pese a estar al corriente de los abusos ocurridos durante casi un cuarto de siglo, “los intentó encubrir para no dañar la imagen de la Iglesia utilizando para ello la figura del ‘secretum pontificium’”. Küng también insinúa que el Papa ya debía tener conocimiento de esos abusos cuando ejerció, durante ocho años, como profesor de Teología en Ratisbona por su estrecha relación con el director del coro de la catedral, su hermano mayor Georg. “No se trata de simples bofetadas, sino de delitos sexuales”, recalca.

Práctica funesta. Los cinco años de pontificado de Benedicto XVI constituye “una práctica funesta”, a juicio de Küng, quien recomienda al Pontífice que asuma su propia responsabilidad en lugar de lamentar una campaña contra su persona. Las acusaciones del teólogo, quien conoce al actual Papa desde que ambos participaron en el Concilio Vaticano II, no fueron comentadas por la jerarquía católica alemana, pero añadieron combustible al escándalo que está sacudiendo al país y que cada vez más apunta como principal responsable a la orden de Ratzinger de silenciar los abusos.

Este aspecto también fue abordado por el obispo de Tréveris, Stephan Ackermann, quien admitió que la Iglesia católica alemana, en lugar de castigar a los pederastas, había preferido trasladarlos a otro sitio. Pero el obispo exculpó a la institución al señalar que la responsabilidad es de quien ha cometido los delitos. En cambio, Hans Küng reclama también a la Conferencia Episcopal que asuma su responsabilidad, ponga fin al secretismo y colabore con la Justicia para resolver los casos e impedir que se repitan en el futuro.

(Fuentes: página 12, 13/III/10; Enrique Müller, ideal.es, 18/III/10).

OPINIÓN: Licencia para matar

El calderonismo considera que puede abatir la esperanza nacional de cambios y mejoría si continúa asesinando a lo mejor de una nación (los niños ABC, los jóvenes de Juárez y, ahora, los estudiantes del Tec, por citar unos pocos ejemplos notables) y si sigue demostrando a todos que ese terrorismo de Estado puede seguir adelante sin castigos verdaderos, sometido todo a la falsa lógica apabullante de una “guerra” contra el mercadeo de drogas que, entre otras cosas, ha generado en 2009 un demostrado crecimiento de la producción nacional de narcóticos y de las ganancias de sus operadores “ilegales”, sobre todo aquellos que son los institucionalmente consolidados como empresarios favoritos de los dos sexenios panistas.

Felipe Calderón ha otorgado en todo el país una licencia sin restricciones a los cuerpos armados federales para que, instalados así en un virtual estado de excepción, puedan actuar por encima y a contrapelo de la legalidad, realizando cateos, detenciones e incluso asesinatos a partir de consideraciones subjetivas, errores previsibles y figuras procesales primitivas, propias de regímenes dictatoriales, como las “denuncias anónimas” que se han constituido en falaz recurso de “justificación” de arbitrarias acciones policiacas y militares que están provocando bajas civiles constantes que, salvo en ocasiones de especial relevancia (como está sucediendo con el caso de los dos jóvenes estudiantes de posgrado del Tec de Monterrey), suelen ser atribuidas sin mayor valoración judicial a enfrentamientos entre narcotraficantes, ajustes de cuentas entre pandillas o, como quiso justificar el pasado 21 de marzo el devaluado secretario de Gobernación, a la desgracia de quedar en el fuego cruzado entre presuntos narcos y militares.

El comandante Felipe ha desatado una facciosa guerra macabra únicamente contra ciertos segmentos de la parte social no ejecutiva del proceso de creación de riqueza nacional llamado narcotráfico (ni quien toque con el pétalo de un disparo siquiera discursivo a los cárteles de cuello blanco, a empresarios y banqueros que disfrutan las ganancias del negocio cuyas infanterías diariamente son acribilladas). Y en ese proceso de criminalización ha convertido a todo habitante de este país en pieza de indagación ríspida a cargo del nuevo poder dominante, el de las armas y, dado el caso, de violencia sin límites ni contrapeso alguno: cualquiera puede ser (ya lo es, ya ha sido) maltratado de palabra en retenes inconstitucionales, sometido a revisiones excesivas y sin sustento, golpeado y posiblemente herido o asesinado por no obedecer, parcial o totalmente, supuestas órdenes o consideraciones que provienen de mandos cuya visión clasifica de inmediato a todo individuo ajeno a sus corporaciones como un eventual enemigo al que en la primera oportunidad se debe deshabilitar y, llegadas las circunstancias, eliminar.

Felices los que se dicen gobierno porque Estados Unidos acepta su “responsabilidad compartida”, que consistirá en seguir aplicando medidas unilaterales en México para que en este traspatio continúen la sangre y el miedo social, mientras en los jardines imperiales pro-sigue el plácido consumo de los enervantes nomás en suelo tercermundista combatidos.

Estados Unidos se compromete a entregar más dólares al atorado vecino pobre para que éste se llene de equipo, tecnología, asesores y agentes provenientes del país de las barras y las estrellas, todo lo cual formará parte de una reactivación financiera de la llamada Iniciativa Mérida que en realidad será un aceptado caballo de Troya para el control de un México que ha llegado a ser ingobernable (aunque no todos los dólares serán en efectivo, sino parcialmente en especie, para beneficiar a los productores gringos con compras con dinero “donado” y para evitar los sabidos actos de corrupción local que ese botín provocaría de entregarse directamente).

México se compromete a firmar los términos de cuan-to acuerdo le sea presentado por la parte dominante y a poner patrullas, policías, soldados y marinos cada vez que la interventora oficial, señora Clinton, necesite venir personalmente a verificar el cumplimiento de lo convenido. Igualmente, la residencia de paso llamada Los Pinos estará disponible para que al final de esas visitas ejecutivas algún funcionario extranjero pase a informar al ocupante de la citada residencia que los trabajos concluyeron satisfactoriamente (para los intereses de Estados Unidos).

México también se compromete a entender invariablemente que la frase “debemos estar juntos para hacer frente a esta amenaza” del narcotráfico significa que las decisiones y acciones locales serán siempre sometidas al criterio y resolución de los comisionados estadunidenses, sean éstos o no el embajador especialista en estados fallidos, de apellido Pascual. Para evitar controversias que pudiesen concitar la intervención de peritos traductores, la parte mexicana también acepta que la alocución “no se trata de reuniones, de discusiones, nuestros presidentes quieren resultados”, habrá de ser siempre entendida como un reconocimiento plenipotenciario de que el presidente Obama quiere resultados (en apoyo de este punto se deja constancia de que los mexicanos no cuentan, en realidad, con figura institucional que hiciera necesario dirimir a qué presidente se pudiera referir la antedicha frase).

Firman el contrato de anexión silenciosa, como testigos de honor, Fernando Gómez Mont, ya especializado en estos menesteres, y la canciller Patricia cuya función EsPenosa. De inmediato la parte estadunidense tomará control del manejo operativo de las fronteras mexicanas en términos migratorios (aduanas, aeropuertos, etc.) y políticos y policiacos en municipios y ciudades donde el desbordamiento oportunamente provocado haga necesaria la intervención de las fuerzas troyanas, incorporando así los conceptos estadunidenses de seguridad nacional y migración al menú que deberán servir los meseros hispanoparlantes.

(Texto de Julio Hernández López, La Jornada, marzo 22 y 24, 2010).

ANÁLISIS: A cien años de 1910

Cien años después de iniciada la revolución de 1910, en las profundidades del México popular, en los barrios proletarios de las aglomeraciones urbanas, en los desolados y antiguos campos de cultivo en que vegetan millones de campesinos hambrientos y carentes de todo, entre los millones de jóvenes sin perspectiva de ascenso social y destinados a la ignorancia y el desempleo, en las abandonadas comunidades indígenas. En esos espacios se está gestando otro proceso revolucionario. Se reeditarán entonces las hazañas de coraje, valor e inteligencia que desplegaron en 1910 las masas populares encabezadas por Villa y Zapata, y antes, las masas plebeyas que se agolpaban en las filas de los insurgentes de 1810.

Las revoluciones son los momentos culminantes en que encarnan los anhelos milenarios de emancipación y libertad de las masas oprimidas. Los explotados durante años toman conciencia de su situación y despliegan todas sus energías y con su acción transforman las sociedades. Son estallidos espontáneos de la ruptura de los pesados límites de la rutina de la necesidad cotidiana. Los oprimidos asaltan el cielo en búsqueda de su liberación.

Pero las revoluciones no se repiten. Cada revolución corresponde a su época, tiene sus protagonistas específicos y cumple tareas históricas concretas del periodo por el que atraviesan las formaciones económicas y sociales que las gestan.

La revolución que se gesta en estos días sombríos en el México profundo no será una repetición de la de 1910. Hoy la población de más de cien millones de habitantes poco se parece a los quince millones de mexicanos de 1910, cuya abrumadora mayoría eran campesinos.

Los trabajadores de la ciudad y el campo son hoy y lo serán aún más mañana los protagonistas principales de las luchas por la transformación de México.

El capitalismo depredador reina soberbia y arbitrariamente, exprimiendo la fuerza de trabajo de millones de trabajadores y saqueando los recursos naturales, energéticos, marítimos, fluviales, lacustres, forestales, volviendo eriales las tierras más fértiles y sembrando por todo el territorio nacional el desastre ecológico.

La mejor celebración de las hazañas liberadoras de hace cien y doscientos años es preparar las nuevas condiciones de la conciencia revolucionaria de los trabajadores: independencia absoluta con respecto de los explotadores, de sus gobiernos y partidos, unidad de todos los sectores de trabajadores, de los oprimidos del campo y la ciudad, capacidad de actuar políticamente de acuerdo a sus intereses contra la explotación capitalista hacia la transformación radical de la sociedad, surgimiento en el seno de las masas de una vanguardia política lúcida que opere como cerebro colectivo de las primeras para lograr orientarse a la construcción de una sociedad nueva basada en la solidaridad de clase e internacionalista.

Hoy en México la revolución que se prepara no puede mantenerse aislada en las fronteras nacionales, es decir, nacionalista. La globalización capitalista no va a retroceder, la revolución mexicana, y la de sus hermanas en los países latinoamericanos, para triunfar, deberán partir de la realidad existente y vincular sus luchas internacionalmente, porque la globalización capitalista los ha unido irremisiblemente.

La humanidad se plantea hoy tareas inéditas, de una complejidad inaudita en la que sólo la unión solidaria e internacionalista de los pueblos puede hacerles frente con éxito: la lucha contra las guerras imperialistas, contra el hambre y la miseria que aqueja a la mitad de la población en el mundo, contra la violación y la destrucción ecológica en marcha que ha producido el cambio climático con sus consecuencias devastadoras en potencia. Este es el mundo en el que el pueblo de México está inserto y al que su próxima revolución deberá responder en su desarrollo.

Comprender lo anterior y actuar en consecuencia para preparar esa transformación revolucionaria que se requiere, nacional e internacionalmente, es la mejor forma de honrar verdaderamente la memoria de los hombres y las mujeres cuyas gestas insurgentes recordaremos este año, aniversario del bicentenario del inicio de la independencia de México y del estallido de la Revolución de 1910.

(Tomado de LUS, no. 49).

NOAM CHOMSKY: Los no elegidos arquitectos de política

Los desplazamientos del poder en el mundo, actuales o potenciales, constituyen una de las preocupaciones de los analistas políticos y los observadores. Una de las preguntas es si China desplazará (o cuándo lo hará) a Estados Unidos como el protagonista dominante global, tal vez junto con India.

Este cambio provocaría que el sistema mundial volviera a algo como era antes de las conquistas europeas. El crecimiento económico de China e India ha sido rápido, y gracias a que rechazaron las políticas occidentales de desregulación financiera sobrevivieron la recesión mejor que la mayoría. Sin embargo, surgen interrogantes.

Una medición estándar de bienestar social es el Índice de Desarrollo Humano de la ONU, cuyos datos más recientes corresponden a 2008. India ocupa el lugar 134, ligeramente por encima de Camboya y por debajo de Laos y Tayikistán, aproximadamente el mismo sitio que ha ocupado durante años. China se ubica en el lugar 92, empatado con Belice, un poco arriba de Jordania, debajo de República Dominicana e Irán.

India y China también tienen mucha desigualdad, así que más de mil millones de sus habitantes caen aún más en la escala.

Otra preocupación es la deuda de Estados Unidos que, se teme, coloca al país bajo el yugo de China. Aparte de un breve interludio, desde hace mucho Japón ha sido el principal tenedor internacional de deuda del gobierno estadunidense. Además, el apalancamiento de los prestamistas está sobrevalorado.

En cuanto al poder militar, Estados Unidos se yergue completamente solo. Y Obama está imponiendo niveles históricos con su presupuesto militar. Casi la mitad del déficit estadunidense se debe al gasto militar, intocable en el sistema político.

Al considerar los otros sectores de la economía de Estados Unidos, el premio Nobel Joseph Stiglitz y otros economistas advierten que debemos cuidarnos del fetichismo deficitario. El déficit estimula la recuperación, y puede superarse con una economía al alza, como sucedió después de la Segunda Guerra Mundial, cuando éste era mucho peor.

Se espera que la deuda crezca, debido principalmente al totalmente ineficiente sistema privatizado de cuidado de la salud –también virtualmente intocable–, gracias a la habilidad de las empresas para superar la voluntad pública.

No obstante, el marco de estas discusiones es engañoso. El sistema global no sólo es una interacción entre Estados, en el que cada uno busca cierto “interés nacional”, ajenos a la distribución del poder interno. Desde hace mucho se ha entendido eso.

Adam Smith concluyó que los “principales arquitectos” de la política en Inglaterra eran los “comerciantes y manufactureros”, quienes se aseguraban de que sus propios intereses fueran “atendidos de la forma más peculiar”, sin importar sus “penosos” efectos sobre los demás, incluyendo el pueblo de Inglaterra.

La máxima de Smith sigue siendo cierta, aunque actualmente los “principales arquitectos” son las corporaciones multinacionales y, particularmente, las instituciones financieras cuya participación en la economía ha explotado desde los años 70.

En Estados Unidos hemos visto una dramática ilustración del poder de las instituciones financieras. Durante la última elección presidencial aportaron el núcleo del financiamiento del presidente Obama.

Naturalmente esperaban ser recompensados, y así fue, con los Programas de Alivio de Activos en Problemas (TARP) y con mucho más. Por ejemplo, Goldman Sachs, la más dominante en la economía y el sistema político. La firma hizo una fortuna vendiendo títulos respaldados por hipotecas e instrumentos financieros muy complejos.

Conocedora de la fragilidad de los paquetes que ofrecía, la firma aceptó apuestas con la gigantesca aseguradora American International Group (AIG), de que tales paquetes iban a desplomarse. Cuando el sistema financiero se colapsó, AIG también se vino abajo.

Los arquitectos de política de Goldman no sólo negociaron un paquete de rescate para Goldman, sino también lograron que los contribuyentes salvaran a AIG de la bancarrota, consecuentemente rescatando a Goldman.

Ahora Goldman está registrando ganancias históricas y pagando gruesos bonos y, junto con algunos otros bancos importantes, es más grande y fuerte que nunca. El público está furioso. La gente puede ver que los bancos que fueron agentes principales de la crisis están prosperando grandemente, mientras la población que los rescató se enfrenta a un desempleo de casi 10 por ciento.

El descontento popular finalmente produjo un cambio de retórica de la administración estadunidense, que respondió acusando de codiciosos a los banqueros, junto con algunas sugerencias de política económica que a la industria financiera no le agradan (la Regla Volcker y otras propuestas).

Dado que se suponía que Obama iba a ser su hombre en Washington, los principales arquitectos pronto se movilizaron para lanzar sus instrucciones: “a menos que Obama se alineara nuevamente, enviarían sus fondos a la oposición política”.

En pocos días, Obama informó a la prensa que los banqueros eran “buenos tipos”, singularizando a los dos principales, JP Morgan Chase y Goldman Sachs: “Al igual que la mayoría de los estadunidenses, no tomo a mal la riqueza o el éxito de la gente –dijo Obama–. Es parte del sistema de libre mercado”. Que es, precisamente, como se interpretan los “mercados libres” en la doctrina del capitalismo de Estado. Ese cambio radical en el discurso de Obama es una fotografía reveladora de la máxima de Smith en acción.

Los arquitectos de la política también están operando un verdadero cambio de poder: de la fuerza de trabajo mundial al capital trasnacional.

Martin Hart-Landsberg, economista y especialista en China, explora la dinámica. China se ha convertido en la planta ensambladora de un sistema de producción regional. Japón, Taiwán y otras economías asiáticas desarrolladas exportan partes y componentes de alta tecnología a China, donde se ensamblan y exportan los productos terminados.

El creciente déficit comercial de Estados Unidos con China ha generado preocupación. Consecuentemente, éste se ha reducido marcadamente con Japón y el resto de Asia conforme toma forma el nuevo sistema de producción regional. Las manufactureras estadunidenses están siguiendo el mismo camino, enviando partes y componentes a China para que ésta ensamble y exporte, en su mayoría de regreso a Estados Unidos. Para las instituciones financieras, comercializadoras gigantes de venta al menudeo, y los dueños y gerentes de industrias manufactureras, estos desarrollos son celestiales.

En 2007, Ralph Gomory, director de la Fundación Alfred P. Sloan, testificó ante el Congreso que “en esta nueva era de globalización, los intereses de las empresas y los países han divergido”. En contraste con el pasado, lo que es bueno para las empresas globales estadunidenses ya no necesariamente es bueno para los ciudadanos estadunidenses.

Examinemos a IBM. A finales de 2008 más de 70% de los 400 mil trabajadores de la empresa estaba en el extranjero, de acuerdo a la revista Business Week. En 2009, IBM redujo su nivel de empleo en Estados Unidos otro 8%.

Para la fuerza laboral, el resultado podría ser “penoso”, según la máxima de Smith, pero es bueno para los principales arquitectos de la política. Las investigaciones actuales indican que aproximadamente una cuarta parte de los empleos estadunidenses será “extranjerizado” en dos décadas, y los que queden se enfrentarán a menos beneficios y peores sueldos debido a la mayor competencia de los trabajadores remplazados.

Este patrón sigue después de 30 años de estancamiento o desplome para la mayoría, pues la riqueza fluye hacia pocos bolsillos, llevando probablemente a la mayor desigualdad social en la historia de Estados Unidos.

Pese a que China se está convirtiendo en la ensambladora y plataforma de exportaciones del mundo, los trabajadores del país están sufriendo junto con el resto de la fuerza laboral mundial, como lo anticiparíamos en un sistema diseñado para concentrar riqueza y poder, y para que los trabajadores compitan entre ellos globalmente.

En el mundo, la participación de los trabajadores en el ingreso nacional se ha reducido en muchos países –radicalmente en China–, generando creciente inestabilidad en esta altamente desigual sociedad.

Así que tenemos otro cambio importante en el poder mundial: de la población general a los principales arquitectos del sistema global, proceso asistido por el socavamiento de la democracia funcional en los países más poderosos.

El futuro depende de cuánto esté dispuesta a soportar la gran mayoría, y si se puede desarrollar una respuesta constructiva que confronte los problemas en el centro del sistema de capitalismo de Estado de dominación y control. De lo contrario, los resultados podrían ser tétricos, como lo revela más que ampliamente la historia.

(Texto de Noam Chomsky, La Jornada, 7/III/10).