domingo, 4 de octubre de 2009
Pobreza para muchos, riqueza para pocos
Guanajuatizar México… frase célebre de la ultraderecha en nuestro país. La esencia del contenido político e ideológico de dicha frase tiene un alto contenido neomedieval de la ultraderecha contra el pueblo trabajador y sus oponentes de cualquier índole. Si Guanajuato es su modelo de política y forma de gobierno como referencia política, como modelo de comparación para generar simpatía e irradiar el ejemplo en el plano nacional, hoy en los hechos, la realidad nos demuestra la esencia de su modelo de comparación que implicaba “Guanajuatizar México”: pobreza para muchos y riqueza para pocos; pobreza y más pobreza para el pueblo, riqueza y más riqueza para el capital financiero nacional y extranjero.
El Guanajuato de las “oportunidades” no es más que la tierra de la pobreza, pretendido feudo de conservadurismo, reaccionario en extremo, dócil, acrítico y de preferencia con un fanatismo religioso de corte católico que le dé sustento a las aspiraciones de la ultraderecha de construir un modelo de sociedad a modo de sus pretensiones, especialmente las económicas, ideológicas y políticas; lo cultural se deriva de los ya mencionados aspectos; finalmente tendrían un modelo de sociedad sin oponentes. Sin embargo, la realidad ha frustrado dichos planes y la configuración política y social en los próximos años previos al 2012 no son de mucha esperanza para ese PAN yunquista.
“La tierra de oportunidades” se está desvaneciendo en sus propias manos. Las elecciones pasadas dejaron en evidencia sus mentiras, su frustración e impotencia al no poder imponer su hegemonía en el plano nacional. En su memoria queda el hecho del fracaso en el que debería de ser su bastión de impunidad, donde se defiende y protege a delincuentes de “gran trayectoria” como los Fox, los Bribiesca o simplemente se protege y pretende legitimar la crueldad que se ejerce de parte del PAN contra el pueblo de Guanajuato en todas sus expresiones por absurdas que éstas sean.
Alcanzaron un total de 750 mil votos en el estado, realidad que contrasta con el uso de toda la maquinaria del poder, acusados por muchos de haber desarrollado elecciones de Estado, pues pasaron de un millón cien mil votos en la elección presidencial de 2006 a 750 mil votos en la pasada contienda electoral. Empero, la lógica del PAN no previó un factor importante: la cruda realidad en la que se debate la población: pobreza y sobre explotación cada vez más profundas; la violencia del estado y sus administraciones panistas están exacerbando la lucha de clases y como resultado de ello, se expresan los resultados electorales.
La propaganda a través de los medios masivos de comunicación pretendió convencer que Guanajuato estaba libre de corrupción, de delincuencia organizada, libre de violencia. Mentira, oficialmente el estado ocupa uno de los diez primeros lugares de los más violentos del país. Si no existiera delincuencia organizada, narcotráfico, corrupción y colusión de las autoridades, no habría hechos delictivos con la magnitud con que se manifiestan las ejecuciones, levantones y balaceras. Todo lo anterior son las consecuencias lógicas que conlleva ser cómplice del crimen organizado desde el Estado y para el Estado.
No hace mucho, se presumía que Guanajuato era un ejemplo de desarrollo económico y armonía social. Ahora, las propias cifras oficiales son contundentes. Guanajuato está en el medallero de los once estados menos desarrollados del país, afirmación que difícilmente Juan Manuel Oliva podría negar. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ubica al estado en el lugar número 22.
Grandes sectores sociales de las ciudades del llamado “corredor industrial” del estado no están exentos de pobreza, de marginación, de ser víctimas de las mentiras de los gobernantes del PAN. Ciudades importantes del Bajío oficialmente han retrocedido en su desarrollo, tres botoncitos de muestra: León, pasa del lugar 58 nacional al 135; Celaya del 103 al 107 e Irapuato del 215 al 269. ¿Cómo estará la realidad social fuera del ámbito del llamado “corredor industrial”? Con toda seguridad lo afirmamos: está mal, muy mal.
Cifras del 2005 nos indican que el 18.9% de la población está en “pobreza alimentaria”; ante eso, Oliva argumentó en su defensa que a él no le correspondían las cifras del gobierno anterior, pretendiendo excluirse como parte del panismo responsable de tales hechos. Sin embargo, hoy se sabe que de los 4.8 millones de habitantes, 51.6% es pobre; por supuesto que Oliva lanza culpas a “factores externos”: “sufrimos los efectos de la crisis del país vecino del norte”, y “el virus AH1N1 bajó el ritmo de producción en el estado”. Con cinismo criminal e hipocresía inaudita, afirma estar afrontando positivamente tal situación, y “trabajando muy serio”: “la situación actual es para ver de qué estamos hechos los ciudadanos, los empresarios y los gobiernos”, y anuncia: “hablamos de generar empleo, personal y familiar, con proyectos productivos”, lo que no dice y reconoce es que todos sus proyectos están hechos en función de los intereses oligárquicos y empresariales en contra del pueblo trabajador.
La cruda realidad nos muestra que el actual orden social y económico está mal. Los gobernantes panistas han privilegiado la maquila en casi todos los sectores de la economía, en beneficio del capital financiero nacional y extranjero (calzado, textil, agricultura, entre otros), un ejemplo de ello: Usabiaga (Secretario de Agricultura en los tiempos de Fox), es dueño de grandes extensiones de tierra, arrienda grandes extensiones, compra la producción de pequeños agricultores, la concentra y, es el acaparador y principal exportador de ajo. Gracias a la maquila los trabajadores viven en la miseria.
Para completar este círculo perverso de beneficios al capital financiero vía la industria maquiladora, se han construido 25 campus universitarios. Oliva afirma que está cumpliendo con aquello del “sexenio de la educación”, sólo que no dice que es para beneficio del capital local, nacional y extranjero, incluso no dice que muchos de los egresados de dichos planteles de educación, simplemente pasan a ser parte del desempleo, la migración o, en el mejor de los casos, el comercio informal. Sólo un bajo porcentaje de los egresados ejercen en el ramo y especialidad correspondiente, en calidad de mano de obra calificada barata.
El “Guanajuatizar México” se convirtió en el pretexto para seguir empobreciendo y saqueando a nuestra nación. Los niveles de pobreza en el país rondan el 75% de los 107 millones de mexicanos, es decir, 80 millones de pobres. Se trata de un modelo desarrollado con premeditación, alevosía y ventaja, pues se ha planificado para que precisamente así sean las cosas: por un lado la pobreza, la miseria y lo infrahumano de la vida de los pobres y, por el otro, la abundancia, la acumulación excesiva de riqueza para unos pocos empresarios y capitalistas oligarcas nacionales o extranjeros.
Al final sólo queda una alternativa: la revolución socialista que transforme la sociedad para bien del pueblo, transformación que sólo puede ser viable por la vía de las armas. La violencia por parte del Estado, no deja otra opción. (Tomado de El Insurgente, no. 119).
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