domingo, 3 de enero de 2010

INTERNACIONAL: El fenómeno Yoani Sánchez


Yoani María Sánchez Cordero es una habanera nacida en 1975, aparentemente graduada en Filología desde el año 2000, según anuncia en su blog. Subsiste una duda al respecto pues durante su estancia en Suiza dos años después, cuando se matriculó con las autoridades consulares, declaró un nivel “preuniversitario” como lo demuestran los archivos del consulado de la República de Cuba en Berna. Así, después de trabajar en el campo editorial y dar cursos de español a los turistas, decidió abandonar el país en compañía de su hijo. El 26 de agosto de 2002, después de casarse con un alemán llamado Karl G., emigró a Suiza con un “permiso de viaje al extranjero” válido para once meses, frente al “desencanto y la asfixia económica” que reinaba en Cuba.
Curiosamente, después de huir de “una inmensa prisión con muros ideológicos”, para retomar las palabras que usa para referirse a su país de nacimiento, decidió, dos años después, durante el verano 2004, dejar el paraíso suizo –una de las naciones más ricas del mundo– para regresar al “barco que hace aguas a punto del naufragio” como califica metafóricamente la Isla. Frente a esta nueva contradicción, Sánchez explica que eligió regresar al país donde reinan “los gritos del déspota”, donde “Seres de las sombras, que como vampiros se alimentan de nuestra alegría humana, nos inoculan el temor a través del golpe, la amenaza, el chantaje”, “por motivos familiares y contra la opinión de conocidos y amigos”.
Cuando se lee el blog de Yoani Sánchez, donde la realidad cubana se describe de modo apocalíptico y trágico, se tiene la impresión de que el purgatorio, en comparación, es un balneario, y que sólo el calor asfixiante de la antecámara del infierno da una idea de lo que viven cotidianamente los cubanos. No aparece ningún aspecto positivo de la sociedad cubana. Sólo se cuentan las aberraciones, injusticias, contradicciones, dificultades. Por consiguiente, al lector le cuesta entender que una joven cubana haya decidido dejar la riquísima Suiza para regresar a vivir en lo que ella asimila al infierno de Dante, donde “los bolsillos se vaciaban, la frustración crecía y el miedo acampaba”. En su blog, los comentarios de sus partidarios extranjeros florecen al respecto: “No entiendo tu regreso ¿Porqué no le diste un mejor futuro a tu hijo?”, “Estimada amiga, quisiera saber el motivo por el cual decidiste regresar a Cuba”.
En cambio, algunos de sus compatriotas que viven en el exterior, decepcionados por el modo de vida occidental, también le expresan su deseo de regresar a vivir en Cuba: “Regresaré, “vivo en Miami (desde) hace 7 años… y a veces también me cuestiono el hecho de si valió la pena el destierro físico”, “Me falta mi gente… Alguna vez lo haré”, “¿Por qué regresaste?… soledad, nostalgia, añoranza. (Luego, refiriéndose al mundo occidental) caras raras, gente triste y enfadada con el resto de la humanidad sin saber por qué, políticos igual de corruptos y muchos días grises. No hace falta que expliques nada. Hace 14 años no hay soles en mi mapa del tiempo”, “Reenvié (la información) a mi papá quien vive en las afueras de Cuba, quien tiene planes de regresar”.
Una de dos, o Yoani no está en sus cabales para decidir dejar la Perla de Europa y regresar a Cuba, o la vida en la Isla no es tan dramática como la descripción que ella presenta.
En realidad, la estancia en Suiza estuvo lejos de ser tan idílica como había previsto. Sánchez descubrió un modo de vida occidental completamente distinto al que estaba acostumbrada en Cuba, donde, a pesar de las dificultades y vicisitudes cotidianas, todos los ciudadanos disponen de una alimentación relativamente equilibrada a pesar de la libreta de abastecimiento y de las penurias, de acceso a la atención médica y a la educación, a la cultura y al ocio gratuito, de una vivienda y de un ambiente de seguridad (la criminalidad es muy baja en la Isla). Cuba es quizás el único país del mundo donde es posible vivir sin trabajar (lo que no siempre es algo positivo). En Suiza, Sánchez tuvo enormes dificultades para encontrar un trabajo y vivir decentemente y, desesperada, decidió regresar al país y explicar las razones de ello a las autoridades. Según éstas, Sánchez habría suplicado llorando a los servicios de inmigración que le concediesen una dispensa excepcional “para revocar su estatuto migratorio”, y se lo concedieron.
Yoani Sánchez ha decidido ocultar esta realidad cuidadosamente.
(Texto de Salim Lamrani, rebelión, 25/XI/09).

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