lunes, 16 de noviembre de 2009
¡No te mueras nunca, Negra!
¿Flores...? Flores para los muertos, fragancia de flor muerta para unos ojos muertos que ya no pueden ver.
¿Rezos...? Rezos para los muertos, plegaria de amor muerta para unos labios muertos que ya no pueden ser.
¿Llantos...? Llantos para los muertos, fulgor de vida muerta, para unos pasos muertos que no podrán volver.
Para Mercedes Sosa, la memoria agradecida, la voz enamorada, la mano abierta, sólo el eterno beso de la vida.
Y en vez de flores, alas; en vez de rezos, aire; y en vez de llantos, risas.
“¡No te mueras nunca!”, dicen en Argentina cuando alguien es demasiado grande, demasiado necesario, demasiado importante como para perderlo. Demasiado grave sería que deje de hacer lo que hace, o de ser como es.
“¡No te mueras nunca!”, es el grito para los personajes de la cultura popular, de la música, del tango, del fútbol, que son, ante todo y sobre todo, necesarios.
La negra Mercedes, la cantora entre todas las cantoras, la voz latinoamericana de décadas, escuchó miles de veces ese grito partir de multitudes emocionadas aquí y allá, de este lado y del otro lado de todos los océanos y los mares.
Lo escuchó en 1983, cuando regresó a su Argentina desde el exilio impuesto por la dictadura, y llenó 13 veces el teatro Ópera de la ciudad de Buenos Aires, convirtiéndose ella misma y su regreso en un icono de la recuperación democrática.
Después, su música de ayer y hoy fue siempre bandera de cambio, de lucha, de reivindicación y de resistencia en toda América Latina.
Y mientras la vida pasaba y a las peleas de siempre se sumaban otras nuevas y se recuperaban otras pendientes, a la Negra le pidieron cientos de veces que no se muera nunca, que desafiara lo inexorable y se quedara con nosotros. Y no por egoísmo, no. Por necesidad.
Por la necesidad de escuchar el próximo CD, como el que salió hace poco, doble y con invitados, “Cantora”, una dulce y definitiva apropiación de melodías que, tamizadas por la voz entrañable de la Negra, serán para siempre “esa canción que canta Mercedes Sosa”.
Y es que como Gardel, que cada día canta mejor, o como Maradona, al que cada día le sale más lindo el gol aquel a los ingleses, la Negra nunca va a dejar de cantar. Nunca va a dejar de emocionar.
Porque, vamos a decirlo, de Mercedes no se podrá hablar nunca en pasado. Porque la Negra no se va a morir nunca. (Textos de Koldo Campos, rebelión, 6/X/09 y Marcos Salgad, rebelión, 5/X/09).
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