lunes, 16 de noviembre de 2009

Contradicciones


Dos días antes de dejar el efímero cargo –dos meses de duración apenas–, Juan Carlos Sáinz declaró que no habría deudas para la adminis¬tra¬ción de Jaime Verdín, “si¬no un ban¬co de pro-yec¬tos en la di¬rec¬ción de Obras”. No sólo eso, sino que, según Sáinz, Jaime Verdín recibiría una administración “fuer¬te, or¬de¬na¬da y lis¬ta”. También, el hoy alcalde, envuelto en una nube de optimismo, declaraba, dos días antes de tomar posesión y después de haberse reunido con el Con¬se¬jo Coor¬di¬na¬dor Re¬gio¬nal (CCR): “tenemos el compromiso de mejorar la atención ciuda-da¬na, ba¬jar suel¬dos de ‘algunos’ di¬rec¬to¬res y escu¬char opi¬nio¬nes de los em¬pre¬sa¬rios pa¬ra me-jorar la ima¬gen ur¬ba¬na”. Engolosinado como todos los que comienzan su trienio, dijo: “uno de los cam¬bios sustan¬cia¬les que se ha¬rán de ma¬ne¬ra inmediata, una vez es¬tan¬do en fun¬cio¬nes, es la ca¬li¬dez (sic) y ca¬li¬dad de la aten¬ción ciu¬da¬da¬na, por lo que la di¬rec¬ción de Co¬mu¬ni¬ca¬ción So-cial, se¬rá modifica¬da a Coordinación de Comu¬ni¬ca¬ción, Re¬la¬cio¬nes Pú¬bli¬cas y Even¬tos Es¬pe-cia¬les… que¬re¬mos dar¬le un ex¬ce¬len¬te servi¬cio a la ciuda¬da¬nía, voy a es¬tar pen¬dien¬te de que to-dos sean aten¬di¬dos y se so¬lu¬cio¬nen los pro¬ble¬mas que nos com¬pe¬tan”. Vea usted el tamaño del compromiso que se echó a cuestas: “voy a estar pen¬dien¬te de que to¬dos sean aten¬di¬dos y se solu¬cio¬nen los pro¬ble¬mas que nos com¬pe¬tan”. Es claro que sólo habla por hablar, como la realidad se ha encargado de confirmar en estos escasos días que lleva el actual “gobierno”.
En su toma de posesión, Jaime Verdín expuso que su gobierno será “de puertas abiertas, donde lo importante son las prioridades primarias a ser atendidas en el justo reclamo de los ciudadanos”. Y más aún: “en este trienio se va a trabajar conforme a los principios que marquen el desarrollo de los habitantes de San Francisco donde todos tengan las mismas oportunidades, buscando los apoyos extraordinarios, dando la posibilidad de respaldo a las capacitaciones, (así como) por (la búsqueda de) nuevas inversiones (que) generen el equilibrio que todos esperan como ciudadanos habitantes de San Francisco”. Pues sí, cuando se trata de verborrea todo es muy bonito.
Y como el que habla mucho, pronto cae en contradicciones. Enumeramos algunas a continuación. Va la primera: la Ley Orgánica Municipal establece en su artículo 70, las atribuciones del presidente municipal. En su fracción primera dice que el alcalde tendrá que “ejecutar las determinaciones del Ayuntamiento”. Sin embargo, en el caso de los sueldos, Jaime Verdín se fue por la libre, sin consultar a los demás integrantes del Ayuntamiento sobre ese asunto. Así como así, determinó que Juan Carlos Sáinz tendrá un incremento de 24.35%; mientras que los titulares de Desarrollo Organizacional y Jurídico se les disminuirá en un 24% su salario; el de Servicios Públicos una disminución de 8.70%; el de Reglamentos un 6.86%. ¿Por qué? ¿Cuál fue el criterio que se tomó? Preguntó el regidor Ismamael Narizuela, en esa que fue la primera sesión de Cabildo. Azorados, Verdín y Fabián Zamudio –flamante secretario de Ayuntamiento– sólo se miraron, contestando este último: “todo está previsto y los nuevos sueldos son brutos”. Los regidores priístas –entre quienes se encuentra Israel Hermosillo, asesor jurídico del Comité Municipal del PRI– se quedaron pasmados, mostrándose nerviosos y demasiado cautelosos. ¿Miedo? ¿Ignorancia?
Va la segunda: Jaime Verdín tuvo desde el día 6 de julio hasta el 9 de octubre –tres largos meses– para enterarse del funcionamiento de la administración que le antecedió. Lo anterior viene a cuento porque luego de la sesión de instalación del Cabildo, con los reflectores y micrófonos encima, declaró: “lo que sigue ahora es revisar las diferentes dependencias, para analizar cómo está la estructura operacional en cada dependencia, y determinar si igualmente hay que hacer ajustes”. Es decir, apenas iba a “analizar cómo está la estructura en cada dependencia”, lo que indica que ha empezado su administración a base de improvisaciones y ocurrencias.
Va la tercera: La actual administración está compuesta por gente entrelazada por intereses familiares, maritales y extra maritales, lo cual habla mal de quien lo preside. Es decir, el nepotismo está a todo lo que da. Varios ejemplos ilustran lo anterior: la tesorera Érica Aguirre es hermana del síndico Rodolfo Aguirre, y, ambos, son primos hermanos del contratista Jorge Iván Enríquez, quien después de haber laborado en dos administraciones municipales ya cuenta con su propia constructora; el secretario particular Pascual Sánchez B. es padre del regidor Pascual Sánchez; Juan Carlos Sáinz, director de Desarrollo Social es esposo de la regidora Patricia Hernández; la primera regidora Patricia Orozco es esposa del exalcalde Toño Salvador, puesta ahí por capricho de éste; Jaime Verdín impuso a su amiguita Leticia Ochoa como directora de la Unidad de Acceso a la Información Pública, sin antes haber consultado al consejo de esa instancia; Carlos Hernández, director de Casa de la Cultura, tiene a su hija y a su yerno laborando en Presidencia desde la anterior administración; Rafael Cardoso, director de Predial es tío político de Alan Reyes, director de Protección Civil; Marcelo Salas, presidente del comité municipal panista, responsable de Atención Ciudadana, también le entró a la feria de la colocación de parientes y recomendados en la actual administración municipal. Más los que se acumulen. Lo anterior, no va en consonancia con la Misión de Gobierno de esta administración, que dice: “el quehacer de la Administración se fundamenta en el principio del desarrollo humano sustentable, que considera a la persona y a los factores que le permiten su desarrollo como el elemento primordial; lo cual exige gran capacidad y visión hacia la construcción de una sociedad que se desarrolle en un marco de libertad, justicia, democracia y solidaridad”. Los anteriores preceptos aplican perfectamente no a la sociedad en general, sino a la sociedad que entre ellos han decidido formar: libertad para brincarse los principios de la ética política que prohíbe el conflicto de intereses y el tráfico de influencias; justicia para sus familiares, cónyuges y amigos; democracia para aplicar el dedazo que beneficie a sus protegidos y recomendados; solidaridad entre quienes forman esa sociedad de cofrades que, con toda seguridad, será en perjuicio no sólo de la administración municipal, sino de la sociedad de San Francisco.
Va la cuarta: A pesar de que se dijo que Verdín recibiría una administración “ordenada y lista”, éste ha tenido que enfrentar el terrible problema de la falta de recursos para concluir las obras del llamado Distribuidor Vial. Mientras que Sáinz hablaba de que “sólo” faltaban siete millones de pesos para concluirla, el alcalde Jaime Verdín habla de que son ocho millones, y no sabe de dónde los va a sacar. ¿Por qué no le cuadran las cuentas? ¿Será que entre tanto manoseo a esos recursos ya no se supo cuánto le tocó a cada quien? Estamos hablando de una diferencia de un millón de pesos. ¿Dónde quedó?
Va la quinta: A raíz de una recomendación del Congreso de la Unión en el sentido de congelar las dietas en los ayuntamientos, el alcalde aseguró que las decisiones que se tomen en el Ayuntamiento o la Presidencia Municipal (sic, Jaime Verdín confunde una cosa con la otra) no van a ser atendiendo a “quedar bien convenientemente en política” o por sólo crear “demagogia”; por lo que pidió tiempo para revisar “la conveniencia de comprometerse a algo”. Luego, en la misma entrevista con el diario a.m. (octubre 16), se olvidó de lo anteriormente dicho, en el sentido de que se le diera tiempo para “revisar la conveniencia de comprometerse”, y señaló en sentido contrario: “Comprometer la congelación de dietas es imposible, porque por lo menos se debe dejar abierta la posibilidad a que tengan el incremento conforme a la inflación, y de las condiciones en que se esté viviendo... De pronto parece que mucha gente tiene la idea que ser funcionario público es ganar mucho dinero, cuando de una jornada de producción de zapato se puede ganar mucho más al colocar en venta el producto”. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? ¿Es válido comparar la actividad de un empresario cuya actividad primordial es vivir del trabajo ajeno, con la de un funcionario público cuya función tiene que ver precisamente con la cosa pública? ¡Qué rápido se ha venido descarando el señor Verdín! Más le vale que sus asesores empiecen a preocuparse por lo que declara. Al parecer vive en un estado de confusión que no le permite tener claridad acerca del gravísimo papel que se comprometió a asumir. ¿Dónde quedó aquello de que “en la Administración 2009-2012 tenemos como misión constituir un gobierno honesto, serio, comprometido y con vocación de servicio por San Francisco”? ¿Quién va a creerle a este farsante cuando aparentando una humildad que no tiene, en esa misma entrevista dice que “nunca me he puesto a ver cuánto es que se gana en el cargo, pues apenas me vengo enterando de cuánto es que voy a ganar”? ¿Se excede en su cinismo el señor Verdín o es que todavía cree que está en campaña electoral?
Va la sexta: En entrevista con El Heraldo de León (octubre 21), Jaime Verdín volvió a resbalar. Dijo que “al mo¬men¬to en que to¬mó po¬se¬sión la nue¬va ad¬mi¬nis¬tra¬ción, se die¬ron cuenta de que ha¬bía di¬rec¬cio¬nes que te¬nían un suel¬do ‘mi¬se¬ra¬ble’ de acuer¬do con las fun¬cio¬nes que desempeñaban y los ho¬ra¬rios a los que te¬nían que so¬me¬ter¬se; por ello, a ma¬ne¬ra de incentivar y re¬co¬no¬cer el tra¬ba¬jo de es¬tos nue¬vos funcio¬na¬rios, se ha¬rá un rea¬jus¬te de suel¬dos pa¬ra la pri¬me¬ra quin¬ce¬na de 2010... A quienes de seguro se les va incrementar es a las directoras de Sa¬lud y Edu¬ca¬ción”. Es decir, ni Verdín ni quien lo asesora tuvieron la más mínima precaución en revisar los salarios que percibían los directores de área en la administración 2006-2009 y que puede ser consultado en su página electrónica (www.sanfrancisco.gob.mx). Lo anterior confirma lo aquí dicho: Jaime Verdín tomó posesión del cargo de alcalde sin saber a lo que se metía, de ahí que el desbarajuste sea más que evidente. Y, pretendiendo quedar bien con la alta burocracia municipal, dijo: “tendremos que es¬pe¬rar al pró¬xi¬mo año pa¬ra co¬no¬cer si hay más in-fla¬ción, de¬va¬lua¬cio¬nes o in¬cre¬men¬to despropor¬cio¬nal de im¬pues¬tos (sic), ya que ello im¬pac¬ta¬rá el bol¬si¬llo de to¬dos, y el mu¬ni¬ci¬pio se ocu¬pa¬rá en que sus em¬plea¬dos no sal¬gan tan las¬ti¬ma¬dos”. ¡Oh, cuán generoso es Verdín con los dineros públicos! Nos preguntamos si esa misma generosidad la tuvo con sus empleados en su actividad como empresario del calzado. ¡Por supuesto que no! En varias ocasiones se vio envuelto en denuncias penales en contra de extrabajadores suyos como arma para disuadirlos para que se desistieran de su demanda laboral.
Va la séptima: Para confirmar que es un incongruente y contradictorio irremediable, Jaime Verdín se lanzó a opinar sobre el espinoso asunto de los nuevos impuestos, él, que fue diputado federal, y que, en su momento, votó a favor del Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU): “La aprobación que se ha tomado en la Cámara de Diputados en el incremento al IVA como a otros impuestos, es poco conveniente en la temporada de crisis que se vive, porque desmotiva aún más la generación de empleos… Desde luego que no estoy en posición de criticar, ni lo voy a hacer (sic, ya lo hizo, ¿no se dio cuenta?), se respeta la decisión que se ha tomado, pero no es el momento más conveniente para hacer esto. Obviamente el nombre de impuestos lo dice todo, no se va a consensuar porque son impuestos, se quiera o no”.
(Fuentes: El Heraldo de León, octubre 8, 16 y 22 de 2009; a.m., octubre 11, 17 y 22 de 2009).

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