Introducción. Si es cierto que creemos en la libertad y aspiramos a la soberanía ciudadana, no podemos ya hablar de democracia en la actual situación política y social. Hoy, la ciudadanía no pasa de ser más que un pretexto. El tiempo actual es de un feudalismo tan disperso como insolente. Las promesas electorales son burladas apenas los vencedores se aproximan a la toma de protesta del cargo. Tiempos de bandidaje, protagonizado por personas perversas y desenfrenadas. ¿Acaso no es esa calificación la adecuada para los autores de tanto dolor y tanto sufrimiento como sufre a diario la mayoría de la población? Bandidaje. El bandidaje es una actividad humana más en el marco de los arbitrarios procederes solemnes. No es, como en otras circunstancias históricas, oficio de gentes ruines y de aspecto miserable. Los bandidos actuales son perfumados y educados en universidades privadas o públicas empapadas de conservadurismo, gente decente que cree hablar con las palabras correctas para ascender sobre los lomos de los demás, expertos en el engatusamiento y bobalicones de la farsa.
El feudalismo actual se caracteriza, como todos los feudalismos, por su incapacidad para construir verdaderos sistemas de crecimiento. Los cabecillas feudales de esta hora son, por ejemplo, los manipuladores de los programas sociales, los que tienen el poder de elección en los partidos políticos, los hacedores de la deuda pública, los explotadores de necesidades elementales de acuerdo con quienes, creyendo que participan del rigor y sabiduría de la élite, los sirven de una u otra manera.
1. Autoridades, líderes empresariales y de opinión, así como representantes de los medios de desinformación locales, nos dieron una muestra de cuán serviles y cándidos son cuando de inversiones parasitarias se trata. Ahora que en días pasados se anunció la creación de la plaza “Paseo San Francisco. Centro comercial, compras y entretenimiento”, con Soriana y Cinépolis como empresas “ancla” (a.m., 2/XII/11), se afirmó, como si fuera dogma, que tal inversión “no se trata sólo de un beneficio comercial o económico, sino una atención a familias de la región, pues la carretera León-San Francisco, es escenario de varios accidentes fatales, así que la cercanía en servicio de cines y tiendas de autoservicio y más, viene a reducir la necesidad de recorrer grandes distancias, de reducir la preocupación de las madres por dónde están sus hijos, y adicionalmente acercar la atención a todas las exigencias y gustos de consumo”. Se habló de las bondades de dicho proyecto: 1,200 empleos temporales directos y 600 empleos directos; una inversión directa de 300 millones de pesos y un radio de influencia de más de 500 mil habitantes. Nada se dijo acerca de que la empresa ha hecho inversiones en Lázaro Cárdenas, La Piedad y Apatzingán, en el estado de Michoacán, municipios con altos índices de inseguridad, lavado de dinero, atracos y asaltos; prostitución y narcomenudeo. Ya sabemos en San Francisco que este tipo de inversiones magnifican los problemas sociales: habrá una proporción directa entre la cantidad de circulante que tal inversión acarreará, con la calidad de los delitos que se generen.
2. Sucedió lo impensable: el pausado regidor priista Gerardo López Montoya declaró a los cuatro vientos y a todo pulmón, que se hace necesario “una sociedad más exigente y demandante de la labor del gobierno, para que no cualquiera siga trepándose a posiciones de gobierno” (a.m., 26/XI/11). El burro hablando de orejas. López Montoya se refiere a las corruptelas en el gobierno de Juan Manuel Oliva: “Son muchas y repetidas las denuncias de desfalcos en este sexenio: el gasto excesivo en compra de un terreno que para una refinería que nunca llegó; en la Expo Bicentenario aplicaron 2 mil millones de pesos para ponerla a funcionar poco tiempo, ahora anunciaron su reapertura con otros 60 millones de pesos para tenerla activa nada más 2 meses y medio; en el proyecto del Tren Interurbano a la fecha no pueden dar costos de cuánto fue que se perdió por no ser un dato público, mientras hay quienes han considerado que pueden ser mil 500 millones de pesos…”. ¿Hasta dónde va a llegar?, preguntó el regidor, “será cuestión de que los ciudadanos lo reclamen, alcen la voz, lo exijan y determinen los cambios que querrán ver reflejados”. Desesperado, meditó: “Yo entiendo que la sociedad puede estar más preocupada en cómo pagar la renta, cómo comer mañana, cómo pagar la colegiatura. Y es lógico, cada quien piensa en sus problemas, pero no podemos vivir aparte de lo que sucede en el gobierno porque eso nos perjudica”. ¡Órales! Tiene razón el regidor, pero… ¿Ya reflexionó que primero hay que exigirle a su partido que aclare lo del Fobaproa, lo de la guerra sucia en la década de los setenta o la creciente militarización del país; que reclame castigo a los responsables de la masacre en Tlatelolco en 1968 o en Aguas Blancas en 1995 o en Acteal en 1997 o en Atenco en 2006; que explique lo de la concertacesión en Guanajuato en 1991 durante el gobierno de Carlos Salinas; que diga su opinión sobre el fraude electoral de 1988 o el de 2006, en los que se vio involucrado de manera amplia el partido en el que milita; que diga por qué su partido junto con el PAN aprobaron aquí en Guanajuato las reformas al Código Civil en que se contempla que un óvulo fecundado sea considerado una persona para todos los efectos jurídicos que tal medida implica; que diga por qué su partido avaló las contrarreformas que tienen que ver con pérdida de soberanía respecto de la industria energética, minera, de servicios financieros, etc.; o es que todo esto no tiene la importancia coyuntural y electorera que sean del interés de la población? ¿Y sobre la reciente noticia de que diversos ex funcionarios mexicanos de distinto nivel en materia de seguridad e inteligencia han sido contratados como informantes por la dependencia estadunidense de combate a las drogas (DEA), por la oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), y por el Servicio de Inmigración y Administración de Aduanas (ICE) del gobierno de Washington, que va de la mano con la creciente injerencia política, policial, militar y de inteligencia de Washington en nuestro país –y la aceptación de ella por el gobierno federal mexicano–, lo que ha sido documentada de diversas formas: desde la operación en territorio nacional de aviones no tripulados del Pentágono, hasta la incursión reciente de militares estadunidenses en Matamoros –donde al parecer sostuvieron una reunión con mandos castrenses mexicanos–, pasando por la operación de agentes antinarcóticos en el país y las presiones ejercidas por legisladores estadunidenses para tratar el fenómeno del narcotráfico como una insurgencia terrorista? ¿Nada tampoco sobre el descarado proselitismo público de un sacerdote en Purísima a favor del yunqueto Miguel Márquez (a.m., 19/XII/11), que se empata con los cambios al artículo 24 constitucional promovidos y votados en la Cámara de Diputados por el PRIAN? ¿En esto no hay “que alzar la voz”, señor regidor?
3. Están desatados los ánimos en el PRI, ante la mirada socarrona de los caciques, que nomás miran y pelan los ojos al ver saltar al escenario a los “autodestapados” Francisco Javier Rafael García, Ignacio Horta, Roberto Rocha y Javier Casillas. El primero de ellos, ante un grupo de empresarios, con una tierna candidez y visión estrecha, aseguró que “la educación es base… hay jóvenes que están preparados y están trabajando en cosas para las que no estudiaron porque no se les da la oportunidad de trabajar en Presidencia o no hay la promoción a su crecimiento”. Ahí mismo, Ignacio Horta dijo que la decisión será tomada por el gran dedo elector disfrazado de “Consejo Político”: “por lo menos el 90% de los presentes no son miembros del PRI o no es parte del selecto grupo de consejeros y no serán los que tomen la decisión” (a.m., 9/XII/11). Todos ellos, deslavados de ideología –como debe ser hoy día–, sin sustancia, sin convicciones políticas, huecos, meros repetidores de eslóganes al estilo Peña Nieto. Son el producto de un sistema educativo que produce seres humanos formados para el éxito personal, desdeñosos de la cultura y el pensamiento profundo. Al respecto, es bueno recordar lo que Paco Ignacio Taibo II dijo hace días: “los gobiernos del PRI han articulado una historia de bronce que ha producido desdén, desinterés profundo, aburrimiento, falta de arraigo, la pérdida de referencias en el pasado, de dónde venimos… Mirémonos al espejo y preguntémonos: ¿yo de quién desciendo? ¿Del chaquetero de Benjamín Argumedo, o soy un dorado de Villa, o un santannista? La historia es identidad, punto de encuentro, reflexión sobre el pasado. Y el país está urgido de recuperar su historia porque, al hacerlo, recuperamos nuestra dignidad, nuestra identidad, sentido del presente y, desde luego, una proposición para el futuro. Queremos un México cortado a la imagen y semejanza de Melchor Ocampo, cuando dijo: servir a la patria es una honra y no un botín. Ése es el México que queremos” (La Jornada, 4/XII/11).
También el Partido Verde Dolarista, en la persona de nuestro amigo Guardis, hizo su contribución a los “destapes”, quien, con mayor aplomo y empaque, aseguró, entre otras cosas, que: “Hay diferentes campos para explotar a San Francisco, todo es cuestión de organizar, atender y dar respuesta en su justa dimensión a cada necesidad y que se priorice lo verdaderamente fuerte e importante a toda la comunidad” (a.m., 9/XII/11).
4. Llevamos más de veinte años de promesas de cambio: en la economía o la política, y hasta en la forma de ser y hacer las cosas. En San Francisco, Chevín Moreno fue el primero en romper con la cadena de gobiernos priistas, ¿y de qué sirvió la mal llamada “alternancia”, si con creces nos han mostrado que son iguales de ruines y nefastos? Lo que hoy tenemos es una democracia fofa y banal. Los distintos gobiernos que hemos padecido han nacido sin objetivos, como resultado de un sistema político sin anclas firmes con la sociedad. El espacio público, que es donde se debería dar la deliberación que es indispensable para tener un gobierno basado en la discusión, no existe. Los medios de desinformación locales están más ocupados en agradar al gobernante en turno que realmente cumplir con su función social de educar y formar ciudadanía. Los casos de a.m. y El Heraldo de León, por ejemplo, son más que evidentes, no sólo justifican las acciones de “gobierno” de Verdín (como la deuda que está por contraerse con ISSEG y con Banco del Bajío, acciones que para el a.m. han sido “valientes”), sino que se han convertido en órganos de difusión del gobierno en turno, no hay periodismo responsable, son superficiales, frívolos y banales; son simples transmisores de los comunicados de prensa de las distintas dependencias y, vengativos contra quienes disienten de la autoridad (el caso de la regidora Patricia Orozco, esposa de “El Güero”, quien votó en contra de tal endeudamiento, fue tratado en la columna dominical “La Olla” (18 de diciembre), firmada por la reportera –que no periodista– Ana Lilia Ojeda, diciendo que “tal vez fue sólo protagonismo o ganar reflectores; lo que es cierto y consta es que la regidora, es de las que menos participan en los eventos”, rematando con el lanzamiento de un dardo envenenado: “¿Qué pensarán los empleados municipales que tienen una regidora que no quería que se les pagara su aguinaldo?”). Note usted lo superficial e insustancial de dicha columna. Pero, ¿Por qué se ha llegado a este grado? Porque los medios de comunicación son parte del engranaje de control de la sociedad, y como tales, están al servicio de los intereses de los dueños del capital.
Precisión, pero sobre todo claridad y compromiso, son las tres virtudes que como sociedad deberíamos demandar de los políticos en nuestro afán de superar los tremendos niveles de desigualdad y pobreza que hoy nos caracterizan como sociedad. Perdidos en la “transición” quedamos, cuando un payaso con botas la convirtió en supuesta alternancia. Hoy tenemos que admitir, además, que nuestra aventura por los vericuetos de la globalización neoliberal no nos liberó de la dependencia externa ni sentó las bases de una sostenida superación de la pobreza y la injusticia social; al contrario, hemos sido víctimas de los charlatanes neoliberales que tienen a la economía local y regional en vilo, con la penetración de las mercancías chinas.
5. Conforme se acerque el fatídico primero de julio de 2012, toda la actividad de gobierno tendrá tintes electoreros; ahí está como muestra el vergonzoso apoyo brindado a gente de la comunidad de San Francisco Buena Vista (a.m., 26/XI/11), que quedó plasmado para la posteridad con senda foto: la primera dama, la directora del DIF y Jaime Verdín, todos esbozando una burlona sonrisa al lado de una famélica mujer, y a unos cuantos centímetros atrás, unos sacos de cemento y cal y algunas láminas galvanizadas como parte de las limosnas que el charlatán alcalde reparte por las distintas comunidades y barrios de este municipio. Limosnas y migajas para mitigar la desesperanza de la gente jodida. En esa ocasión, fueron poco más de cinco mil pesos en materiales de construcción por cada una de las 55 familias “beneficiadas”. Con un desbordante cinismo, dijo Verdín: “El material que recibieron cada una de las familias será para construir lo mismo cuartos nuevos, cocinas independientes, enjarre de interiores, piso firme, techo de lámina y baños nuevos; lo anterior es parte de los cuatro ejes con los que trabaja el programa red móvil que son salud, educación, economía y vivienda”. Vea usted la desproporción: a cada familia, en promedio, le tocó 2.2 láminas, 10.4 sacos y 2.2 piezas de armex, ¿cuarto nuevo, baño nuevo? ¡Poca madre de cabrón!
6. Como si de un maleficio se tratara, los accidentes viales y los hechos de sangre han estado a la orden del día en San Francisco. Tan sólo unos ejemplos, tomados del diario a.m.arillista: por conducir a exceso de velocidad, se vuelca una camioneta en la carretera León-San Francisco, dejando como saldo a tres personas lesionadas (a.m., 25/XI/11); una joven mujer, conduciendo a exceso de velocidad, perdió el control de su auto y chocó contra un árbol y luego contra un poste de alumbrado público (a.m., 25/XI/11); dos vehículos quedaron calcinados luego de que se les prendió fuego a un costado de la Plaza Premier (a.m., 27/XI/11); dos jóvenes de 20 años son baleados en la Colonia Santa Anita como resultado de una riña entre pandillas rivales (a.m., 27/XI/11); asaltan a estudiante de prepa a la altura de las canchas de Acuasol (a.m., 27/XI/11); dos choques dejan dos lesionados, uno ocurrió en el Libramiento Sur y el otro en Bulevar Aquiles Serdán (a.m., 2/XII/11); dos jóvenes a bordo de una motocicleta conducida a exceso de velocidad se impactan contra la puerta de una vivienda y uno de ellos se lesiona (a.m., 4/XII/11); tres jóvenes a bordo de un Cadillac, modelo 2004, fueron detenidos y remitidos a los separos policiacos por consumir bebidas embriagantes en la vía pública y oponerse a la acción de los elementos policiacos (a.m., 5/XII/11); joven menor de edad que conduce una vagoneta, choca primero contra una Jeep Liberty, modelo 2002, y luego contra una Dodge Caravan, modelo 1999, para finalmente estamparse contra una casa por la calle Manuel Doblado (a.m., 12/XII/11).
La pregunta es: ¿por qué ocurren tantos accidentes? ¿Por qué hay motociclistas que no usan casco protector y por qué tienen que conducir a alta velocidad? ¿Por qué hay padres que les sueltan a sus hijos menores de edad un vehículo, una moto o una cuatrimoto, y todavía se jactan que sus retoños hacen doce o quince minutos de San Francisco a León? ¿Por qué hay motociclistas o ciclistas que van zigzagueando por las calles tratando de esquivar los autos sin aparente precaución alguna? ¿Por qué hay madres o padres que manejan con su bebé pegado al volante, o hablando por teléfono, o sin ajustarse el cinturón de seguridad? ¿Por qué, si vivimos en una ciudad con angostas avenidas y estrechos bulevares, se tiene que conducir a alta velocidad, con el riesgo de atropellar a alguien, o de estamparse contra algo? ¿Por qué se ha hecho costumbre que al llegar a una esquina con señalamiento de alto no se detenga totalmente el conductor, sino que sigue avanzando lentamente esperando que pase el que va cruzando? Y así podemos seguir, ¿a qué se debe, hay inmadurez cívica, se trata de estupidez o de una total y preocupante falta de sentido común? ¿Simple valemadrismo o es que, muchos conducen bajo los influjos de sustancias tóxicas y no miden el peligro al que se enfrentan? De verdad, nuestro municipio sería un buen caso para Sigmund Freud, vivimos bajo la ley de la selva, del sálvese el que pueda, en un ambiente esquizoide, sin una autoridad capaz y eficiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario