Corresponsables
y beneficiarios de un sistema injusto y de sus recurrentes crisis, ciertos
miembros de la elite económica y política pretenden ahora disfrazarse
infantilmente de ciudadanos críticos que promueven un movimiento social” a
partir de un video que con simplismo a conveniencia hace como que confronta el
andamiaje político nacional, las protestas públicas, la inseguridad, la
corrupción (evocando el episodio de Bejarano y Ahumada) y a los candidatos
presidenciales, y que a través de un sistema mercadológico de premios
(arbolitos para reforestar el cerro del Cubilete, aparatos auditivos, becas,
estudios contra el cáncer) y el definitorio apoyo de Televisa, pretende
conseguir “visiones” que permitan “escribir un libro” sobre el futuro nacional
y mostrar al próximo presidente de la República una base social “organizada” al
estilo Palacio.
El
video se titula “Niños incómodos exigen a candidatos”, y es auspiciado por
“Nuestro México del Futuro”, el cual se define como “un movimiento social sin
precedente a escala nacional que ha convocado a todos los mexicanos a expresar
su visión sobre el México en el que les gustaría vivir”. Al final de la página
se establece: “Derechos reservados 2011 Grupo Nacional Provincial”, pues esta
empresa aseguradora es la principal promotora, aunque otros impulsores son
Cementos Mexicanos, de Lorenzo Zambrano; la Comisión Nacional de los Pueblos Indígenas,
la Comisión Federal de Electricidad, la Universidad Anáhuac, el ITAM,
Cinépolis, la Cruz Roja Mexicana, el Consejo de la Comunicación, el Metrobús,
el Museo Universitario del Chopo, Femsa, un diario identificado con el
salinismo, el Palacio de Hierro y varias agrupaciones de filantropía
empresarial y otras de colaboración con el gobierno federal, como la Asociación
Alto al Secuestro y México Unido contra la Delincuencia.
El
insólito activismo de cuello blanco tiene como eje al Grupo Bal, dirigido por
Alberto Bailleres (uno de cuyos gustos es el superyate Mayan Queen IV). Entre
sus principales negocios están la explotación minera a través de Peñoles, la
compañía de seguros GNP, las tiendas El Palacio de Hierro y participa en Femsa.
Solamente con el caso de la contaminación causada en sitios como Torreón,
Coahuila, las preocupaciones justicieras de Bailleres podrían haber alcanzado
un cauce dramático extraordinario, pues allí durante décadas se han generado
problemas graves de salud social que incluyen el nacimiento de niños con
malformación a causa de la toxicidad impunemente distribuida con gran sentido
popular por Peñoles.
Sin
embargo, lo redituable para esos distinguidos empresarios es la oportuna
exacerbación de un sentimentalismo político de oferta. Sin ir a las causas
profundas de la desigualdad económica y social, que ha llevado a nuestro país a
la situación de violencia, protesta pública y descompostura institucional, los
crónicos acompañantes del poder que ha causado esos hervores en riesgo de
estallar prefieren producir un video en el que se acaban colocando como
críticos, demandantes, movilizadores sociales, casi sustitutos del sistema
político agónico.
Hipocresía
empresarial ramplona que se refugia en la buena producción audiovisual y en el
discurso superficial. Todos tienen la culpa, menos los bondadosos hombres de la
elite nacional de los negocios que incluso destinan parte de sus ganancias
(habrá de verse si el sacrificio no es tanto sino una forma de deducir pago de
impuestos) y se arriesgan cívicamente mostrándose “rebeldes” ante la
insostenible situación nacional. ¿Tienen el valor los políticos, y en especial
los candidatos presidenciales, o les vale? Es decir, la misma cantaleta de
travestismo ético y político que han puesto de moda los grandes empresarios
para tratar de colocarse a salvo de cualquier quiebra nacional.
Basta
con revisar el historial adosado al poder político de muchos de esos nuevos
paladines del cambio para preguntarse si les mueve un genuino sentido de lucha
por transformaciones populares o solamente han fraguado una nueva forma de
presión y negociación. Según lo que reporta el citado movimiento, “millones de
mexicanos” han participado en una tarea de consulta y organización que lleva
largos meses, con cabinas de grabación de mensajes sociales y participación de
multitud de estudiantes y jóvenes.
El
resultado de esa movilización se plasmará en “El decreto de nuestro México del
futuro, el único libro escrito por millones de mexicanos que buscan cambiar el
rumbo del país y que (fanfarrias por
cortesía de la banda de
pueblo donde esto se lea)... será entregado a
los candidatos a la Presidencia 2012”. De la Iniciativa México al México
del Futuro, de la manipulación cinematográfica de Presunto culpable al
simplismo documental De panzazo (en el que Televisa no aparece como gran
corresponsable del atraso educativo, intelectual y cultural de México), de la
filantropía y las preocupaciones “sociales” de los niños “incómodos” al nuevo
partido de los empresarios inocentes o cuando menos a la utilización de los
enojos colectivos superficiales, sin viabilidad organizativa, satanizando la
lucha y la protesta sociales, para pactar nuevos términos de la vieja impunidad
de los mismos empresarios que no pagan de impuestos más que migajas y que
largamente se han beneficiado de la corrupción, los portafolios/concesiones con
dólares, los contratos ventajosos y los negocios alternos que han causado el
desastre del que hoy hacen como que se asustan.
(Texto
de Julio Hernández López, La Jornada,
12/IV/12).
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