domingo, 11 de marzo de 2012

NACIONAL: Yacimientos electorales




Ahora es el petróleo lo que Calderón utiliza retorcidamente para tratar de sostener a su grupo en el poder. La firma, ayer, de un presunto trato equitativo entre el gato de las barras y las estrellas y el ratón de Los Pinos para repartirse con dignidad y justicia los beneficios de los yacimientos bajo tierra que vayan a encontrar constituye una traición al interés nacional, por cuanto entrega recursos naturales y abre plenamente la puerta de esas explotaciones a empresas privadas extranjeras y en especial a las gringas, en tiempos electorales en los que Felipe el Desesperado está decidido a vender o hipotecar lo que sea necesario con tal de que su camarilla depredadora siga en el mando.
Sin conocimiento previo del Senado ni alguna forma de consulta pública sobre el asunto, el desbordado Calderón pretende dar un golpe efectista al hacer que su ínfima canciller, Patricia Espinosa, firme un convenio de sometimiento al interés estadunidense representado por la implacable Hillary Clinton, con el ocupante de Los Pinos como testigo de deshonor. Sin tecnología propia para competir decorosamente en los trabajos transfronterizos, la clase política en el poder tiene en estos arreglos dignos de paredón histórico la oportunidad de hacer negocios de primera magnitud y colocarse abiertamente bajo el tutelaje del imperio vecino, que obviamente a partir de ahora considerará digno de guerra todo intento por trastocar la preponderancia electoral del calderonismo entreguista.
Ayer mismo, por ejemplo, la intervencionista Clinton hizo saber que la Casa Blanca apoyará la estrategia calderonista de confrontación con políticos priistas presuntamente involucrados en asuntos de narcotráfico a los que durante casi un sexenio se les permitió navegar tranquilamente en las aguas de la impunidad convenida, pero a los que ahora se les exhibe no por cuestiones de justicia, sino de cálculo electoral. Washington está decidido a apoyar esa utilización de las instituciones de procuración de justicia para bajarle el gel al copete puntero y abrirle paso a la cocinera Josefina, quien parece no estarse enterando a fondo de lo que en la sala principal negocian los presuntos máximos jefes: Hillary y Felipe se aman petroleramente…
Ya en 2006 Estados Unidos fue uno de los factores que impulsaron y convalidaron el fraude electoral para impedir que se instalara en México un gobierno de tibio reformismo popular que pudiera embonar aunque fuera discursivamente con los gobiernos de distintas variedades de izquierda que se habían instalado en el resto latinoamericano. Luego vino la guerra contra el narcotráfico que los estrategas de Washington impusieron al sombrío y vengativo presidente de juguete, y ahora el círculo se cierra con el intento de cesión transfronteriza que todavía pasará por el Senado, donde el priismo podría frenar, hasta por razones meramente electorales, el santannismo felipista. De lo que no hay duda es de que es urgente cerrar el paso a esta transacción electoral desquiciada del felipismo.
(Texto de Julio Hernández López, La Jornada, 21/II/12).



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