domingo, 11 de marzo de 2012

EDITORIAL: Grecia en llamas





Tras la aprobación por el parlamento griego de un plan de austeridad que golpeará severamente a la de por sí depauperada población, Atenas fue escenario de violentos enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas del orden, con un saldo de más de un centenar de heridos, 130 detenidos, 50 edificios incendiados y más de 150 tiendas saqueadas. La violenta reacción social se extendió a Tesalónica, Corfú y Creta, entre otras localidades, y el escenario institucional exhibe una abierta fractura entre la mayor parte de la clase política y la ciudadanía.
No es para menos: lo aprobado por el Legislativo incluye el recorte de 15 mil plazas en el sector público, la flexibilización de las leyes laborales en perjuicio de los trabajadores y una reducción del salario mínimo de 751 a 600 euros (12 mil 637 y 10 mil 96 pesos, respectivamente).
La división alcanzó a los partidos más importantes, el Socialista Panhelénico (Pasok) y la coalición derechista Nueva Democracia, los cuales anunciaron la expulsión de los legisladores que rechazaron el plan de austeridad, 22 del Pasok y 21 de Nueva Democracia. Ello implica una reducción significativa de la coalición gobernante, la cual hace unos días tenía un holgado respaldo de 252 de los 300 diputados y ahora dispone sólo de 198.
En tal circunstancia, la nación mediterránea habrá de atravesar por un escenario político incierto y ominoso de aquí a las elecciones anticipadas, previstas para abril próximo.
La imposición del paquete de medidas de choque exigidas por la Unión Europea para evitar la moratoria de pagos de Grecia, la expulsión del país de la eurozona y el otorgamiento de un crédito por 130 mil millones de euros es la culminación de una ofensiva sistemática y permanente contra la economía de la población, ofensiva que ya en 2008 provocó severos disturbios.
No es el único caso en Europa: las economías de España, Italia, Portugal y Francia siguen un curso de zozobra no tan pronunciado, pero similar, en esencia, a lo que ocurre en Grecia. La ofensiva del capital contra la gente se agudiza en tiempos de crisis, y con ello se vulnera la estabilidad, la gobernabilidad y la seguridad de los países. Así ha ocurrido en México, donde desde hace tres décadas los gobiernos han obligado a la población a cargar con los costos de las sucesivas turbulencias financieras, tanto exógenas como endógenas, con lo que eso significa: eliminación de empleos, congelamientos salariales que equivalen a reducciones netas, afectación de los programas agrarios, alimentarios, de salud, de vivienda, de educación y de cultura.
(Editorial de La Jornada, 14/II/12).

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