Hay
titulares que uno agradece por su elocuencia. De hecho, gracias a ella evitas
el tener que adentrarte en la crónica. Y esa elocuencia, además, es creíble
cuando te consta que el periódico no está siendo consciente de su desliz. Lo
digo por el periódico El País y un titular reciente: “Estados Unidos ratifica
su neutralidad en las elecciones mexicanas”.
Por
si no fuera suficiente con el titular, un subtítulo igualmente expresivo: “El
vicepresidente Joe Biden se entrevista con los tres aspirantes a suceder al
presidente Felipe Calderón.”
Para
El País, y que me perdone la injerencia, mejor hubiera sido ignorar esta vieja
noticia y, aprovechando el espacio libre, seguir especulando con la salud de
Chávez o la huelga de hambre de un disidente cubano o las últimas provocaciones
del presidente iraní Ahmadineyad. Tampoco sería la primera vez. El que Estados
Unidos “ratifique su neutralidad” quiere decir que ya antes de confirmarla la
había firmado, noticia ésta de la que no se hizo eco El País. Y si tuvo Estados
Unidos que afirmar su neutralidad sólo pudo deberse a que México dudaba de
ella, noticia que tampoco leí en El País. Acudí a Google por si acaso sí se
había publicado y yo no la había leído.
Escribí
el texto: “México acusa a Estados Unidos de injerencia”, y no encontré nada al
respecto. Leí sí, en la primera página de Google, las cito por orden, todas las
noticias que aparecen: “Los Hermanos Musulmanes acusan de injerencia a Estados
Unidos en Egipto”, “Siria acusa a Estados Unidos de injerencia”, “Senegal acusa
a Estados Unidos de injerencia”, “China acusa a Estados Unidos de injerencia”,
“Nicaragua acusa a Estados Unidos de injerencia”… En la segunda página son
India y Bolivia las que acusan de injerencia a Estados Unidos, además de Cuba
que acusa de injerencia a España. No seguí leyendo más injerencias. Ninguna
noticia en relación a México y su acuse de injerencia. En consecuencia, ¿no
hubiera sido más oportuno no publicar el desmentido estadounidense? Al fin y al
cabo, sólo existe lo que se publica y ese medio, experto en eclipses
informativos y otras prestidigitadoras artes, bien lo sabe y practica.
No
es que uno albergue duda alguna sobre quien designa al presidente mexicano y
quien, también, se encarga de cesarlo, sino que el titular de El País
respaldando el desmentido de la injerencia, lo que venía a hacer era
confirmarla. Bastaba con darle la vuelta al titular para entenderlo: “México
ratifica su neutralidad en las elecciones estadounidenses… El presidente
mexicano Felipe Calderón se entrevista con los aspirantes a suceder al
presidente Obama”.
¿Verdad
que parece una ficción?
(Texto
de Koldo Campos Sagaseta, rebelión,
6/III/12).
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