En
cifras estimadas por el Inegi para la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo
(ENOE), la población del país a mediados de 2011 ascendió a 113.7 millones de
personas, de las cuales 83.9 millones tenían 14 años o más de edad. De éstos
–según nuestra Clasificación de Desocupación– 55.4 millones constituían la
Población Económicamente Activa (PEA), y 28.5 millones la Población No
Económicamente Activa en el mercado de trabajo (ver gráfico).
De
la PEA, 84.2% (46.6 millones) eran personas ocupadas en el mercado laboral, y
15.8% (8.8 millones) eran personas en desocupación, cifra integrada por 2.6
millones de personas buscando activamente trabajar (desocupación abierta), y
por 6.2 millones de personas aptas, en disponibilidad y con deseos de trabajar,
pero que han desistido en su búsqueda de empleo (desocupación pasiva).
En
el quinquenio 2006-2010, la PEA aumentó en 1.4 millones de personas al año en
promedio y en 2011 en 1.3 millones, cifras que indican el mínimo de empleos
formales (con prestaciones) que debería estar generando la economía y de los
cuales no se crean ni la cuarta parte (en el lustro dic. 2006-dic. 2011 los
trabajadores asegurados en el IMSS sólo aumentaron en 334 mil al año en
promedio). Esta es una falla máxima y la más clara evidencia de la
disfuncionalidad social del modelo económico vigente.
De
los 46.6 millones de población ocupada en 2011, 28.8 millones (61.8%) eran
asalariados; 10.5 millones (22.6%) trabajadores por cuenta propia; 3.0 millones
(6.5%) trabajadores no remunerados (negocios familiares); 2.2 millones (4.8%)
empleadores, y 2.0 millones (4.4%) eran trabajadores subordinados a un patrón
pero sin salario (comisionistas, honorarios, propi neros).
De
los 46.6 millones de ocupados, 28.8 millones (61.8%) está en los servicios,
11.0 millones (23.8%) en la industria y 6.4 millones (13.7%) en el campo y la
pesca.
De
los 46.6 millones de ocupados, 3.9 millones (8.3%) no reciben ingresos; 6.0
millones (12.9%) perciben hasta un salario mínimo; 10.6 millones (22.7%) de uno
a dos salarios mínimos; 10.0 millones (21.4%) de dos a tres salarios mínimos,
7.6 millones (16.3%) de tres a cinco salarios mínimos y sólo 3.9 millones
(8.4%) perciben más de cinco salarios mínimos. Los 4.6 millones de ocupados
restantes (9.8%) no especificaron su nivel de ingreso.
De
los 46.6 millones de ocupados, únicamente 16.3 millones, 35.0% (56.6% de los
asalariados) tienen un empleo formal con prestación de acceso a instituciones
de salud.
Como
se ve, la situación del empleo en el país es, en una palabra, catastrófica.
(Texto
de David Márquez Ayala, La Jornada,
12/III/12).
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