El estado lo definen hoy sus grandes contrastes. Al abismo en términos de desarrollo económico que separa el llamado corredor industrial y los municipios del noreste (por ejemplo) hay que agregar las diferencias culturales y pautas de comportamiento social que alimentan una visión insular de pertenencia en municipios cercanos y que incluso comparten su vocación económica, pero que su población se asume sustancialmente “distinta”.
Además, la dinámica nocturna en las grandes ciudades pone cotidianamente a prueba la caracterización de una sociedad conservadora que presume en todo momento el arraigo y fortaleza de los valores familiares tradicionales.
Guanajuato es una entidad que apuesta a un futuro luminoso, a ser el ícono automotriz de Latinoamérica, con una visión optimista en términos de empleo gracias a las inversiones multimillonarias, básicamente de empresas japonesas.
Pero también es un estado que registra una tendencia a la alza en hechos violentos contra las mujeres; fue el último en aprobar la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, cuyo reglamento aún se encuentra en el limbo y es donde murió Valeria, madre de dos y que a los 19 años de edad fue asesinada por su expareja sentimental. Como ella, otros 39 casos en lo que va del año.
Es el estado sede de uno de los cinco festivales culturales más importantes del mundo, el Cervantino, que además tiene dos ciudades en la lista de patrimonio cultural de la humanidad, pero con una población que mayoritariamente (51%) nunca ha visitado una biblioteca pública y además, según la encuesta de productos y consumos culturales, un tercio de la población expresa tener poco interés por lo que sucede en este ámbito.
Guanajuato se asume como una entidad de vanguardia, con excelente infraestructura carretera y una de las más avanzadas infraestructuras hospitalarias con una cobertura de derechohabiencia de más del 70% de la población. Pero también es un estado que registra una tasa de alta incidencia de casos de VIH/SIDA. En 2009 se registraron 228 casos y 241 en 2010, con sólo un cambio en los sectores sociales con mayor incidencia: que cada vez son más amas de casa las afectadas.
Las autoridades estatales pueden presumir la cobertura de 92% en la red de agua potable; de piso firme en el orden del 95% y de energía eléctrica del 98%. Sin embargo, a la par de los logros en infraestructura y cobertura de servicios, crece un fenómeno que ya alarma a los especialistas: el bullyng.
El acoso escolar, ya sea físico, psicológico o económico se expresa en escuelas guanajuatenses no sólo en los casos en que alumnos abusan de compañeros en condiciones de desventaja, sino incluso de maestros que etiquetan a los niños y jóvenes y que contribuyen en los hechos a un clima de hostilidad.
La violencia social que marca a centenares de municipios en el país, no es ajena en el estado y ésta se expresa cada vez con mayor frecuencia en el ámbito escolar.
Más aun: tres de cada siete adolescentes con problemas de consumo de alcohol y drogas ilícitas son mujeres de entre 13 y 19 años, reconocen las autoridades a través de la titular del área de Salud Mental: “En Guanajuato el principal problema es el consumo de alcohol. Lo que nos dice la encuesta de 2002 es que había una mujer por cada siete varones consumidores, mientras que para 2008 las cifras han crecido significativamente pues por cada cuatro varones hay tres mujeres consumidoras, principalmente de bebidas alcohólicas”.
De cara a estos datos, el problema de consumo de alcohol y drogas ilícitas está a la alza, sobre todo en jóvenes mujeres. Además de que el porcentaje de reincidencia entre adictos rehabilitados es alto: “El 60% de los 10 mil 100 guanajuatenses que se han atendido en los Centros Nueva Vida instalados en el estado han recaído”.
Pero los grandes contrastes no sólo se registran en el ámbito económico, cultural o social, sino que incluso se expresa cotidianamente entre lo que tradicionalmente caracteriza a la población, en términos de valores familiares y religiosidad y la creciente oferta de prostitución, alcohol y drogas que responde directamente a la creciente demanda.
La condición de sociedad tradicionalista y conservadora, que recibió su primer gran anclaje después de la expulsión de los jesuitas a finales del siglo XVIII y que encontrara en los movimientos sinarquista y cristero asideros de validación, recibió un poderoso impulso en la década de los 30 del siglo pasado con el “centro anticomunista” que dirigió Hellmut Oskar Scheiter, que junto a sus discípulos, los hermanos Trueba Olivares y Torres Bueno, Manuel Zermeño y José Ángel Urquiza, significaron un poderoso impacto en el quehacer político y cuya impronta aún se puede detectar en las principales fuerzas político-partidistas.
Sin embargo, la lógica en las pautas de comportamiento social y que a la postre significaron el sustento de la caracterización de sociedad conservadora y tradicionalista, hoy enfrenta un marcado desgaste en los bares, discotecas, table dance, hoteles de paso, “antros” gay y/o swingers y la generosa oferta de sexoservicio en páginas web, que definen la amplia gama de posibilidades “de diversión”.
Abultada oferta que responde en forma directa a una abultada demanda en las calles de León, Celaya, Irapuato, Silao, San Miguel Allende e incluso Guanajuato capital.
Bullyng, feminicidios, VIH/SIDA, homofobia, trabajo infantil, niños migrantes, la realidad en cuanto a la etiqueta de estado con alto desarrollo cultural y las fantásticas nocturnidades en las principales ciudades guanajuatenses, todo ello en contraste con el Estado que se “vende” a la luz del día.
(Tomado de correo, 29/VIII/11 y 9/IX/11).
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