domingo, 5 de junio de 2011

MUNICIPAL: La familia feliz

Los integrantes de la familia feliz habitan en un lugar maravilloso donde no existe la miseria. Es uno más de los reinos de la fantasía habitados por seres felices que viven bajo el amparo de la impunidad, siempre celebrando sus festivas ocurrencias, orgullosos de sus cifras que adquieren la cualidad excepcional de disipar las penurias. Malévolos, recurren a las técnicas más depuradas de la perversidad en materia de comunicación masiva en sus estrategias de propaganda, cuyo fin es modificar la percepción del electorado –aunque no solamente– con mensajes incesantes, insistentes e inocuos. Por lo general, las estrategias mediáticas dirigidas por empresas especializadas en la imagen y en la opinión pública son exitosas; la excepción que confirma la regla son las campañas de difusión de las acciones de los gobiernos panistas. Así lo demuestran: el manejo inconsistente de la información, el mensaje que se transmite entre las líneas de discursos iracundos y dolosos de Jaime Verdín y sus comparsas, más las desafortunadas declaraciones de altos funcionarios de la presente administración municipal. Como buen burócrata palero e insensible, sin medir las consecuencias de sus palabras, Verdín festeja que la deducción de impuestos de las colegiaturas es un “importante logro” que servirá para evitar que siga en aumento la deserción escolar, ¿cuál es el porcentaje de estudiantes de educación media superior o universitaria que trabajan y que reportan impuestos al SAT? Nos atrevemos a decir que cero. Pero claro, Verdín simplemente sigue el guión que le marcan sus jefes, afirmando que todo lo hecho por Calderón u Oliva es “correcto”, “avanzado”, “atinado”, etc.

Semanas después, el Inegi da a conocer las cifras dolorosas de la educación en el país: rezago, mala calidad educativa y fuga de cerebros. De botepronto, Verdín sale a defender “los logros” conseguidos en este sexenio sangriento: “en San Francisco se liberarán tres millones de pesos en becas municipales para este 2011, lo cual es una inversión histórica”. ¡Oh, sí, sí, el promotor de la cultura está feliz porque pasará a ser “el presidente del impulso a la educación”! ¿Y los jóvenes que desertan, por qué lo hacen? Ah, pues muy sencillo, responde el jefe de la mafia de la cruz y el garrote: “los jóvenes que desertan es porque se ven atraídos por el dinero que ganan al contar con un trabajo, aunque también se debe a que forman parte de familias jodidas que necesitan que la mano de obra joven ayude en el hogar, y esa es decisión de los padres”. ¿Decisión de los padres?, se le pregunta; sí, “porque en lugar de mandarlos a la escuela, prefieren que trabajen y ayuden al ingreso familiar”. ¿No se contradice, señor presidente? “No, porque para eso se les da una súper beca, para que sigan en la escuela”, –responde–. Un día después, integrantes del llamado Consejo Coordinador Regional, en reunión con el jefe barbado y algunos de sus subordinados, reclamaron que “los empresarios de San Francisco, al igual que la población (¿desde cuándo los empresarios recibieron la potestad para hablar a nombre de la población?, ¿quién les dio esa prerrogativa?), desconocen los trabajos realizados a casi año y medio de que la actual administración llegara al poder”, el jefe barbado les dijo que “si no ven lo que ha hecho la actual administración es porque nunca salen de sus casas u oficinas, porque las obras ahí están”; ¿dónde?, le preguntó el presidente de Bomberos, “pues ahí, si usted no las ve, es porque le falla la vista caballero”. Además, existen más de cincuenta proyectos ejecutivos validados dentro del banco de proyectos –dijo nuestro amigo Jaime–, “hay gestiones importantes ante los gobiernos federal y estatal para reforzar las obras de infraestructura; abrir más centros de diversión table dance; otorgar más permisos para la venta de chupe y bebidas espiritosas; abrir caminos en las comunidades donde existan laboratorios productores de metanfetaminas y otras sustancias de exportación y de consumo local; ampliación del actual hospital con cincuenta camas más para atender a tanto pandillero acuchillao o picao; la compra de mecates y cobijas de buena manufactura para que los que sean ingresados a los separos policiacos y quieran probar su resistencia, puedan colocárselo alrededor del cuello, y darle el tirón sin mayor dificultad, como el que se ‘suicidó’ la noche del pasado 24 de febrero –según la versión oficial dada a conocer por el inefable Rodolfo Aguirre–; promover que la cobertura de Procampo se amplíe y llegue a más y más productores de mariguana y amapola, porque es ‘lo de hoy’ y no queremos quedar rezagados; asignación de un jugoso presupuesto para el recién aprobado Consejo de Atención a las Mujeres, para que las señoras regidoras, que fueron las que impulsaron su creación, hagan lo que quieran con su nuevo juguetito, que, de una vez les digo: de nada va a servir; la compra de una placa que esté ‘bien chida’, para instalarla a la entrada del Museo de la Ciudad, así como la contratación de un profesional, con la idea de darle carácter a esa institución, para que se deje de ver como si fuera propiedad de una persona –¿escuchó señor José Ángel?– y que el Museo no parezca bazar; instalación de cámaras en fiscalización, mercados, seguridad pública y tesorería, para cuidar de las manos de sus titulares, porque ya se supo que por ahí ha habido fugas indebidas; y otros trabajos que tenemos programados”. “Tengan ustedes la certeza de que este año será recordado como el año de la obra pública”, dijo Verdín, ya en estado calamitoso por tanta burrada que había vertido minutos antes. ¿Es cierto que otra vez San Francisco está fuera del Subsemun?, se le preguntó al buen Rosiles, quien presuroso dejaba el podio, donde segundos antes se había aventado la puntada de que “ahora sí, los delincuentes nos van a pelar los dientes, porque ya tenemos más y mejores patrullas”. Sí, respondió Rosiles, quien con micrófono abierto dijo: “¡Cómo chingan estos cabrones!”, luego pasó a dar toda una explicación de que “no es que se haya perdido ese recurso, más bien lo van a destinar a otro lugar, porque San Francisco no cumple los parámetros”, esto último a pesar de que desde el 2007 “la delincuencia organizada tiene mayor presencia en la localidad, y se nota porque ha habido más enfrentamientos entre pistoleros y policías, levantones, secuestros, entambados, ejecutados, entre más situaciones punzantes”, dijo un Rosiles enojado y al punto de la histeria.

Pero el domingo 13 de marzo sería uno de los mejores días del alcalde, quien, junto con Robolfo Aguirre, semanas antes habían dispuesto todo para que el voto los favoreciera hacia el Consejo Estatal del PAN. La mañana de ese domingo, estos graciosos y simpáticos personajes habían asistido a la santa misa en la parroquia de San Francisco, pidiendo a todos los santos que no les fueran a fallar aquellos que ya habían sido amenazados que de no acudir a la tal asamblea, serían despojados de la gracia de contar con la amistad del jefe barbado y su fiel escudero Robolfo, y que se atuvieran a las consecuencias. Y sí, los tres mosqueteros de El Yunque: Jaime, Toño “El Güero” y Robolfo se van al Consejo Estatal, para seguir afianzando las aspiraciones de Miguel Márquez en aras de darle continuación al proyecto de facistización en nuestro estado. ¿Y el Contralor Municipal? Se preguntaron algunos asambleístas. “A ese lo tenemos reservado para después de esta administración, lo rastrero y lambiscón se lo vamos a compensar”, dijo Verdín en voz baja a un grupo de tianguistas afiliados al PAN. Por lo pronto, el corpulento Contralor se anda balconeando junto con su guardaespaldas –ya dicen las malas lenguas que es su “picador”– en varias actividades: aparte de ir juntos y de la manita a los mejores antros de León, de donde salen muy contentotes; está yendo a las escuelas a hablar de “honestidad y transparencia”, pidiendo a niños y adolescentes que se atrevan a denunciar cualquier irregularidad ya sea en su escuela como en la colonia donde vivan, ¿y usted si ha señalado las irregularidades de los hermanos Aguirre?, le preguntó un vivaracho pequeño de la escuela Guadalupe Victoria. El Contralor, esquivo como es, le respondió: “estamos trabajando en eso”; además, Contraloría está apoyando al DIF en actividades de carácter ‘humanista’ como eso de celebrar el Día Internacional de la Familia el pasado 6 de marzo; y sí, ahí iba el Contralor con su globito –dicen sus allegados que más bien era un condón inflado– y un moñito blanco pegado a su playera blanca, marchando con un cartel que decía “Somos familia, juntos por nuestro futuro”, pegadito, pegadito a Verdín, el jefe de la mafia blanquiazul, quien, nervioso porque el “contingente” no pasaba de las cien personas, entre niños, jóvenes y adultos, tuvo que apechugar hasta el término de la marcha, cuando con micrófono en mano se lanzó con esta monada: “hoy vivimos un problemón: se han perdido los valores familiares, y las consecuencias se reflejan entre otras cosas, en los vicios que acosan a niños y jóvenes”, doña Isabel, que es una señora de casi 70 años que asiste al Centro Gerontológico, pensó en voz alta: “¿la compra de voluntades y la simulación de este pinche barbón no es un vicio?, deveras que este güey nos quiere ver la cara”. Sobre todo porque días antes, el DIF y Jaime Verdín habían pasado un amargo trago: personal del DIF, se arrogó atribuciones que no le corresponden, pues, sin haber una orden judicial de por medio, tuvo a bien poner a resguardo a dos menores que, por supuesto maltrato de parte de una tía, serían dados en adopción con el fin de “garantizar su estabilidad y evitar que regresen a manos de su madre biológica”. Nótese la perversidad: arrebatan a los menores de manos de quien tenía la guarda y custodia, luego deciden que tramitarían lo necesario para darlos en adopción, todo lo anterior sin haber una orden por parte de un juez, quien es la única autoridad que puede emitir mediante resolución judicial, una orden en ese sentido. La reacción no se hizo esperar: familiares y amigos de los menores “resguardados” iniciaron una huelga de hambre frente a Palacio Municipal el pasado 21 de febrero. Bravucones y pendencieros, desde Presidencia Municipal responden con comunicado de por medio: “como parte de la responsabilidad de parte de la Administración Pública 2009-2012, se hace saber que en todo momento las autoridades municipales respaldarán la actuación de los funcionarios públicos, cuando en razón a su desempeño y actuación se encuentren fundamentadas y en correcto orden con los marcos legales correspondientes, como resulta en este caso en particular”. Un día después, las autoridades cedieron ante la presión: después de un mes de tenerlos “bajo resguardo”, los menores fueron entregados –la de 5 años con el brazo izquierdo fracturado y el de 3 en situación estable– a quienes supuestamente los maltrataban. El inepto e inútil Marcelo Alberto Rodríguez Mena, licenciado en Derecho y titular del CEMAIV, humillado, regañado y sin mostrar vergüenza alguna, nos regaló esta perla: “el DIF busca la reintegración familiar, y al ver que (sus tíos) manifiestan interés en la reintegración de los menores, hicimos nuevas valoraciones con la intención de ver si habían cambiado sus conductas y les dimos una segunda oportunidad”. Nótese la soberbia de este petulante individuo: “les dimos una segunda oportunidad”; a pregunta expresa sobre si el DIF no es incongruente al haber resguardado a los menores por supuestos malos tratos y luego entregarlos como si nada hubiera pasado, dijo: “no, para nada, porque la intención del DIF es la reintegración familiar y no separar familias”, entonces, “¿lo que ustedes hicieron no fue separar a una familia al haber recogido a los menores en primer término?”, se le repreguntó, “no, lo que pasa es que el DIF a veces comete barbaridades, pero, bueno, ya se corrigió el error, ¿verdá?”, contestó, entre cínico y estúpido.

En fin, se trata de un capítulo más de esta administración en su labor “humanizante”, que, deseosa de pasar a la historia local como la gran administración que cambió los paradigmas de la educación local, ha ido de traspié en traspié, por una razón: la educación, que es una función del Estado mexicano, se tergiversó en el mercado de plazas, en la venta de votos y en un negocio ajeno a los fines primigenios de la educación pública. La educación es el proyecto olvidado de una gerencia de negocios a cargo de la administración pública. La insensibilidad social de los gobiernos arrinconó a la educación en el rezago, por el descuido consuetudinario los educadores laboran en condiciones deplorables y el deterioro del tejido social provoca un porcentaje creciente de deserciones, por más becas que se otorguen y por más discursos floridos que prodiguen quienes se empeñan en ver la función pública desde la óptica empresarial; ¿verdad, Jaimito?

(Basado en Laura M. López Murillo, argenpress, febrero 22 y 28, 2011; a.m., febrero 16, 25 y 26, marzo 5, 7, 10, 14 y 16, 2011; El Heraldo de León, febrero 22 y 23, marzo 11 y 14, 2011).

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