De cada 10 niños mexicanos, cuatro viven en condiciones de pobreza, pero la proporción se eleva a cinco de cada decena si además de los insuficientes ingresos monetarios de sus hogares se añade el incumplimiento de sus derechos fundamentales, indica una investigación de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
En total, la pobreza afecta a más de 15.8 millones de niños en el país, de los cuales 4.3 millones sobreviven en condiciones de extrema pobreza, de acuerdo con la primera medición multidimensional de la pobreza infantil con parámetros específicos para la región que aplicaron ambos organismos en la investigación Po-breza infantil en América Latina y el Caribe, que comenzó a ser difundida desde el mes de marzo.
México es el segundo país de la región con más niños pobres, sólo superado por Brasil donde existen 22.7 millones. Ambos países concentran casi la mitad de los casi 81 millones de pequeños latinoamericanos que padecen al menos una privación moderada hasta pobreza extrema.
Entre 18 naciones analizadas, México ocupa el lugar 11 con 40% de sus niños en pobreza, mientras la lista es encabezada por El Salvador con 86.8% de su población infantil en tal situación.
El país en mejor situación es Costa Rica, donde sólo dos de cada diez menores tienen alguna carencia, proporción que se duplica en el caso de México.
Cepal y Unicef aclaran que la medición de la pobreza infantil en la región y por país varía según la metodología que se utilice. Así, cuando la pobreza infantil se mide únicamente a partir de los ingresos monetarios de los hogares o desde la perspectiva de sus derechos, entonces el porcentaje de niños pobres en México se eleva hasta 53% para el primer caso y a 55% para el segundo, precisa la investigación.
La desnutrición global y crónica de los menores también puede ser medida con dos metodologías distintas, por lo que en el caso de México se establece que entre el 3.5 y 5% padecen la primera, y de 12 hasta 22% la segunda.
El documento detalla que casi la cuarta parte de los infantes mexicanos (24.3%, similar al promedio regional) carecen de una vivienda adecuada, lo cual afecta sus procesos de alimentación, educación, abrigo, construcción y de vínculos de contención socio-familiar.
En el desglose de las privaciones relacionadas con la vivienda, se especifica que 8% de los niños tienen carencias de moderadas a graves en el acceso de agua potable, 18% en servicios sanitarios, de 7.6% en servicios educativos, así como 3.7% a información y comunicaciones.
(Texto de Susana González G., La Jornada, 27/III/11).
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