lunes, 1 de febrero de 2010

ESTATAL: Turismo cristero

La Iglesia desborda poder, y jactanciosa propone el “proyecto ciudadano” del Teleférico del Cubilete, que podría convertirse, según sus impulsores, en la punta de lanza para cambiar la fisonomía del municipio de Silao en los próximos 25 años. Dicho proyecto representa un jugoso negocio: “además de detonar el turismo religioso se convertiría en una zona de atracción regional de al menos cinco millones de personas al año”. “Lo que buscamos –dicen los promotores del proyecto es que el Teleférico se convierta en un emblema que despierte la identidad de los silaoenses, y que genere ingresos en base a nuestra propia industria porque no necesitamos depender de una empresa automotriz, la cual este año tosió y a nosotros nos dio pulmonía”. El costo total rondaría los 272 millones de pesos, inversión que se recuperaría en un lapso menor a cinco años, con un público objetivo total que se encuentra en un radio de 600 kilómetros de Silao que es de 74 millones 886 mil 872 habitantes. Es decir, los ingresos por concepto de limosnas, servicios de transporte, hotelería y hospedaje, alimentos, etc., estarían por encima de los cien millones de pesos anuales. Y lo dicen abiertamente: convertir a El Cubilete en un mercado: “El perfil del mercado meta es el turismo religioso, cultural, de negocios, compras, eventos, ecoturismo y turismo rural”. Bajo el disfraz de un supuesto “proyecto ciudadano”, se justifican: “Lo que se busca es contar con un proyecto ciudadano sustentable que detone el crecimiento socioeconómico de la región integrando a la población y gobierno del municipio tanto de la zona urbana como rural en base a las riquezas religiosas, históricas y culturales de la región”. El presidente municipal de Silao, el yunquista Juan Roberto Tovar, señaló que el gobierno municipal buscará invertir en la creación del proyecto. Por otro lado, a tan sólo 17 kilómetros de distancia del cerro del Cubilete, asoman los cimientos que día a día, desde hace dos meses, una treintena de trabajadores convierten en la base que sostendrá un enorme santuario. Los trabajadores son voluntarios provenientes de todos los rumbos del estado, pero también de Querétaro y Guadalajara. Cambian turno a diario y cumplen su jornada sin cobrar. Se trata de un edificio con una amplia base de la que emerge una delgada torre y sobre la misma una vara dorada, para dar una altura total de 60 metros. El edificio, todo azul, reflejará la luz del sol y contará con una iluminación especial en sus múltiples cristales, que lo hará visible a gran distancia. Luces de láser y sectorizadas coronarán el emblema escultórico de la vara de Aarón, según la descripción del proyecto. La agrupación religiosa conocida como Luz del Mundo erige este templo, al que sus integrantes llaman “Torre Monumental de la Fe”. Así, ha comenzado a modificarse la arquitectura religiosa en esta área, hasta ahora defendida férreamente por la jerarquía católica entre los feligreses. Justo aquí, en el corazón del Bajío, el centro geográfico de México, marcado hasta ahora en la historia nacional como la zona más consolidada del catolicismo conservador. El proyecto comprende un complejo que incluye un fraccionamiento habitacional, escuelas, locales comerciales. Es una de las microciudades que Luz del Mundo llama “hermosas provincias”, similar a las que existen en Guadalajara –su sede principal en México– y en Fortín de las Flores, Veracruz. Para el antropólogo Luis Miguel Rionda Ramírez –quien ha investigado la historia de la religión católica y su influencia en la zona del Bajío–, el desplazamiento de la religión católica en la zona había tardado en manifestarse abiertamente aun cuando, en este caso en particular, advierte del riesgo de que surjan manifestaciones de intolerancia o “defensa del territorio” del Cubilete por parte de la jerarquía o feligreses católicos. “En un mundo que ha cambiado tanto, era natural la penetración de otras creencias y de otras sectas. Tenía que causar un efecto de rompimiento del monopolio católico –porque lo era en los hechos–, y sencillamente está sucediendo lo que tenía que suceder en un mundo tan comunicado como el actual. Esto va a ser la constante en los años por venir: veremos más alternativas religiosas”, refiere el investigador de la Universidad de Guanajuato, y añade: “Lo negativo sería expresar una reacción de rechazo, intolerancia; aunque deberíamos irnos acostumbrando a entrar a este mundo cada vez más diverso, con las opciones religiosas al alcance de cualquiera… Hay aquí una tradición de violencia religiosa; hay que recordar nada más que la voladura de la primera estatua del Cristo Rey fue uno de los motivos de la rebelión cristera”. No obstante, la construcción de este nuevo bastión de la iglesia Luz del Mundo para el centro del país parece tomar por sorpresa a las autoridades católicas de la zona. (Fuentes: a.m., 3/XII/09; proceso, no. 1728).

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