El triunfo del presidente Evo Morales y de su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), en las elecciones realizadas el 6 de diciembre en Bolivia asegura, por más de dos terceras partes de los sufragios, la reelección del mandatario indígena y el predominio de su organización política en las dos cámaras legislativas. Más allá de esos datos formales, la victoria del MAS frente a las candidaturas y partidos de la derecha oligárquica, en pleno retroceso y descomposición, marca un hito histórico en un país que se ha caracterizado por la marginación racista y la exclusión del poder de la mayor parte de su propia población, perteneciente a las nacionalidades aymara y quechua. El holgadísimo margen que el partido del presidente obtuvo ese día constituye la confirmación indiscutible y la ampliación del mandato otorgado al propio Evo hace poco menos de cuatro años, así como la cimentación de un proyecto político para erradicar la opresión histórica de la mayoría y para transformar a Bolivia, por la vía constituyente, en un Estado plurinacional. Desde esta perspectiva, tales comicios, lejos de abrir la puerta a tentaciones autoritarias o dictatoriales, como señalan los medios nacionales e internacionales hostiles al mandatario indígena, fueron una representación fiel y democrática de la composición del país y de las aspiraciones de la mayoría.
Como ocurre en Venezuela, y en menor medida en otras naciones sudamericanas, en Bolivia los proyectos de transformación social radical pasan por la aprobación incuestionada de las urnas. Con esta realidad en mente, el empecinamiento en tildar de dictatoriales a los gobernantes de esos países sólo puede explicarse como producto de una animadversión ideológica alimentada por alineaciones políticas y económicas con los poderes empresariales afectados por ambos procesos, y que desemboca en una argumentación de inocultable mala fe.
Si en el panorama nacional boliviano las expresiones políticas de la oligarquía han sufrido una derrota severísima, está por verse, en cambio, el futuro de los movimientos regionalistas y separatistas organizados por las derechas en Santa Cruz de
No hay comentarios:
Publicar un comentario