La adolescente se quebró emocionalmente y contó todo a sus profesores y compañeras del tercer año de la escuela secundaria EST Nº 15. El temor y la desesperación de quedar nuevamente embarazada fue lo que impulsó a la niña de 15 años a revelar que desde los dos era sometida sexualmente por su padre y que su bebé de nueve meses no era de un “noviecito”, sino de su progenitor. Ese mismo día, la joven y algunos profesores de la escuela se fueron a la calle Ocampo a interponer formal denuncia en la Agencia del Ministerio Público. El presunto responsable continúa en libertad, en la colonia Santa María, según denuncian los vecinos. Ante esta situación, compañeros de la joven ofendida y vecinos realizaron una protesta frente a las instalaciones del Ministerio Público a fin de exigir justicia y obtener respuestas. “La joven relató que no podía seguir más con esta situación y que estaba viviendo un infierno”, explicó la maestra Gaby, docente de la institución educativa a la que asiste la adolescente. Hace aproximadamente quince días, la adolescente les contó a profesores y compañeras que su bebé de 9 meses era de su propio padre, que abusaba sexualmente de ella desde hace muchos años. La adolescente es la mayor de tres hermanas. La familia llegó hace aproximadamente un año a la colonia Santa María. Su padre, un hombre de 36 años, trabajaba como empleado en una vulcanizadora de la zona. Según el relato de la víctima, el hombre vivía armado y la tenía amenazada con que si ella no accedía a sus propósitos se desquitaría con las hermanas más pequeñas. “En un primer momento, la madre de la joven dijo desconocer lo que sucedía” en su casa cuando las luces se apagaban y todo quedaba en silencio. Luego, confesó que era consciente de la situación, pero que temía a las represalias y a quedarse sola con la responsabilidad de tener que hacerse cargo económicamente de sus hijas. Frente a los reclamos de la joven y algunas de sus maestras, que exigen la inmediata encarcelación para el acusado porque lo consideran una amenaza tanto para su hija mayor como para el resto de la familia, el agente a cargo de la averiguación previa, señaló: “Cualquier persona que entienda un poco de Derecho sabrá que la declaración de la víctima no alcanza para detener a un ciudadano”. Agregó que está a la espera de los resultados de ADN. Mientras tanto, “esa espera puede permitirle la fuga”, lamentó la docente. Hoy la joven y su bebé se encuentran bajo la tutela de una asistente social del DIF y alejadas del barrio. “Costó muchísimo arrancarle la idea del suicidio”, contó la maestra Gaby. Además, aunque el miedo todavía es una constante en su vida, la joven madre dice que “por primera vez puede dormir tranquila”. Sin embargo, no se sabe mucho sobre el paradero del resto de la familia. Del acusado, unos dicen “que se fue a su lugar de origen”, otros, “que se fue a una comunidad cerca de aquí”, y otros más, “que se le ve por las tardes caminando por la Aquiles Serdán con aspecto de indigente y hablando solo”. Cuando la situación salió a la luz en la colonia Santa María, a mediados del pasado mes de marzo, algunos maestros de la escuela se presentaron en la casa de la muchachita para brindarles ayuda económica y moral a la madre y a sus hijas. Al llegar, los docentes se encontraron con la sorpresa de que el hombre estaba en la vivienda. Esa noche, y casi en forma inmediata, se armó una escandalera y los vecinos intentaron linchar al hoy presunto responsable, que terminó internado en el Hospital, víctima de una crisis nerviosa. Allí permaneció dos días y cuando se le dio el alta médica, “volvió a la colonia y comenzaron las amenazas a los vecinos y una nueva situación de pánico para la pequeña”. Hoy, la joven sigue esperando que se le haga justicia.
(Tomado de página 12, 10/IV/10).
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