Tras las desastrosas caídas de las bolsas de valores del mundo en la primera semana de mayo, las finanzas planetarias fueron llevadas a un nuevo pico de optimismo por la decisión de
De entrada, el monto dispuesto para el rescate y el blindaje económicos pone de manifiesto, en forma brutal, la riqueza de las naciones industrializadas y la desigualdad que impera en el mundo: la suma equivale a 36 veces el presupuesto público de México para el año en curso, o 160 años del gasto de Honduras.
Por otra parte, y dada su dimensión, el programa de estabilización europeo probablemente logre su propósito de ayudar a las economías más débiles de
No puede soslayarse, sin embargo, que los beneficiarios principales de las medidas comentadas serán los capitales especuladores trasnacionales que suelen medrar en el entorno de crisis como la griega. Bien se conoce este fenómeno en México, donde esos intereses –“manadas de lobos”, los llamó ayer Anders Borg, ministro de Finanzas de Suecia– han multiplicado sus haberes a costillas del patrimonio nacional, como ocurrió en las devaluaciones de 1994-1995 y de 2009.
En el contexto de las normas financieras vigentes en el mundo, las autoridades nacionales, regionales y financieras no tienen más remedio que alimentar la especulación cambiaria y financiera mediante blindajes como el referido. Fue precisamente lo que hizo el Banco de México el año pasado para atenuar la caída del peso frente al dólar, y es lo que hace ahora
Los cracks y las recesiones recurrentes del capitalismo mundial son, en suma, mecanismos de concentración de la riqueza y de transferencia de recursos públicos a manos privadas: los rescates y los fondos de estabilización no son más que poner el dinero de todos a disposición de unos cuantos.
La lógica neoliberal de dejar hacer y dejar pasar, llevada a las transacciones financieras, bursátiles y cambiarias, desemboca paradójicamente en intervenciones estatales en gran escala. Significativamente, tales intervenciones no evitan la depauperación generalizada de las mayorías; por el contrario, socializan las pérdidas de los operadores privados.
Parches como el plan acordado en
(Editorial de
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