lunes, 13 de julio de 2009
Desesperación
En plena guerra sucia por la sucesión presidencial en el municipio, Toño Salvador despotrica en contra de quienes lo cuestionan, y se va de frente contra quienes osan poner en duda su pretendida honorabilidad. “En Presidencia Municipal, cuando se habla de proyectos es porque ya están sustentados, validados y con asignación de recursos”, declaró en días pasados. Contrario a José Velázquez, que “cuando fue alcalde, nada dejó documentado… lo que dejó fue incobrables varios documentos sin firma de funcionarios ni de los beneficiados con pavimentaciones”. Socarrón, Toño exhibe a los representantes de los medios –que actúan como virtuales agentes del Ministerio Público– documentos y más documentos para “probar” que José Velázquez, el candidato “con experiencia para gobernar”, no tenga claro que en esta administración son tan eficientes que hay dinero para todo: “lo que está en los bancos es para mí y mis amigos, es decir, para los programas que han sido la insignia de mi gobierno –dijo el siempre humilde Toñín– como es la atención a becas, las obras que están en proceso y las que están proyectadas, ¡Ah!, y lo que nos corresponde por haberles servido en estos tres años, etc.”. Enrojecido y molesto porque nuestro amigo Pepe Velázquez anda diciendo en su campaña que “dejó proyectos listos como el de servicio subterráneo en Infonavit San Francisco y lo único que tenía que completar (sic) el actual gobierno, era poner el dinero para la pavimentación”; Toño, sabedor que Pepe es un muy mal candidato, no duda en echarle cristiana y santa tierra cada vez que puede… y quiere: “invito al candidato del tres por uno –ahí le falló a Toño, porque el hecho de que vayan PRD y PVEM con el PRI no significa que tenga el triple de fuerza, más bien Pepe es el candidato del uno punto cero cero uno por uno–, a que le hable a la gente con honestidad y con la verdad, que no se la pase mintiendo con que dejó proyectos, porque son mentiras… no va a ganar ni más votos, ni va a ganar la elección”. ¡Órale! ¿Cómo sabe Toño que Pepe no va a ganar? ¿Será que es mago y clarividente? ¿Será que ha sido tocado de nueva cuenta por el manto divino de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro? ¿O simplemente será que le gusta hablar y echar bravata, máxime que ahora el priísmo está dividido, dolido y disperso? Pero Toño no sólo se mofó de Pepe, sino del “líder” priísta en el municipio, Francisco Fernández, que, como ventrílocuo, únicamente repite como perico lo mismo que dice su candidato. Porque Toño también anda en campaña, pues es muy conocido que Jaime Verdín nomás no levanta, tan no levanta que le dicen el candidato Viagra, debido a su flacidez y desgano para elevar el alarido del respetable. Por eso Toño le tiene que echar “una manita” a Verdín, porque éste se la pasa “papaloteando” moscas, pensando en sus citas socráticas y en cómo Aristóteles o Santo Tomás le entrarían a un debate con sus adversarios. Y como la Preparatoria Regional sigue siendo el filón precioso para cada campaña, Toño le pide a Pepe que no se haga pendejo y que hable con la verdad, que le platique a la gente la historia completa, que lo que intentó en su administración fue hacer una “triquiñuela” con el predio que aparentemente había comprado, porque hizo una simulación de compra por 5 millones de pesos (que nunca pagó), y lo que sí gastó del erario fueron 130 mil pesos para escriturar un terreno que nunca compró, y ese dinero se lo pagó a un Notario con el que fue mitad y mitad. ¡Santos óleos del Templo de la Santísima! ¡Toño, si no te quieres condenar y arder en las llamas eternas del averno, es mejor que te calles y dejes de infamar a las ánimas del purgatorio que, velan por la salud caciquil del Pepe! Mientras eso sucede en los sótanos nauseabundos de la conciencia de Toño, Pepe Velázquez sigue en su ruta de promesas: en su desesperación ante la incredulidad de la población, ha dado su palabra de que hasta en los postes van a crecer las matas de yerba y amapola para que el municipio se levante de la postración en que la han mantenido “los pinches yunquistas” –así dijo en su impotencia de que pocos son los que le hacen caso–; es tal la desmoralización en el “equipo” de nuestro amigo Pepe, que se aventó con esta perla: “las cerca de 145 comunidades de este municipio van a contar con una obra cada una, o con una gestión que los beneficie en su calidad de vida”. Lo que no explicó es que serán obras chatarra, como muchas que dejó en su administración. Y en efecto, promete que en los primeros cien días de su gobierno se generarán las primeras obras, desde luego las de más fácil ejecución, ¡Ah! ¡Cuán fácil es abrir el baúl de promesas para repartir ilusiones a diestra y siniestra! ¿Y el maquiavélico Ismamael Narizuela, por qué ha estado tan calladito en estas horas candentes de usurpación de personalidades, donde el déspota se ha tornado amable y sonriente, y el explotador e insensible se presenta como una blanca paloma? Por lo pronto, la autoridad municipal en voz de Juan Carlos Sáinz –Charlie para los cuates– acepta su fracaso en materia de capacitación y en el fomento del empleo en San Francisco: “no pudo concretarse el convenio suscrito con la Unión Europea para contrataciones temporales, porque los pocos interesados carecían de certificados de capacitación”, dijo en entrevista. Por ello, “en coor¬di¬na¬ción con la Uni¬dad de Cer¬ti¬fi¬ca¬ción y Ca¬pa¬ci¬ta¬ción pa¬ra el Tra¬ba¬jo (Unic¬cat) se proporcionó adiestramiento a aquellas per¬so¬nas que tengan vi¬sión de sa¬lir adelan¬te y quieran salir del mu¬ni¬ci¬pio pa¬ra afron¬tar nue¬vas opor¬tu¬ni¬da¬des… Eu¬ro¬pa es una bue¬na opción, en pri¬me¬ra se pa¬ga en eu¬ros, en se¬gun¬da hay bue¬nas ofer¬tas de em¬pleo, no es tan co¬mún y no es¬tá tan desgastado co¬mo Es¬tados Uni¬dos”, es decir, según el criterio de Juan Car¬los Sáinz, hay que capacitar a la gente para que se vaya de San Francisco, es decir, capacitarla no para que se quede siendo más productivo y creativo, aquí, en su propia tierra. ¿Cómo es posible que Sáinz vea como “normal” que sea el propio gobierno el que fomente la salida de la mano de obra joven? ¿No alcanza a percibir que el desgarramiento del tejido social es en parte consecuencia del aumento en el índice de familias separadas? ¿Qué le pasa a Sáinz: insensibilidad, ceguera, falta de claridad en su pensamiento? Claro, en tiempos de mediocridad como los presentes, cualquier cosa es posible. (Fuentes, a.m., 26/V/09; El Heraldo de León, 27/V/09).
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