lunes, 19 de septiembre de 2011

LA RECTA DEL FUTURO: 2015-2019/I

A partir de esta entrega, iniciamos la serie denominada La Recta del Futuro, la cual consiste en apenas una ventana pequeña a través de la cual, atisbaremos acerca de las novedades y los avances científico-tecnológicos que afectarán de manera irremediable el estilo de vida de gran parte de la humanidad en los próximos años. La información está tomada del sitio www.futuretimeline.net, y, la traducción es lo más apegada a lo que han tratado de expresar los autores de las fuentes citadas en dicho sitio: Javier Mireles.

1. La realidad virtual resurge. El crecimiento exponencial en la potencia de las computadoras permite crear gráficos animados casi reales en ambientes tridimensionales. Al mismo tiempo, la banda ancha, que es más rápida, abre nuevos horizontes en el ciberespacio, permitiendo el desarrollo de la Web 3.0 –la próxima generación de Internet–. En combinación con el desarrollo de componentes computacionales para ser instalados en los cuerpos de las personas, lo que está conduciendo a un renacer de la realidad virtual. Habiendo sido una especie de artilugio en los años 80 y 90, está convirtiéndose ahora en una importante herramienta para cuestiones de negocios, descanso, educación y aprendizaje.

Gran parte de lo producido en estos ámbitos es creado por los propios usuarios, con comunidades en línea, es decir, conectados a la Internet, compartiendo e intercambiando objetos virtuales, edificios, creaciones conceptuales, etc.

Para las clases sociales de mayores ingresos, algunas de las opciones de componentes electrónicos que serán asequibles vendrán en forma de estructuras cilíndricas, en las cuales la persona estará inmersa en un entorno tridimensional con pantallas de 360° y sonido de alta definición, además de poder interactuar en esa realidad virtual.

2. Los tigres se van a extinguir. El siglo XX fue testigo de cómo el número de tigres declinó de manera drástica en el 95% del mundo. Por los años 70, habían desaparecido de Asia Central; en los ochenta de Java y, del Sur de China en los noventa. Tres de las nueve subespecies –tigres de Bali, de Java y del Caspio– ya se habían extinguido en los ochentas.

El número de tigres continuó decayendo en el siglo XXI. En 2010, se calculaba que en India –considerado un santuario de estos animales– tenía menos de 800 animales en su hábitat, mientras que algunas de las más raras subespecies solamente contaban con 30 solamente. La caza furtiva sigue siendo un serio problema, sobre todo porque las pieles de tigre se han elevado hasta 20 mil dólares en China. Además, la pérdida de su hábitat se fue acelerando debido a la invasión de granjeros en territorio de tigres y a la tala de árboles en selvas y bosques con el fin de habilitar esas tierras para plantaciones de palma Elaeis guineensis de la que se obtiene el aceite de palma.

Hubo reuniones cumbre en las que participaron grupos de conservación animal y los representantes de los pocos países que aún tenían tigres. Estas cumbres no tuvieron ningún efecto; sin embargo, se hicieron más con la idea de que los políticos fueran vistos como que estaban haciendo algo, en lugar de atacar los problemas en sus causas.

En pocos años, ya no existían poblaciones de tigres que se estuvieran reproduciendo, por lo que fueron colocados en el camino de una irreversible desaparición. El que fuera el más reconocido y popular de la Megafauna del mundo, tuvo el mismo destino que el pájaro dodo (Raphus cucullatus), es decir, la extinción. Sólo pequeñas cantidades quedan en los zoológicos y en colecciones privadas.

2015

3. El primer turista lunar del mundo. En 2001, Dennis Tito se convirtió en el primer turista espacial del mundo, durando 8 días en la Estación Espacial Internacional y orbitando un total de 128 veces alrededor de la Tierra. Tito pagó 20 millones de dólares por su viaje mediante un arreglo con la compañía espacial de turismo Space Adventures Ltd.

Una cantidad importante de compañías arrancaron con este propósito en los años subsecuentes, con la esperanza de crear una industria de turismo espacial. Entre tales compañías se encuentra Virgin Galactic, que empleó naves espaciales suborbitales diseñadas por Scaled Composites y que despegaron del Puerto Espacial América. A un costo de 200 mil dólares por persona, se podría viajar a una altura de 110 km y poder experimentar hasta por seis minutos una gravedad de cero, con la mirada hacia la Tierra.

La compañía rusa Energiya en asociación con Orbital Technologies, una compañía estadunidense de alta tecnología, reveló sus planes para la construcción de un hotel orbital.

La compañía Space Adventures empezó a diseñar planes a futuro poniendo su vista en una aventura más ambiciosa y atrevida. En 2015, esta compañía ofrece las primeras órbitas lunares a turistas que puedan pagar un viaje de ese tipo. A un costo de 150 millones de dólares, los pasajeros podrán viajar más allá de la órbita terrestre, disfrutando de viajes alrededor de la luna a una altura de tan sólo 100 km de su superficie, al tiempo que podrán observar la famosa salida de la Tierra en el horizonte lunar. Sólo 24 personas han tenido este tipo de experiencia. La nave espacial es también considerablemente más grande y más confortable que las que fueron usadas durante el programa Apollo.

4. Nueva generación de súper portaviones de alta tecnología. El primer portaviones estadunidense de la nueva generación es lanzado este año. La clase Gerald R. Ford reemplaza a la vetusta clase Nimitz que ha estado en servicio desde 1975. Esta nueva clase de portaviones contiene mejoras a una importante escala respecto de las generaciones previas: se incrementa la automatización, los sistemas electromagnéticos de propulsión de los aviones reemplazan los mecanismos previos a base de vapor, disminución importante del sonido generado por sus propulsores, un nuevo tipo de reactor nuclear para un con sumo de energía más eficiente, control de radar y de vuelo de alta tecnología, así como la capacidad de transportar los nuevos cazas F-35 Lighting II. Diez portaviones en total han sido encargados, a un costo de 14 mil millones de dólares cada uno (incluido el costo por investigación y desarrollo). El décimo y último portaviones será puesto en circulación por el año 2040.

5. Los filtros de agua salvavidas son de uso común en países en desarrollo. Los países del tercer mundo se estarán beneficiando de un dispositivo portátil revolucionario. Dado a conocer por primera vez en 2007, en 2015 será un producto de uso común.

La “Botella Salvavidas” filtra patógenos de agua contaminada, por medio de orificios de solamente 15 nanómetros de diámetro (15 milésimas de milímetro), impide el paso aún de los más pequeños virus (25 nanómetros) y, elimina la necesidad de tratar el agua con sustancias químicas. La “Botella Salvavidas” está provista de un cartucho de purificación 4000UF, el cual es intercambiable, y sirve para eliminar bacterias, virus, parásitos, hongos, y todos los demás patógenos microbiológicos de transmisión hídrica.

Viene también con un filtro de carbón activado, hecho a partir de un bloque de carbón activado de alta especificación. Esto reduce un amplio espectro de residuos químicos, tales como pesticidas, sustancias “interruptoras” endocrinas, residuos médicos y metales pesados como plomo y cobre. El filtro de carbón también elimina malos sabores y olores de contaminantes del tipo de los cloruros y sulfuros. Está diseñado para durar aproximadamente 250 litros.

6. Las Islas Carteret son abandonadas. Debido a la elevación de los niveles del mar, los habitantes de las Islas Carteret en Papua Nueva Guinea han tenido que abandonar sus hogares y pertenencias. Estas personas están entre los primeros refugiados debido al cambio climatológico.

Cosechas, árboles y pozos han sido contaminados con agua de mar, al tiempo que la mayoría de los edificios en las islas han sido destruidos. Los intentos por construir diques para contener el paso del agua no surtieron efecto, fueron simplemente derribados.

El derretimiento de los polos y glaciares, junto con la expansión térmica, pueden elevar el nivel de los océanos de la Tierra por casi dos metros hacia el año 2100. Lo que significa que habrá cientos de millones de desplazados en todo el mundo.

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