domingo, 21 de marzo de 2010

ESTATAL: ¡Al vuelo!

Producto de la voracidad de políticos sin escrúpulos, de desbordamientos que no pueden ser controlados y también una llamada de auxilio a la dirigencia nacional, el líder estatal del PAN, Fernando Torres Graciano, dio el banderazo de arranque a los suspirantes a la gubernatura. Son tres los aspirantes: a) José Ángel Córdova Villalobos, el gris secretario de salud de Felipe Calderón, enfrenta una situación delicada en su área de responsabilidad: incremento en los índices de cáncer, diabetes, sida, enfermedades de transmisión sexual, influenza, dengue, embarazos de adolescentes, alcoholismo, adicciones, etc. El funcionario federal tratará de perfilarse como el idóneo, pues es el candidato del presidente espurio. Su presencia en nuestro estado será cada vez más mayor; b) Miguel Márquez Márquez, titular de la inútil Gestión Pública en Guanajuato, la dependencia encargada del control interno de los recursos y la normatividad gubernamental, ha tenido una actuación pobre y deficiente a la hora de cuidar la correcta aplicación de los fondos públicos, la eficacia de los programas, el cumplimiento de las normas y las políticas a las que están sujetas las dependencias estatales; c) Ricardo Torres Origel, por más que hace esfuerzos, no logra ser tomado muy en serio ni por las bases de su partido ni por sectores sociales que le demuestren simpatía. Su papel como senador ha sido más bien de poca relevancia, difícilmente logrará repuntar. Hay que decir, sin embargo, que el que ha enfrentado más críticas es Miguel Márquez Márquez: 1) por su incompetencia al frente de la Gestión Pública en el estado, que, solamente ha servido para taparle las corruptelas a su patrón Juan Manuel Oliva; 2) por su falta de carisma, de presencia y de tablas; hay quienes consideran que frente a un debate con el priísta Francisco Arroyo, sería fácilmente aplastado; 3) su gestión como alcalde de Purísima fue tan mala, que le entregó la Presidencia Municipal al PRI; 4) como alcalde de Purísima, resolvió el problema de las aves que invadían la plaza principal de la ciudad a punta de riflazos y pistoletazos, en lugar de darle una salida técnica. Hasta ahora, ninguno de los tres suspirantes a la gubernatura ha dado propuestas racionales al grave problema de atraso que sufre nuestro estado. Los problemas son de todo tipo: desde la inseguridad pública hasta los alarmantes índices de miseria, pasando por la deserción escolar y los embarazos de adolescentes. Por ejemplo, hay un problema que ha pasado desapercibido por los medios de comunicación locales, y que no parece importarle a ninguno de los políticos mencionados: Guanajuato ocupa el primer lugar en mortandad de aves.

Durante el invierno de 1994-1995, entre 20 mil y 40 mil aves pertenecientes a 21 especies murieron en la presa de riego Silva, en San Francisco del Rincón. Tres organismos no gubernamentales defensores del medio ambiente solicitaron que la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte (CCA), elaborara un informe sobre tan masiva mortandad. Un grupo internacional de expertos se encargó de ello e identificó las causas de lo ocurrido además de proponer a las autoridades mexicanas medidas para evitar otra tragedia. El informe comprobó lo que la población y las autoridades sabían muy bien: la gravísima contaminación de la cuenca del río Turbio, que alimenta la presa de Silva. Esta vez el problema trascendía nuestras fronteras, pues las aves acuáticas que allí invernan son compartidas por los tres países miembros del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Ellas viajan de Estados Unidos y Canadá utilizando rutas de migración protegidas por tratados y acuerdos internacionales firmados por los tres países.

Los especialistas encontraron que la mortandad se debió al botulismo, intoxicación alimentaria causada por una neurotoxina, la botulínica, producida por la bacteria Clostridium botulinum, que se encuentra en áreas contaminadas. Y es que en los restos de las aves analizadas (como diversas especies de patos, cercetas verdes, azules y cafés; gallardetas) encontraron residuos de metales pesados, especialmente cromo (metal ampliamente utilizado por la industria regional), plomo y mercurio.

Al río y la presa iban a dar igualmente residuos de plaguicidas y las aguas negras de ciudades como León y San Francisco del Rincón. Esa mezcla había sido mortífera y evidencia de la pésima salud ambiental de la cuenca del río y la presa, de la falta de control oficial y privado sobre los agentes contaminantes.

Los expertos, y luego la Comisión Ambiental, recomendaron al gobierno mexicano realizar una exhaustiva evaluación de la situación ambiental de esos cuerpos de agua y tomar medidas para reducir sustancialmente los contaminantes provenientes de la industria (textil, cuero, petróleo, carbón), los centros urbanos y la agricultura. Entre estas últimas destacaron la urgencia de sanear las aguas residuales industriales y las municipales a través de plantas de tratamiento y la construcción de un parque industrial “ecológico” en las inmediaciones de León, para concentrar allí las 120 tenerías de la región. Además de otras 49 plantas para limpiar las aguas residuales de las empresas que no se ubiquen en el nuevo parque. La inversión para todas esas obras se calculó entonces en unos 25 millones de dólares y debían estar terminadas al inicio del nuevo milenio.

Agreguemos que la presa de Silva y zonas aledañas fue decretada en 1998 área natural protegida en la categoría de zona de restauración ecológica. El gobernador de esa entidad era Vicente Fox. Con todas estas acciones terminarían los problemas de contaminación en la citada cuenca hidrográfica. Pero en diciembre pasado diversas organizaciones relacionadas con el medio ambiente denunciaron la muerte de unas 7 mil aves migratorias en la presa y sus afluentes, colocando a Guanajuato en el primer lugar nacional en mortandad de aves. La causa: la elevada contaminación producida por la industria, los agroquímicos y las aguas negras citadinas. Además, llamaron la atención sobre los efectos que esa contaminación seguramente causa a la población. Se pone así en evidencia que durante los sexenios de Zedillo y Fox se ignoraron las recomendaciones de la Comisión de Cooperación Ambiental; que se incumplieron las promesas oficiales de remediar la anómala situación imperante en esta entidad. Igualmente, fallaron en cumplir con la legislación vigente sobre la calidad del agua, el cuidado de la fauna y la flora y la salud pública. Algo que ocurre también en el actual sexenio.

Pese a lo anterior, en el Día Internacional de Conservación de los Humedales y las Aves Migratorias (3 de febrero), con talante demagógico, el alcalde de San Francisco anunció el inicio de la campaña ecológica “Así tú ahorras y a mí me cuidas”, enfocada a) al ahorro en el consumo de electricidad, b) al uso de la bicicleta, c) al cuidado del agua y d) verificación de vehículos. Como sabemos, se trata sólo de una lista de buenos deseos y con efectos nulos en la práctica.

(Fuentes: correo, 14/I/10; Iván Restrepo, La Jornada, 18/I/10; a.m., 4/II/10).

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