En apenas diez minutos, seis hombres armados –habrían contado con el aporte de otros dos que los esperaron en la calle– se llevaron “entre un millón y un millón y medio de pesos” de la sucursal del Banco Banorte ubicada en la esquina de las calles Juárez y Manuel Doblado, a una cuadra de la Presidencia Municipal y a las seis de la tarde, cuando el establecimiento estaba cerrado al público. Los ladrones ingresaron, con el rostro sólo cubierto con anteojos oscuros, por la entrada al cajero automático. Después, utilizando “una navaja o una llave”, según dijeron fuentes policiales –que pidieron el anonimato–, lograron entrar a la sucursal propiamente dicha por una puerta que separa el sector interno del banco de la zona donde está el cajero y que es de acceso público. Tras amenazar al único custodio que había en el banco y a los nueve empleados que seguían trabajando, los autores del robo llegaron justo cuando tenían abierta la puerta del tesoro. Estaban tratando de poner a resguardo el dinero reunido en el día.
El Ministerio Público aun analiza la posibilidad de que los ladrones, que actuaron como un grupo comando, hayan protagonizado antes tres acciones que se produjeron minutos antes, a manera de distracción. El robo se produjo a partir de las 18:15, pero a las 17:50, en Emiliano Zapata y Aquiles Serdán, cerca del Cebetis, se prendió fuego un Volkswagen Golf, lo que generó alarma, problemas en el tránsito y presencia policial. Minutos después hubo una falsa amenaza de bomba en un local de Plaza San Francisco en el Bulevar Josefa. El cuadro de “casualidades” se completó con el estallido de una bomba del tipo Molotov en el cajero automático del Banco Scotiabank en el Bulevar Juventino Rosas.
Cruz R., quien habló a nombre Banco Banorte, contó que fueron seis los hombres que ingresaron al banco. En una demostración de que conocían los pasos a seguir, se dirigieron resueltamente hacia donde se encuentra la caja del tesoro. En ese momento, el sector estaba abierto porque los directivos de la sucursal se encontraban en la tarea de guardar el dinero correspondiente al movimiento del día. Cruz R. reconoció que se llevaron “una suma bastante importante” que fue estimada, en principio, “entre un millón y un millón y medio de pesos”. Cruz R. explicó que el arqueo final todavía no se había terminado de realizar y trató de llevar tranquilidad a los clientes del banco: “No hay ningún problema con los depósitos hechos ese día, de manera que lo robado sólo afecta al banco y está cubierto por el seguro”. Dijo que, de acuerdo con lo visto, se trató de “una operación comando que apenas duró unos diez minutos, tras lo cual se fueron. Fue todo muy rápido”, “no hubo violencia y todos los empleados están bien, salieron ilesos”.
Sobre la posibilidad de que haya habido un “cómplice” entre el personal, Cruz R. aclaró que por el momento “no hay sospechas sobre ninguna persona” que trabaje en el banco. Un testigo que presenció el escape de los ladrones aseguró que, pocos segundos antes de salir con el botín, los delincuentes habían cortado la circulación de las calles Juárez y Doblado, colocando los típicos conos fluorescentes. Nadie sabe exactamente hacia dónde escaparon. Al parecer lo hicieron en dos vehículos que estaban estacionados en las cercanías y en los que habían quedado, al volante, dos miembros de la banda.
La primera patrulla que llegó al banco fue uno de los nuevos Corolla, con torreta nueva y con la sirena a todo lo que daba. La zona quedó virtualmente “rodeada” por los lugares donde ocurrieron los tres acontecimientos narrados que acapararon la atención de las autoridades policiales –el “jefe” Rosiles, según contaron nuestras fuentes, estaba perplejo–. Estos ocurrieron a pocas cuadras de la Presidencia Municipal y de la Comandancia de Policía. Todo ocurrió en forma escalonada, minutos antes de que sonara la alarma en la sucursal bancaria.
Hasta hoy, los investigadores siguen analizando las imágenes de las cámaras de seguridad del banco para tratar de identificar a los autores, que actuaron armados y que amenazaron al personal administrativo del banco, aunque sin golpear ni agredir a nadie. Y luego dice Verdín que “todo” está bajo “control”, sobre todo después de las 15 patrullas marca Toyota que recientemente se incorporaron al parque vehicular de Seguridad Pública, lo cual, según el alcalde, “contribuirá a reforzar el trabajo y presencia de Seguridad Pública que la sociedad local reclama”. Sin embargo, hay dudas sobre la honestidad de las actuales autoridades, algunos ejemplos: ¿por qué los recientes incrementos a los jugosos sueldos del nada honorable ayuntamiento (así, con minúscula) de hasta un 10%, incremento que incluyó a los más cercanos amigos y cómplices del jefe barbado del Cártel que actualmente domina la vida pública? ¿Y el vergonzoso préstamo al Comité de la Feria –que tuvo una pésima actuación, pues la tal feria ha sido un verdadero fiasco– por casi 400 mil pesos, el cual supuestamente será repuesto a las arcas municipales en una fecha incierta? ¿Qué justifica el excesivo gasto realizado por casi 170 mil pesos, para cumplir el capricho del alcalde para que los festejos de los 404 años de fundación de la ciudad opacaran a los realizados en años anteriores? ¿Y el desmadre con el transporte concesionado a particulares que, Mayolo Luna no ha podido resolver –primero fue el aumento al pasaje y luego la “invasión” de territorio purisimense– y que desde la administración anterior, ha tenido en jaque a los alcaldes de Purísima y San Francisco? ¿Y la farsa de la certificación Ramsar a la Presa de Silva que, está muy lejos de ser, como dice la autoridad, un “humedal de importancia internacional”, pues al menos lleva tres años registrando bajos niveles de agua y que, de acuerdo a lo dicho por quien está al cuidado del parque ecológico, “esta administración no tiene el interés que debiera”? ¿De verdad creen que se va a resolver el problema vial hacia las colonias del norte y noreste de la ciudad, con sólo desaparecer la glorieta a El Tejedor? Es mentira que con la instalación de un “sistema de semaforización” el tráfico se vaya a agilizar, muy al contrario, el resultado será peor. Al tiempo.
(Basado en Carlos Rodríguez, página 12, 19/I/11; a.m., enero 20 y 25; febrero 2, 4, 8 y 9, 2011; correo, 6/II/11).
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