Antes se creía que la burocracia era una categoría ligada a papeles y oficinas, hoy se sabe que es una forma de pensamiento, un estilo de dirección y una actitud ante la vida. El burócrata que es un ser plano, cuadrado, monocromático, con frecuencia arbitrario, implacable con quien se aparta dla norma ritual, e incapaz de percibir los matices que adornan a las personas, lo enfoca todo desde una perspectiva administrativa. Cuando mira ve el bosque, no los árboles y de la gente capta a la multitud, jamás al individuo. A diferencia de los humanos normales que son seres inacabados, el burócrata es un tipo terminado, que nunca disfrutó una fantasía y agotó demasiado pronto la cuota de ternura a que todos tenemos derecho. Sin capacidad de abstracción, para él la flexibilidad es sinónimo de subversión. Los burócratas tienen poder aunque carecen de autoridad. Lo primero lo da el cargo, lo segundo el reconocimiento a que ellos ni siquiera aspiran, no lo necesitan, les basta el salario y la sonrisa del jefe. La sociedad no puede liberarse de los burócratas porque los necesita, aunque puede limitar su perniciosa influencia, restringiendo su campo de acción a los procesos repetitivos que requieren más formalidad que creatividad. Los burócratas como los parásitos, no se eliminan completamente, sino que su población se reduce a límites tolerables. Cuando una sociedad tiene más burócratas de los que puede asimilar, se enferma. Nadie debe subestimarlos, los burócratas, que no las burocracias, son eternos. Muchos intelectuales se han burlado de su estupidez y los han ridiculizado hasta la saciedad. Ninguno de aquellos prohombres permanece mientras, el mundo sigue poblado de burócratas, cada vez más dañinos. Pero no hay que ser injustos, el burócrata no es el diligente empleado de cualquier oficina de gobierno; burócrata es el que traslada sus prejuicios y sus creencias a áreas del quehacer social donde carecen de virtualidad, convirtiéndose en trabas, o lo que es peor, en prohibiciones reglamentadas. Una vez que el pensamiento y el modo de hacer burocrático se apoderan de una región de la realidad, no hay nada que reparar: la única manera de lidiar con la burocracia es acatarla y para extirparla tiene que ser de raíz, la poda no es aconsejable, rebrota con más beligerancia. Y la burocracia siempre tiene adeptos entre los suyos. Así, ¿cómo lidiar con esos parásitos mentirosos que, en su afán de agradar al delfín de Juan Manuel Oliva, Miguel Márquez, llegan al extremo de utilizar recursos públicos para asistir a eventos partidistas, como el besa-manos en que se convirtió el acto claramente proselitista y de precampaña electoral, del pasado 17 de octubre? ¿Cuál es la calidad moral de Jaime Verdín, quien, a la vista de todos, se comporta como un farsante vulgar al declarar a la prensa que “ya está harto de que lo persigan”, diciendo, sin ruborizarse, que él, como es “alcalde de tiempo completo”, “no puede saber cuándo va a tener que cambiar de asuntos públicos a privados o cuántas veces al día”? Y enfadado, reta a sus “perseguidores anónimos” a no ser “culebras”, y que hablen con la verdad: “para empezar, soy el primer alcalde que invita a gente de otros partidos políticos a viajar en la ‘unidad presidencial’; por ejemplo, han acudido lo mismo (sic) Samantha Dávalos que Israel Hermosillo a eventos en Guanajuato como fracción del PRI… Además, el viajar varios funcionarios en la unidad en lugar de llevar sólo al alcalde, habla de aprovechamiento óptimo, de no poner en circulación varias unidades por no desgastar, no contaminar y no aplicar gasolina de más –nosotros preguntamos: ¿y por qué no la usa de una vez como unidad de transporte o pesero para recoger al personal de Presidencia o de Servicios municipales?–… Yo pregunto –dice el alcalde–: ¿cuándo se han fijado que es de la bolsa personal del alcalde que sale el pago a gasto de gasolina para gastos de la presidenta y directora del DIF municipal en representaciones a Guanajuato o en territorio local?, ¿por qué mis ‘perseguidores anónimos’ no mandan fotografías a los medios de comunicación de las unidades personales o privadas de la familia Verdín Gómez, cuando son usadas para comisiones del DIF?”. Luego, vendría la ridícula exigencia del Comité Municipal del PRI pidiendo la destitución del Contralor municipal, personaje cercano a Jaime Verdín y que fue uno de los que acompañó a Miguel Márquez en la “comida de amigos”. Sin dar fundamentos jurídicos, el regidor Israel Hermosillo, obnubilado por la ira, declaró: “el Contralor perdió la equidad y transparencia. Su desempeño deja mucho que desear. Ni es priísta, ni dejó de serlo, dejó claro que no le interesa participar con el PRI, aunque los traidores existen en cada partido político”. El Contralor, por su parte, respondió a la bravata del PRI: “Yo no he traicionado a la población, ya que en todo momento me he apegado al juramento que realicé ante el pleno del Ayuntamiento y la ciudadanía, sería un traidor si yo hubiera aceptado ser un instrumento al servicio de intereses del partido tricolor, y haber hecho caso a las indicaciones de los regidores del PRI para golpear en todo momento a la actual administración, esa sí sería una falta de congruencia, pues nada abonaría al beneficio ciudadano… ¿Saben por qué están disgustados los priístas? Por no meter a Mauricio Murillo (presidente del PRI) en el puesto de participación social… Mauricio Murillo no tiene la preparación para el cargo, yo necesitaba gente para profesionalizar la Contraloría, pero Samantha Dávalos e Israel Hermosillo, descalificaron ese trabajo, pero sobre todo la regidora, insistió en que ella tenía el compromiso político-partidista de esa posición para Mauricio Murillo, así que ambos no se preocuparon por el trabajo efectivo y de resultados, sino por sus caprichos de favores políticos… La Contraloría Municipal es una dependencia técnica, no política, aquí no se trabaja por caprichos de cada regidor, aquí no se parte de conjeturas y suposiciones, hay que demostrar y comprobar con la ley en la mano; y ya que estamos desmarcados de la posición del PRI, pues la Contraloría Municipal trabajará a favor de la ciudadanía, y el Ayuntamiento, creo que hará lo pertinente, de ellos espero congruencia y su apego a derecho”. Un día después de haber vertido sus declaraciones, el Contralor declara que ha sido amenazado –primero anda de hocicón y ahora chilla por que está en peligro su vida–: “recibí llamadas y mensajes que amenazan mi vida y la de mi familia, por eso mi amigo Jaime Verdín me asignó un escolta que me sigue a cualquier lugar que vaya; ¿incluido el baño? Le preguntaron, ¡Ay, no! ¿Cómo crees?, contestó el payasete del Contralor”. En su columna periodística del domingo 24 de octubre, el regidor Hermosillo le espetó al “Contralor incómodo”: “Señor Contralor: ¿qué ha encontrado en las auditorías que ha realizado a la presente gestión municipal? ¿Dónde están los informes que por ley debe rendir ante el Ayuntamiento? ¿Y los módulos de atención, quejas y sugerencias que prometió para los ciudadanos? ¿Y el reglamento interno de la Contraloría en el que estaba trabajando? ¿Por qué cuenta con más personal del que le asignó el Ayuntamiento? ¿Y los resolutivos de sanciones a los directores de la Administración anterior, que supuestamente usted, incurrieron en irregularidades? ¿Por qué usa y permite que se usen los vehículos del Municipio de forma inadecuada? ¿Por qué realiza su trabajo como abogado privado en horarios de oficina?”. El Contralor, no le contestaría, al menos no de manera pública. Envuelto en el escándalo, este simpático personaje volvería a los pocos días, a las primeras planas de los diarios de la región: “He vuelto a recibir amenazas por medio de llamadas telefónicas y en mensajes enviados desde computadora o por otro celular… ya hay una denuncia ante el Ministerio Público por el delito de amenazas… He sido extrañamente vigilado. Me han ido a buscar hasta mi domicilio en la zona privada en la que vivo… Si voy a desayunar a lugares públicos, además de mi escolta o de quienes me acompañen, hay alguien más brincando de mesa en mesa… Pongo mi suerte en las manos de las autoridades y de la Divina Providencia”, dijo un atribulado ¿paranoico? Contralor. Pero las cuitas del primer panista del municipio no terminan ahí, en Seguridad Pública las cosas están al rojo vivo, máxime que ahora la propia autoridad municipal se ha convertido en persecutora de vehículos “chocolate”.
(Basado en Jorge Gómez Barata, argenpress, 3/XI/10; a.m., octubre 20, 21, 22, 23 y noviembre 4 y 12, 2010; El Heraldo de León, 22/X/10).
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