lunes, 16 de noviembre de 2009
“Su Dios no es de fiar”
El escritor portugués José Saramago, premio Nobel de Literatura 1998, arremetió de nuevo el pasado 21 de octubre contra la Biblia por su “violencia” y contra su Dios “que es mala persona”, avivando la polémica levantada por sus comentarios con motivo de la publicación de su libro Caín. La nueva novela de Saramago, de unas 180 páginas, aborda de manera nada religiosa la figura bíblica de Caín y otros personajes y episodios del Antiguo Testamento. El escritor portugués, conocido por sus posiciones izquierdistas, había calificado el domingo 18 de octubre a la Biblia de “manual de malas costumbres” con motivo de la presentación de su último libro que cuenta, no sin ironía, la historia de Caín, el hijo de Adán y Eva que mató a su hermano Abel.
Estas declaraciones fueron criticadas por un portavoz de la Conferencia Episcopal lusa y por figuras de la comunidad judía y cristiana. Incluso un eurodiputado del Partido Social Demócrata luso (PSD), de centro-derecha, pidió a Saramago renuncie a la nacionalidad portuguesa. El episcopado lo acusó de haber ofendido a los católicos y de llevar a cabo una “operación publicitaria”. Sin embargo, el Premio Nobel metió de nuevo el dedo en la llaga el día 21: “El Dios de la Biblia es vengativo, rencoroso, mala persona y no es de fiar”, persistió el escritor de 86 años. “En la Biblia hay crueldad, incestos, violencia de todo tipo, carnicerías… No existiría esta novela si el episodio de Caín y Abel no estuviese en la Biblia, donde se muestra la crueldad de Dios. No hay que tener confianza en el Dios de la Biblia. Esto no se puede desmentir; pero bastó con que yo lo dijera para suscitar esta polémica”, aseguró. “Hay incomprensiones, ya sabemos que sí, resistencias, también sabemos que sí, odios viejos”, declaró Saramago durante una conferencia de prensa a las afueras de Lisboa.
“Soy una persona que genera anticuerpos en mucha gente, pero me da igual. Sigo haciendo mi trabajo”.
El autor de Terra do pecado reconoció que mientras escribía Caín tenía la “clara noción de que iba a agitar las aguas, era imposible que no tuviese un efecto revulsivo”, pero no esperaba que “la Iglesia se pronunciase con el libro todavía en el horno”. Agregó que “no esperaba reacciones de los católicos porque ellos no leen la Biblia” y se preguntó: “¿Quién va a leer un libro de ese tamaño?”.
Saramago reconoció que Caín le acompañaba “desde hace mucho tiempo” y agregó que la “cuestión” de este personaje bíblico siempre le pareció “un poco extraña”. “¿Por qué Dios acepta el sacrificio de Abel y rechaza el de Caín cuando ambos le presentan sus ofrendas? Ahí se creó la envidia, Caín se sintió humillado”, indicó.
Saramago reconoció que el asunto le interesaba porque a pesar de ser ateo no ha podido escapar a los valores cristianos, y dijo que “no hay un ateo absoluto, sólo podría serlo aquel que viviera en una sociedad en la que no hubiese penetrado Dios”. “Dios y el demonio no están en el cielo ni en el infierno, están en nuestra cabeza. Primero creamos a Dios y luego nos esclavizamos a él”, argumentó el escritor.
Y volvió a la carga contra la Iglesia: “Lo que ellos quieren y no consiguen es poner al lado de cada lector de la Biblia un teólogo que dijese a la persona que aquello no es así, que hay que hacer una interpretación simbólica, a esto lo llaman exégesis”, estimó. Pero, “el derecho de reflexionar sobre eso es de todos nosotros”, insistió, denunciando “la intolerancia de las religiones organizadas”.
En 1992 Saramago ya había levantado ampollas en Portugal con su Evangelio según Jesucristo, en el cual mostraba a un Jesús que perdió su virginidad con María Magdalena. El escritor se marchó luego de su país y se instaló en Lanzarote, en el archipiélago español de las Canarias. “A veces dicen que soy valiente. Tal vez sea valiente porque hoy no hay inquisición. Si la hubiese, tal vez no habría escrito este libro. Me apoyo en la libertad de expresión para poder escribir”, confesó el escritor que dice estar preparando un nuevo libro para el año que viene sobre un tema completamente distinto.
“Espero que no sea tan polémico. No ando detrás de las polémicas. Tengo convicciones y las expreso”, soltó el autor de Ensayo sobre la ceguera, para beneplácito de sus lectores.
Caín ya está a la venta en cuatro ediciones, una en español, otra en catalán y dos en Portugués. (Fuentes: La Jornada, 21/X/09; apro, 22/X/09).
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